ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Félix Isasi Foto: José Agraz

matanzas.–Este viernes amanecimos con la triste noticia del fallecimiento de Félix Isasi, uno de los más grandes peloteros cubanos en cualquier época, integrante de los legendarios Tres Mosqueteros que dieron gloria a los Henequeneros de la década de los 70 y los 80 del pasado siglo.

Por su carácter bonachón, por su humildad más que por sus hazañas, se ganó el cariño y la admiración de los amantes al beisbol en todo el país.

El último adiós a ese pelotero de genio natural tuvo lugar en el Salón de la Fama del Palmar de Junco, el paraíso en el que aprendió los primeros secretos del oficio, y más de una vez hizo vibrar a los aficionados con sus jugadas.

En ese mítico estadio, el terreno de pelota en activo más antiguo del mundo, el excelso intermedista estará, de seguro, en exaltación permanente.

Fue un pelotero inteligente, veloz en las bases y bateador oportuno. Será evocado, sobre todo, por el modo ingenioso en que muchas veces escondió la pelota para sacar del aprieto a su equipo. En Cuba lo concibió innumerables veces, animado también por el afán de hacerle alguna travesura a sus compañeros.

Es célebre, en particular, la que realizó en el Campeonato Mundial, en 1970, cuando en el partido ante Estados Unidos escondió la pelota en el guante, le hizo una señal silenciosa al árbitro, y corrió para tocar al corredor que se había movido de la almohadilla.

«Iván Davis cantó out y la reacción de los norteamericanos fue tremenda, pero no pasó nada, y finalmente ganamos ese torneo», recordaría Isasi.

Como él mismo admitió reiteradamente, pudo haber jugado en cualquier equipo de las llamadas Grandes Ligas, pero la decisión implicaba abandonar su Patria.

«Yo no podía hacerle eso a Pucha, mi mamá, y tampoco podía traicionar a Fidel, quien confió en mí», le escuché decir en fecha reciente.

Un día algún estadio llevará su nombre. Se le rendirá eterna gratitud al hombre de la bola escondida, quien, con su asombrosa habilidad en el terreno y su veloz pivoteo en las jugadas de dobleplay, hizo las delicias de los amantes a este deporte.

Una vez tuvo la gentileza de prestarme un pantalón de pelotero de color azul que llegó a ilusionarme en mis incursiones en el softbol de la prensa. Algo gastado ya por el uso, lo conservaré como un preciado tesoro.

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Pablo Capo dijo:

1

2 de febrero de 2024

13:25:30


Gloria eterna a este grande de la Pelota cubana. EPD