ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Los muebles y los objetos decorativos de la vivienda del médico del Consultorio No. 25, en el barrio El Paraíso, también fueron diseñados y elaborados por creadores del FCBC. Foto: Cortesía de la filial holguinera del FCBC

«Si el muchacho tiene problemas para encontrar la talla de la ropa que usa, vamos a ayudarlo», dijeron los directivos y varios de los integrantes de la filial Holguín del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC), especializados en confecciones textiles. Acababan de conocer parte de las necesidades de un joven holguinero con una estatura de dos metros y diez centímetros, a causa del trastorno de salud identificado popularmente como gigantismo.

El caso conmovió tanto, que enseguida se sumaron otros creadores. Así fueron aportados gratuitamente varios artículos, como una cama con una longitud de dos metros y 70 centímetros, con las correspondientes sábanas y el colchón, y toallas. En los contactos conocieron que su abuela está postrada, y extendieron la ayuda a ella, describe Manuel Hernández Ramos, director de la filial, un hombre tan dinámico como afable.

En Holguín, los artistas inscritos en el Registro del Creador rondan los 700, la filial también comercialize con las nuevas formas de gestión no estatal, siempre que sus servicios y productos cumplan con la calidad requerida, esclarece las razones de la conducta altruista expuesta.

«Como empresa del Ministerio de Cultura, que se encarga de la promoción y comercialización de las artes plásticas y las artes aplicadas, defendemos y aplicamos el principio de contribuir a la solución de problemas sociales».

CON FINANZAS Y PRODUCTOS PROPIOS

El Gobierno del territorio, explica Manuel, tiene registrados los casos que requieren de ayuda social, y prioriza los más críticos, pero la realidad dice que no puede llegar a todos al unísono. Al conocer esto, tanto los artistas, como la empresa, emplean parte de sus utilidades para aliviar situaciones complejas en el entorno comunitario.

«Sin afectar los aportes al fisco y otros deberes, de lo que corresponde a los trabajadores de la empresa, con la correspondiente aprobación de estos, la ayuda social ofrecida, que no ha afectado al salario medio mensual por persona, acumula este año unos 2,5 millones de pesos».

Con una parte de ese dinero se han atendido cinco casas de niñas y niños sin amparo familiar. Hacia esas instalaciones han enviado mochilas, útiles para la escuela, ropa, zapatos y hasta perfume, todo producido por integrantes de la filial. Además, organizan cumpleaños, lo que complementan con la reparación y restauración de locales y de mobiliario.

Con el Centro Médico sicopedagógico Modesto Fornaris Ochoa, que, en la capital de la provincia, acoge a pacientes con notorias discapacidades, hay una estable relación, gracias a la cual le han proporcionado diversos artículos, entre ellos lavadoras adquiridas con dinero aportado por los creadores. Estos, igualmente, han donado zapatos, sábanas y ropa.

Un día, cuenta Manuel, recibió una llamada telefónica de uno de los directivos del hogar de ancianos de Gibara, quien indagaba sobre la identidad de unas personas que se habían presentado allí como miembros del FCBC, con la intención de recoger muebles, sillas de rueda y andadores, para llevarlos a un taller y repararlos.

«En efecto, hasta allí había llegado Gerardo Fruto, uno de los maestros de las artes aplicadas, quien permanece atento a la solución de problemas sociales. Mire si fue provechosa la intervención de su equipo de trabajo, que restableció los medios mencionados y colocó en la instalación varias lámparas led recargables, necesarias para mantener la iluminación cuando el grupo electrógeno de emergencia ubicado allí no dispusiera de combustible.

«De igual forma, se envió una caja con zapatos para los pacientes. Me contaron que una de las personas que la recibió, sin abrir el paquete, se mofó del contenido, bajo la suposición de que estaba compuesto por aquel tipo de calzado de tela que auxilió a muchos en el periodo especial. Sin embargo, a los pocos segundos debió admitir la calidad de los artículos».

La satisfacción que sienten por extender la mano a esa institución que protege a 51 pacientes, refiere, incluye un próximo paso motivado por el respeto y el amor: el mejoramiento de las condiciones constructivas del Hogar de Ancianos de Velasco, que acoge a poco más de 20 personas.

OTRAS HUELLAS DE BONDAD

Cuando Orlis Pacheco habla de la ofensiva reciente librada en el barrio El Paraíso, en el consejo popular de Alcides Pino, en la capital provincial, con el fin de devolver el valor de uso a instalaciones sociales, invariablemente menciona al Consultorio No. 25, «totalmente recuperado por una brigada del FCBC de Holguín», lo cual confirma con alegría Ernesto Planche Díaz, el médico que labora allí.

Se trata de un justo reconocimiento a Alfredo Jiménez, un creador sobresaliente en las artes plásticas, quien en esa ocasión arribó con una fuerza de choque a la que integró vecinos de la comunidad; adquirió materiales de construcción y controló con rigor el proyecto de reanimación que benefició al área de prestación de servicio y a la vivienda del médico de la familia. El aporte se extendió a muebles, vajilla y televisor para el galeno, así como camillas y otros medios de empleo en la atención a los pacientes.

El valor de lo invertido por Alfredo en materiales y mano de obra representó varios millones de pesos, pero cobró un poco más de 900 000.

Al buscar más hechos reveladores de este comportamiento, Manuel Hernández vuelve a hablar de Gerardo Fruto y de su equipo de trabajo, una vez que ellos repararon, en colaboración con especialistas de la Empresa Mecánica Héroes del 26 de Julio, las partes metálicas de luminarias y muebles instalados en

salones quirúrgicos del Hospital Provincial Vladimir Lenin.

Seguir la hoja de ruta de la filial holguinera a través de las instituciones médicas, revela su presencia actual o pasada en centros asistenciales emblemáticos, entre los que también se encuentran los hospitales provinciales Clínico Quirúrgico Lucía Íñiguez Landín, Pediátrico Octavio de la Concepción y de la Pedraja, la Sala de Hemodiálisis del hospital de Mayarí y el Centro de Atención a Deambulantes.

La traza revela que el beneficio a los centros de la Salud Pública, además de las donaciones, se expresa en aplicarles, en las relaciones contractuales que involucran grandes volúmenes de trabajo o complicadas operaciones, un margen comercial con un máximo de 15 %, cuando por ley puede ser del 30 %.

Profundizar en la concepción altruista y de colaboración social de los afiliados al FCBC en la provincia, pone de relieve más hechos notorios, de los que son parte la construcción del parque de Los tiempos, que evoca la obra de Cosme Proenza; el panteón erigido en memoria del comandante del Ejército Rebelde Delio Gómez Ochoa, y la reparación de 11 viviendas de miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, y la confección, en el transcurso de este año,  de unos 500 colchones para camas de hospitales.

«¿Qué hay que resaltar?», pregunta Manuel, en uno de esos arranques de entusiasmo con que sorprende a aquellos con quienes dialoga. Y responde, a modo de resumen, con la misma naturalidad: «La disposición de los artistas. Hay unidad entre los miembros de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas, la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, la Asociación Hermanos Saíz y el FCBC. Muchas veces, sin que medie la empresa, se pronuncian y acometen acciones altruistas. Eso habla de su alta responsabilidad social».

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