Guantánamo. —Llovió durante tres días en la totalidad de los municipios guantanameros, y fue notable el contraste de los pluviómetros. Con registros por encima de 100 mm en Niceto Pérez, Manuel Tames, Caimanera y San Antonio del Sur, las lluvias fueron menos profusas en municipios como Baracoa, Imías y Maisí.
El evento hidrometeorológico tensó a la provincia, la puso de «corre corre», y otra vez el Alto Oriente mostró capacidad para adelantarse al peligro cuando la naturaleza amaga o embiste.
Ciertos daños y algo de beneficios resumen el saldo del fenómeno lluvioso, a su paso por esta provincia: dos escuelas con afectaciones parciales de techo (recuperadas ya), en La Tagua de Manuel Tames, más de 40 viviendas penetradas por inundaciones en Caimanera, y otra en San Antonio de Sur; obstrucción de tragantes, registros y alcantarilla, y alguna que otra avería en circuitos eléctricos (casi todos restablecidos también).
Como ganancia, creció en más de 10 000 000 de m³ el volumen de agua almacenada. Ahora los embalses del territorio retienen algo más de 196 000 000 de m³ del líquido, es decir, el 56,46 % de su capacidad total, reserva suficiente para suministrarle agua durante al menos seis meses a la población, las instituciones y la agricultura de la provincia, aseguró a Granma Edilso Delgado Guzmán, delegado de Recursos Hidráulicos en Guantánamo.
De vuelta a sus hogares ya están las 3 280 personas que, residentes en zonas bajas, fueron puestas a salvo de las inundaciones asociadas al fenómeno meteorológico (105 de ellas en centros de evacuación, y las demás en casas de familias y vecinos). Desde el lomerío han regresado también las brigadas quirúrgicas previamente desplegadas en sitios con riesgo de quedar incomunicados debido a las lluvias. La solidaridad fue mutua, pues, de municipios montañosos recibió la cabecera provincial una buena inyección de productos del agro.
Ahora mismo la movilización post-evento hidrometeorológico acontece en Caimanera y Guantánamo, ciudades tomadas, la primera por profesionales de la Salud y estudiantes de Medicina, quienes, organizados en la brigada Ramón López Peña, van de hogar en hogar en operación preventiva contra posibles brotes de enfermedades diarreicas.
Sobre la urbe del Guaso, por su parte, permanecen más de 800 m³ de desechos sólidos en unos 60 microvertederos; quedan alcantarillas y tragantes obstruidos; en unas cuantas calles pesan -y afean- los arrastres de la lluvia, al tiempo que la mala yerba campea en los espacios verdes.
Esas fealdades merecen una batida, y de ello se ocupan centenares de jóvenes, estudiantes y combatientes, formidable refuerzo junto a las fuerzas de Comunales. Después sobrevendrán la pintura y otros retoques de belleza, que a la natal aldea de Boti le devolverán parte de sus encantos, opacados por el mal tiempo y algunos descuidos.
Por lo demás, el mapa de maduración del café de la actual cosecha no ha cambiado mucho hasta ahora, pese a las precipitaciones recientes, aseguró el Delegado de la Agricultura en Guantánamo. No obstante, si la alta humedad se combina con eventuales alzas de los termómetros, sobrevendrán brotes simultáneos de granos maduros, algo que pudiera ocurrir en los días inmediatos; hay que estar alerta.
Al momento de redactar estas líneas, el general de división, Ramón Pardo Guerra, jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, recorría zonas afectadas por las lluvias en esta provincia.


 
                        
                        
                        
                    





 
     
    










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