ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Ileana asegura que no se hizo policía por casualidad, sino por vocación. Foto: Mailenys Oliva Ferrales

Bayamo, Granma.–A pesar de su juventud y de los apenas cinco años que lleva ejerciendo la labor como investigadora criminal en una estación de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), de esta urbe, la teniente Ileana Rodríguez Rosabal ya acumula valiosas experiencias en la atención, seguimiento y solución de diversos procesos penales, en los que la principal premisa ha sido siempre salvaguardar la tranquilidad ciudadana. 

«Esta es una tarea sin horarios y sin pausas, porque todos los días atendemos casos diferentes», dice a este diario la también Licenciada en Derecho, encargada de trabajar con procesos de hurtos, amenazas, lesiones, receptaciones y acaparamientos, entre otros delitos.

«No me hice policía por casualidad, sino por vocación. Recuerdo que cuando estaba en 9no. grado me inserté en un círculo de interés del Ministerio del Interior (Minint) y, desde entonces, me enamoré de este mundo; tanto que al finalizar el 12mo. grado decidí pasar el curso de Investigadores Criminales», apunta la carismática teniente, quien asegura, además, que la suya es una faena llena de rigores, complejidades y desafíos.

«Trabajar directamente con la población es muy complicado porque, por lo general, quienes llegan hasta una estación de la PNR son personas en situaciones complejas, que necesitan resolver un problema, o son traídos como imputados ante un delito.

«Eso requiere de nosotros mucha profesionalidad, pues hay quien aspira a una respuesta fácil e inmediata ante su situación –ya sea víctima o familiar de un imputado–, y cada caso es diferente, por tanto, a veces los procesos no son tan ágiles como nos gustaría, porque dependen de una exhaustiva investigación».

–De los casos que ha atendido, ¿hay alguno que la haya marcado especialmente?

–Para mí, como investigadora criminal de la PNR, todos los casos son importantes, independientemente de su naturaleza, pero cuando se trata de hechos relacionados, por ejemplo, con la violencia de género contra las mujeres, no hay descanso hasta intentar resolverlo, ni impunidad posible para el agresor.

«Hace unos meses atendí un caso de acoso sexual a una ciudadana que ya no quería seguir con su matrimonio, y llegó hasta nuestra estación de la PNR, desesperada y atemorizada, porque su expareja la seguía buscando, la amenazaba y se creía con el derecho de impedirle a ella tener una nueva relación.

«Con ese ciudadano conversé personalmente, y también se le impuso una orden de alejamiento de la muchacha, quien varios meses después me contactó para agradecer nuestro papel en ese proceso, pues no había vuelto a ser molestada por su expareja».

–Policía y madre, ¿cómo armoniza esas dos pasiones a sus 25 años la teniente Ileana?

–Vestir el uniforme de la PNR para mí es un orgullo inmenso. Y mi niño Marlon Jairo, que aún no cumple los dos años, es mi mayor regalo. Y aunque no es sencillo cumplir con los rigores de una investigadora criminal y dedicarle tiempo a la maternidad, con el apoyo de la familia todo es posible.

«No obstante, muchas veces salgo de la casa tan temprano que lo dejo dormido en su cuna, y en otras ocasiones regreso tan tarde que otra vez lo encuentro dormido, porque hay casos que son difíciles y se extiende el proceso, o a veces ya vas de salida y llega una persona a la que le estás dando seguimiento, u otra con un problema complejo, la cual requiere ser orientada y atendida».

–¿Cuánta responsabilidad entraña ante la sociedad vestir el uniforme azul de la PNR?

–Es de las cosas más complejas de nuestra profesión, porque los policías también somos parte del pueblo, y no estamos ajenos a las carencias existentes, al incremento abusivo de los precios, o a que nos afecten los apagones.  

«A mí me ha sucedido, por ejemplo, que he llegado a mi casa, he estado sin fluido eléctrico y ha venido un vecino a expresarme su inconformidad, pues las personas siguen viendo en la PNR esa autoridad a la que pueden dirigirse ante cualquier problema, y eso también reconforta».

–Sin embargo, ante el incremento de las actividades ilícitas y las indisciplinas sociales, existen insatisfacciones en la población respecto al esclarecimiento de algunos hechos.

–Ese es uno de los desafíos que tenemos a diario, pero que nadie dude que la PNR trabaja incansablemente para esclarecer los hechos delictivos, preservar el orden y la tranquilidad ciudadanas y seguir siendo un puntal en la protección de nuestro pueblo.

«Lamentablemente, no todos los casos se pueden resolver, ni hacerlo quizás en un tiempo corto como una víctima y sus familiares quisieran, pero sí se le da seguimiento y atención a cada uno».

–¿Qué es lo que más le satisface de su labor como investigadora criminal de la PNR?

–Amo mi profesión y me gusta ejercerla. Y dentro de todo lo que hago lo más satisfactorio es cuando termino un proceso y la parte principal, que es la víctima, llega hasta mí y me dice muchas gracias por todo, me sentí muy bien atendido.

«De hecho, a veces he ido por la calle caminando, y se me ha acercado una persona que a simple vista no recuerdo, y me ha dicho, ‘‘¡oiga oficial, muchas gracias!, usted sabe que desde que me atendió no he tenido más nunca ese problema’’.

«Y la sensación que se vive en ese momento es indescriptible, porque en la gratitud del pueblo está el mejor estímulo de ser policía».

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

Luis dijo:

1

4 de junio de 2024

07:11:00


Orgullosos de tener una.mujer bayamesa en tan digna labor