Guisa, Granma.–Cuando a Lourdes Espinosa López le dicen que ha convertido su cafetal en un sitio de referencia en este serrano municipio, se le dibuja una sonrisa en el rostro, pero enseguida la modestia le aflora en la palabra. «Aquí lo que importa es sembrar y producir más café». La reconocida campesina es hoy una de las productoras líderes del territorio.
El mérito le viene de la constancia y la consagración para hacer crecer, en producciones físicas, las cerca de dos hectáreas en las que esta mujer de campo ha logrado cosechar entre 300 y 400 latas de café en una campaña.
«Sin embargo, no siempre fue así», explica a este diario, y señala que en sus primeras cosechas solo rondaba las 50 latas en una hectárea, pues comenzó esa labor hace poco más de una década, cuando la vida le cambió el rumbo.
«Yo era ama de casa y, aunque ayudaba en el cultivo del café, estas plantaciones estaban a cargo del papá de mi niña, pero él falleció y entonces decidí aprovechar los conocimientos que ya tenía de esas labores, y decidí virarme para la tierra», apunta la productora, con el orgullo sano de quien ha logrado incrementar su economía y aportar a una zafra cafetalera que aún demanda de mejores rendimientos en Granma.
Asociada a la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Luis Ramírez López, Lourdes también forma parte del Proyecto Más Café 2, lo que, unido a la asesoría científico-técnica brindada por la Estación Experimental Agroforestal de Guisa, le ha permitido adquirir sistemas de riego e incrementar las cadenas productivas de sus cafetales, en los que, además, tiene intercalados otros cultivos como plátano y zapote.
«Antes de estar insertada en el proyecto apenas promediaba medio centenar de latas por cosecha, y este café (un injerto que incluye las variedades de robusta y arábico) que aún no está en producción, pues se encuentra en fomento con solo tres años, ya rinde más de 300 latas; o sea que, cuando alcance su óptima etapa productiva, debe superar las 700 latas», augura Espinosa López.
Y aunque, a decir de esta incansable productora, «no ha sido fácil atender el campo, ser madre y ama de casa a la vez», en la faena cafetalera ha podido reconocerse como una mujer más capaz, segura y útil a la sociedad.
«Cuando entro al campo me siento orgullosa de ver los frutos de mi sacrificio, porque gracias a mi trabajo no dependo de nadie para vivir ni para criar a mis hijos, y en mi finca, entre matas de café, es donde me siento más feliz. Por eso creo que seguiré aquí hasta que sea una viejita con bastón», concluye entre risas.
Como Lourdes Espinosa, miles de mujeres cubanas, nacidas o no en el campo, hoy se crecen en todo tipo de labor. Allí es posible encontrarlas, emancipadas, y siempre dispuestas a asumir nuevos desafíos.



















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yassiel dijo:
1
7 de septiembre de 2023
08:47:02
Harlem dijo:
2
7 de septiembre de 2023
22:40:14
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