Matanzas.-A pesar del agotamiento físico y de los posibles inconvenientes que suponía una decisión de esa naturaleza, Fidel decide separarse por primera vez de la ruta que marca la Caravana y se da una escapada hasta la ciudad de Cárdenas para rendir tributo a José Antonio Echeverría en nombre de la Revolución victoriosa.
Es de los hechos más llamativos vinculados al paso de la Caravana, que marcaron la nobleza de sus integrantes y vinieron a reforzar el afecto por el líder estudiantil, caído el 13 de Marzo de 1957.
Acompañado por Celia Sánchez y una pequeña escolta, Fidel hace una muy breve escala en el viejo hotel Internacional, en Varadero, y luego parte hacia la llamada Ciudad Bandera, donde saluda a los cardenenses y se entrevista con la madre de Echeverría, según consta en relatos de historiadores.
Ya de regreso a Matanzas, se une a la columna para reanudar su rumbo hacia la capital cubana.
Durante su permanencia en la cabecera provincial, y tras haber concluido su discurso al pueblo yumurino, acude a una conferencia de prensa con periodistas extranjeros.
A testigos del suceso les llamó la atención el permanente interés del jefe revolucionario por estar cerca del pueblo, por escucharlo. No le parecía adecuada ninguna tribuna que lo distanciara de las personas congregadas en los distintos espacios.
Prometió ocuparse con la mayor urgencia de varios asuntos que le plantearon los matanceros, como impedir la parcelacón y venta de las terrenos del estadio Palmar de Junco y resolver la situación con el acueducto de la ciudad.
De aquel primer encuentro nació una alegre relación que se agrandó con el tiempo durante sus futuras visitas a la provincia.
Aquellos momentos de verdadera euforia fueron recordados de manera especial por cinco combatientes de este territorio que realizaron la travesía hace 65 años.
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