ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
A la sombra de un árbol guantanamero, una «chispa» veraniega de esparcimiento. Foto: José Llamos Camejo

GUANTÁNAMO.–Unos miran de soslayo y aminoran la marcha, otros se detienen a contemplar el suceso de mitad de mañana en un parque del área norte de la ciudad. Entre el grupo de niñas y niños que forman un círculo, uno sostiene la cartulina con la imagen incompleta de un burro; en poder de otra pequeña, a la que le han vendado los ojos, está la cola del animal; tendrá que devolvérsela con el tacto.

Los dedos sobre la cartulina buscan el punto exacto donde colocarle el apéndice trasero; si se aleja del orificio: «¡frío!», estalla el coro entre risotadas. Si lo ronda a media distancia: «¡tibio!». Al aproximarse: «calienteeee». Y, cuando por fin lo toca: «ahííí», entre chiflidos y aplausos.

No están solos; con los pequeños anda un par de jóvenes, instructora de arte una, técnica de deportes del Combinado Norte la otra; ellas preparan el espectáculo a cielo abierto, «cada mañana, cada tarde, durante el verano».

 

POR DOQUIER

«Chispas» de esparcimiento como esta del Caribe, flashean por doquier en el Alto Oriente.

Tampoco el verano aquí tiene edad ni sexo, es multiopcional, atrapa, al nativo y al forastero les sale al paso en espacios públicos o en una sala polivalente como la Rafael Castiello, donde los amantes del boxeo han podido admirar lo mejor de las categorías escolares en el país.

Da lo mismo si el veraneante prefiere leer, bailar o zambullirse en el ciberespacio desde un Joven Club de Computación y Electrónica; da igual si va por el senderismo o por la historia, en la montaña o en la urbe, si opta por el aprendizaje, el chapuzón, o el arte que hunde la raíz en su propia comunidad. Este verano es una corriente multidestino, aportadora, inclusiva.

El programa, que también incluye ofertas gastronómicas, entalla en la coyuntura y en las posibilidades del territorio, contiene opciones variadas, dirigidas algunas de ellas a trabajadores destacados y a familias vulnerables; igual contempla centros penitenciarios y comunidades en condiciones de vulnerabilidad.

 

A FALTA DE PC, JOVEN CLUB

Computadoras no hay en la casa de Reinier David ni en la de Suleiki, tampoco en las de Alexa, Ernesto, Huber, Yoangel, Rosángela y Randi, niños y niñas que rondan los 12 años de edad.

Esa desventaja fue tenida en cuenta por el Joven Club de Computación del reparto Caribe, a la hora de conformar la matrícula de los cursos cortos (de un mes), que ofrece como opción de verano, y que defiende «a calor y apagón».

No había corriente a las 9:30 de la mañana, cuando Granma pasó. Pero el grupo había encontrado un espacio entre la acera y la entrada del recinto, y allí estaban, atentos a las explicaciones de los especialistas Daylys Reyes y Emilio David, sus iniciadores en el mundo de la Inteligencia Artificial, la robótica y la navegación en internet, entre otros.

A disposición de los veraneantes guantanameros también funcionan museos y más de medio millar de instalaciones recreativas y culturales, incluidos gimnasios para la práctica de deportes.

El Parque de diversiones Elpidio Valdés, en la ciudad de Guantánamo, áreas infantiles en la propia urbe y otras localidades; los Joven Club con sus juegos, sitios que indistintamente proponen ferias, concursos y eventos comunitarios.

De la mano de Educación, el periodo veraniego abre espacio a cursos cortos, que como epílogo dejarán cientos de jóvenes convertidos en obreros calificados, en oficios que responden a necesidades de fuerza de trabajo del territorio.

 

UNA SEMANA DESPUÉS

Aunque el verano es todavía joven, da la impresión de que las expectativas de los públicos van siendo cubiertas, y hasta sobrepasadas con novedades como las que trae la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa.

Ese proyecto cultural escalará hasta Maisí, y con él la compañía Ballet Folklórico Babull, para deleitar en escenarios de aquella localidad, ganadora del acto provincial por el aniversario 71 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. En agosto, los «cruzados» llevarán su arte a comunidades de Realengo 18.

No es todo. Ferias de libros llegan a varias localidades de las montañas. A la par de esos intrincados derroteros de la lectura, allá y en el llano hay rutas culturales abiertas, campamentos, excursiones, encuentros con la historia, «baños anticoloniales» de raíces y tradiciones.

Datos ofrecidos por la comisión organizadora, sitúan en algo más de 22 000 la fuerza técnica desplegada por el Inder, Cultura y Educación, para que fluya bien el verano guantanamero.

Los bañistas, por su parte, acuden, en oleadas otra vez recurrentes, a más de 60 sitios de playas y ríos acondicionados para ellos.

 La Jornada de la Canción Política 4 de Agosto (en homenaje a los mártires guantanameros), se fusiona en el integrador abrazo de este periodo estival, cuyos organizadores también pretenden que el público visualice, en ambiente comunitario, los Juegos Olímpicos de París.

Al final, si las expectativas se cumplen, los hechos dirán que este, más allá de lo divertido, fue un verano de crecimiento.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.