ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Granma

No es casual que Cuba, este 24 de febrero, se comprometa aún más con una obra que es hija de su Revolución. Desde el 10 de octubre de 1868, la independencia y la soberanía son el destino de esta isla. Por eso hoy, los que tienen responsabilidades en diferentes niveles de dirección firman su compromiso con la ética que ha de presidir la defensa de la Patria.

El 24 de febrero de 1895 se inició la Guerra Necesaria, la que José Martí preparó bajo la premisa de la unidad de los cubanos. Necesaria porque Cuba tenía derecho a ser independiente; porque la presencia de Estados Unidos representaba un peligro de anexión de la Mayor de las Antillas, y de otras tierras, y Martí lo alerta; y porque con esa guerra se preservaba la identidad nacional.

Hoy también son ineludibles la independencia, la soberanía, y que la identidad nacional nos guie como pueblo; es tan necesaria, como entonces, la unidad, pues es la coraza de Cuba.

Mantener una conducta ejemplar, de elevados valores morales, profunda sensibilidad humana, inquietud revolucionaria, apego a la legalidad y un claro sentido del deber, es lo que firmarán hoy quienes nos dirigen. Son cualidades que tributan al compromiso con el pueblo, y a la unidad.

El Código de Ética de los Cuadros de la Revolución Cubana ratifica la prioridad concedida al fortalecimiento de los valores que sustentan la conducta y el desempeño de los directivos en la construcción de la sociedad socialista actual.

Cuando se estampe la rúbrica, cada cuadro estará arropándose con los sentimientos de Martí y con los de su mejor alumno, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.

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jorge luis dijo:

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26 de febrero de 2024

12:04:50


Sobre esto únicamente procede obrar con determinación y firmeza. Al que incumpla este Código se expulsa y no puede volver a ser cuadro nunca más.La posible carencia de cuadros no puede ser óbice para aplicar con rigor la medida, de lo contrario seria una debilidad ideológica y podemos hacer mil Códigos como este y serían simbólicos. Es preferible disponer de un solo cuadro consagrado al trabajo que diez que no lo estén. Estos no son tiempos de ceremonias, la vida de la Revolución esta en juego, el que no sirva para dar un buen ejemplo ante el pueblo, no puede permitirse que dé uno malo.