ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
En agosto del año en curso había 2 432 productores que incumplían su plan de entrega, de los cuales un total de 1 400 no aportaba ni un solo litro a la industria. Foto: Pérez Cabrera, freddy

Villa Clara.–Cuando Clarita, la abuela del pequeño Lester, escuchó decir que en esta provincia un total de 1 709 productores incumplían el contrato y no entregaban ni un solo litro de leche a la industria, puso el grito en el cielo y se dijo a sí misma: «Ahora comprendo por qué la semana anterior solo distribuyeron medio litro por niño; y también, el exorbitante precio del yogur y el queso».

Igual de preocupados se mostraron los hermanos Neisa y Oneido Cabrera, quienes, con sus 84 y 86 años a cuestas, no logran entender la causa por la cual, desde hace varios meses, casi no reciben la dieta de leche indicada por el médico, por padecer ambos de gastritis aguda.

En busca de la veracidad sobre este tema, Granma conversó con varias personas, incluyendo directivos de la Agricultura y del Gobierno, además de productores y especialistas, quienes expusieron con franqueza los diversos laberintos de un asunto vital para la sociedad, el cual requiere de una solución pronta y duradera.

 

NO HAY, PERO SÍ HAY

El incumplimiento en los planes de entrega de leche, fenómeno que no es privativo de Villa Clara, y que afecta por igual a todas las provincias, está muy relacionado con el complejo panorama que vive la nación por razones conocidas, para lo cual la dirección del país ha tomado varias medidas, pero que, hasta la fecha, no han provocado el efecto positivo esperado.

A las limitaciones de recursos vitales para la ganadería se han unido el crecimiento desmedido del hurto y sacrificio de ganado, de la mortalidad vacuna y de la baja natalidad, aparte de la desmotivación en muchos de los que tienen que ver con esta tarea.

Al respecto, el ingeniero pecuario Miguel Rodríguez Gálvez, subdelegado provincial de la Agricultura para el reino animal, es enfático al reconocer que hoy se vive uno de los peores momentos de la ganadería en Villa Clara y en el país, sector que en los últimos cinco años ha visto decrecer la masa y los principales indicadores de eficiencia.

Para ilustrar lo anterior, expone cómo en 2016 este territorio llegó a producir más de 49 millones de litros de leche; sin embargo, este año no llegará siquiera a los 24. «Antes existía la cría artificial de terneros, que recibían un sustituto de leche y tenían el pienso garantizado hasta los cuatro meses; la alimentación de las vacas era muy superior; había más recursos para proporcionarles a los ganaderos, y una mayor responsabilidad de la base productiva en la contratación, entre otros elementos que influían en que Villa Clara fuera una de las mayores productoras de leche del país», reconoce el directivo.

En un contexto signado por el recrudecimiento del bloqueo y de la pandemia, se produjo un agravamiento de la escasez de recursos y otros fenómenos nocivos como el hurto y sacrifico ilegal de ganado, que ha constituido un verdadero azote para la ganadería en la provincia. En ese sentido, expone que el pasado año, por esas y otras razones, se perdieron más de 18 000 animales, una buena parte de los cuales eran vacunos, tendencia que se ha mantenido durante el año en curso, en el que la cifra supera los 12 000, de ellos más de 5 000 vacas que debían estar aportando leche.

Para ilustrar lo que dice, Miguel Rodríguez expone algunos números que alarman: «Solo en un lapso de apenas cinco años se han perdido 64 467 animales, ya sea por muerte, hurto y sacrificio ilegal, faltantes u otras razones».

Respecto a las vacas, que son el eslabón más importante de esta cadena, por ser las que producen, explica que hace cinco años existían 153 903; sin embargo, hoy esa cifra se ha reducido a solo 114 030, es decir 39 873 menos, lo cual se traduce, de acuerdo con el potencial, en 21 132 000 litros de leche que no se entregarán.

Otro elemento que llama a la reflexión más seria es el alto número de productores que, por una razón u otra, incumplen su plan de entrega de leche al Estado. En agosto del año en curso, por ejemplo, había 2 432 productores que no satisfacían el plan de entrega, de los cuales, un total de 1 400 no aportaba ni un solo litro a la industria, tendencia que ha venido acentuándose en los últimos días, cuando la cifra de transgresores que no contribuyen en nada a la alimentación de niños, embarazadas y al consumo social, asciende a 1 709, reconoce el Subdelegado de la Agricultura en Villa Clara, al frente de la ganadería.

Tales anomalías se reflejan, inevitablemente, en el incumplimiento en los planes previstos de entrega de leche, señala Rodríguez Gálvez, quien explica que, si bien en esta misma fecha el pasado año se aportaban a diario unos 91 700 litros, hoy esa cifra ronda los 57 000, razón que explica los problemas que han existido con el suministro de ese alimento a quienes tanto lo necesitan.

Lo incomprensible de este asunto es que, con iguales penurias y limitaciones, unos territorios incumplen todos los indicadores de eficiencia, mientras otros manifiestan mayor compromiso en la observancia de lo pactado, o al menos se acercan a los propósitos fijados de antemano.

Cabría preguntarse por qué en Placetas, Manicaragua, Camajuaní, Santa Clara y Ranchuelo, los municipios que más incumplen, pululan los transgresores del contrato; mientras en Caibarién, Remedios, Encrucijada y Corralillo, la situación resulta bien diferente.

Al respecto, el Subdelegado reconoce que, a pesar de las limitaciones económicas, que nadie esconde, la razón es una: donde impera el orden, la disciplina y la exigencia, las cosas funcionan mejor, y pone el ejemplo de la unidad básica de producción cooperativa Desembarco del Granma, de Santa Clara, entidad que, mientras fue administrada por un ganadero de la talla de Israel Aguilar, lograba entregar cerca de un millón y medio de litros de leche al año, cifra que hoy no supera los 300 000.

 

LOS PRODUCTORES TIENEN LA PALABRA

Alexis Alfonso Martín, un recio ganadero de más de 40 años en estos trajines, dice, de manera jocosa, que el poco pelo que tiene en la cabeza se debe a los sufrimientos que ha debido sortear en los últimos tiempos para poder mantener su rebaño y cumplir lo establecido, porque, por encima de todo, él es un hombre de ley, según nos cuenta.

«A mí, como a la mayoría de los campesinos, siempre me ha gustado cumplir con el Estado, pero en los últimos tiempos la cosa se ha puesto muy fea para nosotros. Ahora mismo, hace más de 15 días que yo no puedo entregar ni un solo litro de leche porque no tengo quién me acarree el producto», dice, mientras se quita el sombrero y se rasca la cabeza.

Cuando se le sugiere que profundice en el asunto, dice que ya quedan muy pocos acopiadores de leche, porque, según ellos, lo que les pagan es muy poco, que apenas les da para herrar el caballo o comprar lo que necesitan para mantener a su familia.

«Otro problema es que el precio actual de la leche a 20 pesos el litro no nos da solvencia para poder encarar la galopante inflación presente en todas partes. ¿Usted sabe cuánto debo dar por un rollo de alambre para mantener el control del ganado?: 24 000 pesos. Así, por un kilogramo de grampas: mil pesos; por no hablar de los 500 y más que debo pagar a diario a quienes me ordeñan las vacas, entre otros gastos», señala Alexis, miembro de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) 21 de Septiembre, de Santa Clara.

 

¿PARA QUÉ SIRVEN LOS CONTRATOS?

Como explica René Bacallao Figueroa, coordinador de programas y objetivos del Gobierno en Villa Clara, el cumplimiento de los contratos ha sido uno de los grandes problemas en el territorio, lo que, entre otras razones, ha llevado al actual incumplimiento en los planes de entrega.

«Creo que esa contratación nació con problemas, porque la Empresa Láctea no tiene ni el conocimiento ni las condiciones necesarias para hacer cumplir con éxito una labor que le debe corresponder a la base productiva y a toda la estructura que la rodea, llámese las delegaciones municipales de la Agricultura, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños u otros entes que conocen mejor al productor», reflexiona el directivo.

Reconoce que, ante los incumplimientos, el lácteo se ha limitado a penalizar trimestralmente a los productores, a razón de diez pesos por cada litro de leche dejado de entregar, algo irrisorio porque, como se conoce, con el actual precio de la leche en el mercado informal, entre 50 y cien pesos, resulta muy fácil asumir esa penalización.

A pesar de estas privaciones, es enfático al expresar que también ha faltado exigencia y control de la actividad por parte de las personas que deben hacer cumplir lo establecido. En ese sentido, menciona el Decreto 358, que norma la entrega de tierras, y se pregunta a quién se le ha quitado ese derecho por no producir y entregar la leche comprometida.

Menciona, igualmente, el Decreto 35, de 2021, sobre la comercialización, que en su Capítulo 9, Artículo 53.1, expresa que se consideran infracciones vender producciones agropecuarias a otros destinos diferentes de los contratados, sin la autorización que corresponde, y no contratar el potencial de sus producciones.

En ese caso, a quienes incurran en incumplimiento, se les debe imponer una multa cuya cuantía es el equivalente de multiplicar por tres el volumen de la producción al mayor precio del mercado agropecuario en el momento en que se comete la referida infracción; lo cual, hasta la fecha, no se ha aplicado a ningún incumplidor, lo que denota irresponsabilidad.

Urge buscar solución a un asunto que no es nada sencillo de resolver en el actual contexto, pero que sí es posible atenuar. Si algún tema no reclama más persuasión es el de la leche, cuyo destino es sagrado. Nuestros niños, ancianos, enfermos y embarazadas exigen  actuar con la máxima energía.

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Almachete dijo:

1

30 de noviembre de 2023

08:46:44


Además de los bajos precios es importante que se revise el cumplimiento en tiempo de los pagos a los campesinos, por cualquier producción, si el campesino cumple en tiempo, cantidad y forma lo que le exigen, también hay que pagarle en tiempo (de lo contrario no contrate, lo que no va a poder pagar), es lo justo, además el dinero hace falta en ese momento, no para cuando la entidad estatal quiera o pueda pagarlo, esos incumplimientos en los pagos solo se acabaran cuando a las entidades estatales tengan que pagar un recargo a favor del campesino (igual que le cobran 10 cup/litro de leche planificado y no entregado) por cada mes que retrase el pago a los mismos, posteriormente que se realice un análisis interior en la entidad que incumplió, lo que implicó un costo adicional para el estado, se depuren responsabilidades y se tomen medidas, pero nadie quiere fajarse con el toro por los cuernos, PARA EXIGIR, HAY QUE CUMPLIR

Raúl López Santana dijo:

2

30 de noviembre de 2023

08:55:07


Cada parte tiene que cumplir con lo que le toca. El precio alto de los insumos y herramientas para la actividad, encarece el producto final, el estado tiene que asumir de alguna manera.