Holguín.–Porque les gusta el beisbol, en cada ocasión en la que los miembros de la brigada que clasifica chatarra de aluminio completa una tonelada, comparan el resultado con una carrera anotada.
Por supuesto que el equipo «juega al duro», sobre todo, para prensar latas de aluminio, esas en las que viene la gustada cerveza, y hacer pacas de hasta 25 kilogramos de peso, que deben estar libres de fragmentos de acero, madera, vidrio o plástico.
«Si se va un simple clavo de hierro, la empresa exportadora nos devuelve el envío, aunque sea una rastra completa, cosa que no ha pasado», esclarece Yasmanis Sánchez, el jefe de brigada.
Así de meticulosa es la labor de esta fuerza que, en la unidad empresarial de base (UEB) Base Provincial de Proceso –ubicada en Pedernales, en las afueras de la ciudad de Holguín–, empaca la mayoría de las 42 toneladas de latas de aluminio que, mensualmente, exporta la Empresa Provincial de Recuperación de Materias Primas.
Noelio Osorio Fuentes, jefe de operaciones de la empresa, pone los puntos sobre las íes en lo referente a este tema: «En los primeros siete meses del actual año exportamos 627 toneladas de chatarra no ferrosa, de las cuales 350 son de aluminio».
La otra parte de ese total es, fundamentalmente, acero inoxidable, bronce y cobre, a lo que siguen la chatarra electrónica y las cenizas de vanadio provenientes de la termoeléctrica de Felton.
Hoy exportan seis de las 18 UEB de la empresa, o sea, Moa, Sagua, Mayarí, Holguín, Cueto y la de Pedernales, explica el directivo, quien tiene argumentos para afirmar que no «le quitan el pie» a los atributos que deben presentar los productos: se rigen por el Sistema de Gestión de la Calidad que opera bajo la Norma Internacional ISO 9001 de 2015, la cual es sometida periódicamente a auditorías.
En Pedernales, en el área de acumulación de chatarra de hierro, no se aprecian las cantidades de años anteriores, ante lo cual Noelio responde que es imposible ignorar el debilitamiento del fondo metálico de la provincia, pero especifica que esto no detendrá la recuperación de ese tipo de chatarra. Ya se hizo un diagnóstico del potencial hasta 2025, y confirmó la existencia de estructuras de naves a demoler y de equipos en desuso, por baja técnica, que aportaran cantidades significativas. Asimismo, se actualiza el listado de la maquinaria y otros medios que serán descontinuados en próximos periodos.
UN NUEVO ESQUEMA, MAYORES POSIBILIDADES
Desde el 1ro. de enero de este año, la empresa recibe los beneficios de un nuevo esquema de financiamiento, luego de que el Grupo Empresarial de Reciclaje le concediera mayor autonomía en el empleo del dinero proveniente de la labor exportadora. Con este procedimiento, asegura Noelio, apareció la posibilidad de comprar directamente el combustible.
«Hasta junio nos estuvieron asignando 6 000 litros al mes. Sin embargo, en julio y agosto adquirimos, respectivamente, 23 000 y 28 000, que es lo requerido para mantener la vitalidad de las operaciones planificadas en estos meses. Por eso logramos entregar, en julio,
1 200 toneladas de chatarra a Acinox, poniendo fin a los nueve meses en los que no se pudo cumplir».
También ha favorecido la extracción de lo inventariado en los almacenes. A las plantas elaboradoras de productos de papel y de cartón de Jatibonico y Trinidad, en julio solo enviaron 25 toneladas de las cien comprometidas. La dificultad mayor estuvo en la transportación, que corre a cargo de terceros, pero al disponer de mayor cantidad de combustible, se ha decidido apoyar con camiones propios.
Se puede hacer esto, plantea el directivo, porque también ha sido posible adquirir neumáticos, lubricantes, baterías y piezas para una parte del parque de vehículos de la empresa. El impacto ha sido tal, que algunos choferes que debieron reubicarse en otros puestos, ahora vuelven a estar al volante de sus carros.
Al visitar la nave en la cual se procesan el cartón y el papel, el personal del local explica la intensificación de las actividades en ese momento, debido a la inminente llegada de un camión de una entidad, gestionado a través del Centro de Carga, operado por la instancia provincial de Transporte, lo que indica que los contratos con terceros, para trasladar lo recolectado y procesado, seguirán siendo esenciales.
Allí, al lado de la máquina empleada en la confección de las pacas de cartón y de papel, permanece su operador, Maikel Rojas Llanes, quien describe cómo cada día confecciona ente diez y 15 pacas, que representan siete u ocho toneladas. El equipo lo han empleado por una década y continuará en explotación largo tiempo, porque no descuidan los diagnósticos y mantenimientos.
La mayor capacidad de operaciones de la empresa se refleja, igualmente, en el ascenso de la recogida de materia prima en los municipios. Si es innegable el impacto de la mayor disponibilidad de combustible, también es real que hace unos diez meses, al replicar una experiencia villaclareña, conocida como «Reciclo mi barrio», las UEB tomaron a modo de prueba 18 circunscripciones, a las cuales acuden sábado tras sábado, bajo el principio de acercar más el servicio a la población.
Llegan con los dependientes de las tiendas que compran lo que llevan las personas, quienes reciben el dinero en efectivo o por vía electrónica. Por un kilogramo de chatarra de aluminio pagan 30 pesos, y hay algunos que se presentan con 200 o más kilogramos.
«Estamos decididos a dar un impulso a esa actividad de masas. Promoveremos, entre otras cosas, el método puerta a puerta y la participación de los pioneros, porque no se puede olvidar que las niñas y los niños son una locomotora en esta actividad. Con las empresas de Servicios Comunales, los Comités de Defensa de la Revolución y la federación de Mujeres Cubanas queremos revitalizar el trabajo y establecer nuevos convenios», afirma el directivo.
ORIENTADOS HACIA TODO LO QUE OFRECE PROVECHO
En la UEB de Recuperación de Pedernales también se ubica una nave que todos identifican como Bucanero. Allí, en el momento de la visita de Granma había unas 56 000 botellas, procedentes de la fábrica de cerveza que lleva aquel nombre.
De acuerdo con Neysi Prada Céspedes, la jefa de la brigada, son parte de las que ya clasificó la misma industria, por lo que aquí las reclasifican. Solo el
5 % retornará a la planta cervecera y las demás tendrán un amplio uso porque se las venderán a la Empresa de Bebidas y Refrescos, cooperativas, trabajadores por cuenta propia y micro, pequeñas y medianas empresas, estatales y del sector privado, entre otras entidades.
Los hombres y las mujeres de este recinto aportan, mensualmente, por el servicio de clasificación de botellas y las ventas de estas, así como de embalajes, entre 3,5 y cuatro millones de pesos cada mes.
En cuanto a los residuos de plástico, que igualmente compra la empresa, Tania Hidalgo Figueredo, responsable del área que los acumula, recuerda que hace cuatro años establecieron con la cooperativa de créditos y servicios Marcos Campaña, ubicada en las cercanías de la capital provincial, un convenio de producción bajo la regla de entregarle desperdicios clasificados y recibir, a cambio, artículos que ya andan por los 14 surtidos.
Los productos se ofertan a precios formados en correspondencia con las fichas de costo. Un cubo de diez litros lo venden a 108 pesos, mientras otras entidades los comercializan a 250 y más.
Noelio ofrece más datos: «En el presente, desde enero hasta ahora, hicimos más de 14 000 cubos y 15 palanganas de tres tipos».
Ha llegado el carro que esperaban para transportar pacas formadas por tirillas de papel usado. Cargarlo es la prioridad de la tarde. En la papelera de Jatibonico esperan esa materia prima. Es muy probable que una parte de ella sea empleada en la elaboración de las peculiares bandejas para huevos.



 
                        
                        
                        
                    





 
     
    










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