
Los trabajadores agroazucareros avileños dieron un paso en firme, elemental en el propósito de lograr la recuperación cañera, y se convirtieron en los únicos del país en cumplir el plan de siembra de caña del cuatrimestre enero-abril.
La concreción de esta meta resulta muy halagüeña, pues ello representa que toda la gramínea llevada a los surcos durante los primeros meses del año puede ser molida en la próxima contienda azucarera.
Eduardo Larrosa Vázquez, director de Coordinación y Supervisión Técnica del Grupo Azucarero Azcuba en la provincia, informó que se sembraron 1 855 hectáreas, el 101 % de lo previsto en el periodo, con destaque para las empresas agroindustriales azucareras Ciro Redondo y Primero de Enero, mientras que Ecuador y Enrique Varona se quedaron por debajo.
El logro viene aparejado al trabajo en la industria, con un cumplimiento del plan de azúcar solo al 74 %, motivado en lo fundamental por la rotura de la bioeléctrica avileña por espacio de más de un mes, a lo que se agregan las reiteradas afectaciones en el suministro de combustible y las ocasionadas por las malas condiciones meteorológicas (lluvias).
La estrategia, comentó el directivo, se centra en la vinculación de toda la caña del territorio hacia el basculador del moderno central Ciro Redondo, dado el estable funcionamiento de la bioeléctrica en el último mes, y en moler la caña de las áreas cercanas a esa planta moledora y las de la empresa agroindustrial azucarera Enrique Varona, con un significativo aporte de materia prima al llamado coloso avileño, cuya norma potencial aumentó de 6 000 toneladas en 24 horas a las 8 000, luego de la remodelación.
Al bajo ritmo en el cultivo de la dulce gramínea en las tierras de la entidad se suma el desmonte y limpieza del denominado Pili pili (árbol leñoso que invade las plantaciones), de lo que se ha criticado que no existe una estrategia definida por cada una de las bases productivas para avanzar más en la tarea.
Las máximas autoridades del Partido en el territorio, encabezadas por Liván Izquierdo Alonso, miembro del Comité Central y primer secretario de la organización en el territorio, prestan especial atención a la siembra de la gramínea y a la marcha de la actual zafra. Ha trascendido que hay potencialidades para aportar más en ambas direcciones: la siembra y la molida; y que no se puede dejar todo para la recta final, cuando arrecia la época lluviosa y se tornan casi imposibles los trabajos, sobre todo al norte de la provincia, proclive a las inundaciones por las características de los terrenos.
Como parte del movimiento Latir avileño, las unidades productivas reciben las manos voluntarias de dirigentes y parte del pueblo en la siembra de caña, aporte también esencial en la materialización del cumplimiento del programa de siembra de enero a abril.



















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