Coliseo, Matanzas.–Nadie está ajeno a los baches. Hay más de uno en no pocas cuadras y, por lo general, demoran mucho tiempo en recubrirlos. Esta situación se tiene, en ocasiones, por cosa natural.
Por su larga permanencia, a veces da la impresión de que nadie se preocupa por el mal estado de algunas vías, cuyo arreglo ha quedado a un nivel secundario debido, básicamente, a la escasez de la mezcla asfáltica.
Hay carreteras intermunicipales que muestran un triste espectáculo, sin mantenimiento en largos años, y en verdad, casi intransitables.
La pavimentación de las mismas no resulta el único destino de ese producto, pero es el que más echa a ver su falta.
Los orificios de diversos tamaños y formas son visibles, sobre todo en las vías no principales, y en la red vial de los barrios periféricos y de las comunidades rurales.
RESUCITA LA PLANTA DE COLISEO
Ante esa realidad, es alentador saber que, tras complicadas inventivas y más de una peripecia de los innovadores –así como gracias al apoyo de varias empresas del territorio–, la planta de asfalto Abel Santamaría Cuadrado retomó su proceso productivo, luego de permanecer inactiva durante más de un año, debido, fundamentalmente, a problemas tecnológicos derivados del criminal bloqueo estadounidense.
Situada próxima a la carretera central, en la finca Esperanza, a unos tres kilómetros del poblado de Coliseo, en el municipio matancero de Jovellanos, esta entidad puede, a plena capacidad, procesar 60 toneladas por hora.
Se sirve del polvo de piedra y la gravilla de una cantera cercana a la industria. La tarea más engorrosa es traer el líquido asfáltico AC-30, desde Cabaiguán, en Sancti Spíritus, componente esencial para obtener el producto final.
Reanudar los servicios y hacerlo inclusive en mejores condiciones técnicas, dice mucho de nuestros trabajadores y de los especialistas del sector de la Construcción, aseguró Juan Alberto Baeza López, jefe de la planta. Echar a andar la instalación, única del territorio que produce hormigones asfálticos calientes, ha sido todo un desafío, después de tanto tiempo, subrayó.
Al referirse a las circunstancias adversas que debieron afrontar para estabilizar el funcionamiento de la entidad, mencionó la necesaria sustitución de una pieza clave en la actividad fabril, así como los inconvenientes con su sistema informático y automático, y hasta la rotura del grupo electrógeno.
En servicios desde 2013, esta planta italiana ha presentado no pocas dificultades con las piezas de repuesto.
Disminuidas sus operaciones por falta de combustible, el centro cerrará el año con un volumen ligeramente inferior a las 7 000 toneladas.
«La industria es una alta consumidora pues, para producir 200 toneladas de asfalto, requiere de alrededor de 2 000 litros de diésel, sin contar otras importantes cifras para transportar y colocar el producto», comentó Baeza López.
Para reparar en cierto modo el incumplimiento de la mezcla caliente, insistió el directivo, han entregado más de 3 000 toneladas de asfalto frío, producto que exige mucho menos gasto de combustible, y es muy usado en vías de poco tránsito, y para reparar baches.
Calificó como de gran impacto la donación china recibida en fecha reciente, consistente en cinco camiones de carga de 25 toneladas, un grupo electrógeno, tres torres para el alumbrado, así como equipo para pavimentar y compactar.
Yosvani Pérez Gutiérrez, jefe de industria, dijo que la mezcla asfáltica producida allí es utilizada en la habilitación y rehabilitación de viales, en los aeródromos, el programa de la vivienda, además de favorecer al sector del turismo, el Minfar, la agricultura y el Ministerio de la Construcción.
Directivos dedican tiempo, además, al propósito de incrementar el número de profesionales afines a estas labores, y a recuperar otro de los molinos de la planta, para aumentar la producción y reducir el consumo de combustible.
Al propio tiempo, afianzan convenios con el Parque Científico Tecnológico del territorio, con el propósito de transferir tecnologías para recuperar funciones en el área industrial.
A LA VANGUARDIA DE LOS INNOVADORES
Su nombre es Newel Morejón Rojas, pero todos lo conocen por Tata. Es el tecnólogo del centro, donde labora hace más de 20 años, y uno de los que mejor conocen la planta. De hecho, fue quien encabezó el equipo de innovadores de la Empresa de Construcción y Montaje de Matanzas para recuperar la fábrica.
Parecía una locura, pero nadie puso en duda que, al final, la propuesta de Tata y sus compañeros de labor sería efectiva. Fue lo que sucedió cuando idearon sustituir la pieza inutilizada por dos transportadores de combinada KTP-1, para llevar el asfalto desde el mezclador hacia la pesa, y de ahí colocarla en los camiones.
«Entre otras ventajas, de esa forma descartamos el uso de la cinta transportadora de goma, que se averiaba a menudo y causaba 30 y hasta 40 toneladas de merma en una jornada de trabajo, además de un mayor consumo de combustible.
«Hoy las pérdidas en el proceso apenas llegan a dos carretillas».
Morejón Rojas aplaza cualquier compromiso para estar el mayor tiempo posible cerca de la planta, a cuyo conocimiento se ha consagrado sin ser, lo que se dice, un experto en la materia.
«Yo aprendí a conocerla al tiempo que la operaba, pero ya no hay quien me haga un cuento. La rescatamos una vez, y ahora es difícil que deje de funcionar si nosotros estamos por acá».
Así, gracias al fomento de la innovación y la tecnología, y sobre todo a la habilidad de trabajadores emprendedores, salvaron la honrilla de la planta de Coliseo y, de tal suerte, pusieron más que un granito de arena para rehabilitar la «mal parada» red vial, y que no siga creciendo la leyenda de los baches.



















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lionis dijo:
1
8 de diciembre de 2023
08:28:02
Roquin dijo:
2
8 de diciembre de 2023
09:40:06
Marcial dijo:
3
8 de diciembre de 2023
11:47:09
org71 dijo:
4
9 de diciembre de 2023
11:26:22
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