Mateo Román, Yara.–Que la Empresa Agroindustrial de Granos (EAIG) Fernando Echenique, de Granma –mayor productora de arroz en Cuba– haya podido cerrar 2022 con notables utilidades, a pesar de las afectaciones que enfrentó con su principal reglón productivo, se debe, en buena medida, a los ingresos económicos obtenidos tras la «siembra y cosecha» de alevines en sus estanques y áreas arroceras en reposo.
La entidad, primera de la provincia que incursionó en dicha modalidad sin pertenecer al sistema de la crianza de peces en agua dulce, comenzó hace dos años, de forma experimental, este tipo de «cultivo» en estanques de la unidad empresarial de base (UEB) La Gabina, en la zona de Yucayo, en el municipio de Río Cauto. Actualmente extiende la «siembra» a varias terrazas planas de arroz en rotación, que se encuentran enclavadas en el territorio de Yara.
Edisnel González Valdés, director de la EAIG, dijo a Granma que la iniciativa surgió de la necesidad de buscar alternativas frente a la disminución de la actividad arrocera.
«Nuestra empresa, desde el año 2019, ha estado afectada por el déficit de insumos importados y el combustible, situación que nos obligó a apostar por un proceso de diversificación que nos permitiera lograr un equilibrio productivo y financiero, en correspondencia con las medidas que el país ha ido aprobando para el perfeccionamiento de la empresa estatal socialista».
En ese sentido –señaló–, la EAIG Fernando Echenique, en encadenamiento con la empresa pesquera de Granma (Pescagran), comenzó a fomentar la actividad acuícola, no solo con el propósito de cosechar, comercializar y consumir el pescado, sino también de aprovechar sus beneficios en la fertilidad orgánica del suelo, donde posteriormente se produce la siembra de la gramínea.
Para ello se evaluó el estado de las áreas arroceras seleccionadas (pues no todas las tierras dedicadas al cultivo del arroz están aptas para desarrollar la actividad acuícola) antes de la «siembra» de los alevines, y su comportamiento luego de realizarse la cosecha.
Los resultados, según detalló González Valdés, fueron muy positivos, pues en esas áreas se obtuvieron rendimientos de más de cinco toneladas de arroz por hectárea, con un ahorro del 50 % de los fertilizantes químicos que tradicionalmente se emplean en ese cultivo.
«Es decir, que hubo un impacto favorable tanto para las condiciones orgánicas del suelo, como para la economía de la empresa, que redujo sus gastos en el empleo de fertilizantes químicos», afirmó.
MULTIPLICAR PECES EN TERRAZAS PLANAS
Metidos en el agua –incluso durante los días más invernales de este mes de enero–, trabajadores del lote 2 de la ueb Antonio Maceo, de Yara, cuidan con celo, «de domingo a domingo», la producción de alevines en terrazas planas pertenecientes a la EAIG Fernando Echenique.
«Esto se hizo a pulmón y con mucho sacrificio, por eso hay que atenderlo todos los días, para que la cosecha sea buena», aseguraron a este diario los curtidos obreros Víctor González Núñez y Rafael Rodríguez Pérez, quienes formaron parte de la brigada que reacondicionó las terrazas planas para poder «multiplicar» allí peces en el arroz.
«En el cultivo del arroz la lámina de agua no supera los 20 centímetros de altura, mientras que para garantizar la supervivencia de los alevines hay que elevar esa columna de agua hasta unos 80 centímetros; un cambio que demandó bastante trabajo», subrayó Rodríguez Pérez.
No obstante, Ángel Chávez Núñez, director de la UEB, explicó que tanto esfuerzo no ha sido en vano. «De ocho hectáreas que teníamos inicialmente ya hemos crecido a unas 40 hectáreas dedicadas a la producción de alevines, con alrededor de 1 300 000 larvas de ciprínidos (tenca blanca, carpa, amura blanca y labeo, y otros), cuya reproducción y posterior cosecha ya dejó buenos dividendos en 2022», acotó.
«Incursionar en la actividad acuícola ha sido muy positivo porque nos ha permitido levantarles el ánimo a nuestros trabajadores, pues hay momentos en los que los niveles de actividad en la producción de arroz baja, y esta es una alternativa que les permite mantenerse trabajando e incrementar sus salarios; y por otro lado, además, pudimos realizar la venta de pescado fresco a la población, algo inédito en este territorio, y que sus habitantes agradecieron mucho».
Actualmente, agregó el directivo, en la unidad se fomenta la ceba de unos 24 000 ejemplares de alevines en terrazas planas, cuya alimentación está basada, principalmente, en productos orgánicos que no demandan el empleo de piensos ni de fertilizantes químicos. «Es una producción muy noble, que no lleva muchos gastos y genera utilidades muy buenas», advirtió.
De igual modo, resaltó que el cultivo de alevines tampoco afecta la producción arrocera. «Estas son áreas que no estaban en el plan de siembra de la gramínea de este año, lo que permite la recuperación del suelo, pues con este proceso de rotación hemos tenido la oportunidad de ver cómo se incrementa la germinación de la semilla respecto a otras áreas donde no se realizó la siembra de alevines».
Por su parte, Yosvani Pérez Brizuela, jefe del lote que atiende la producción acuícola en las terrazas planas, comentó que durante esta etapa lo más complejo es el frío, porque hay que entrar al agua para preparar los comederos y realizar las limpiezas, «pero yo me he enamorado de esta actividad, porque no solo nos genera ingresos, sino que también se convierte en comida para nuestros trabajadores, sus familias, y el pueblo», añadió.
PERSPECTIVAS DE DESAROLLO
Para Oslando Linares Morell, director de la División Tecnológica de Arroz, del Grupo Empresarial Agrícola, adscrito al Ministerio de la Agricultura, la crianza de peces en áreas arroceras, aunque es un proyecto relativamente novedoso –en el que están incursionando las principales empresas del ramo en el país– figura como una oportunidad hacia la necesaria diversificación productiva que se demanda en medio del adverso escenario económico que enfrenta la nación.
Según informó a este diario, en 2022 en Cuba se sembraron alrededor de 300 hectáreas de alevines en áreas pertenecientes a empresas productoras de la gramínea, lo que permitió generar ingresos a esas entidades, afectadas por el progresivo deterioro que desde 2019 sufre la producción arrocera en la Isla.
Al respecto, el director de la eaig Fernando Echenique, Edisnel González, fue enfático al decir que «no somos ni pretendemos estar a la altura de una empresa acuícola especializada; nuestro propósito es fomentar el desarrollo de esta actividad sin descuidar la producción arrocera».
Bajo esa premisa, y con la aplicación de la ciencia y la innovación tecnológica –en beneficio tanto de la producción de alevines como del cultivo del arroz– en 2022 se obtuvieron 1,5 toneladas de pescado en los estanques, y 0,8 toneladas en las terrazas planas.
De acuerdo con el directivo de la EAIG, gracias a la experiencia adquirida hasta la fecha, están en condiciones de elevar esos indicadores en el presente calendario, y de crecer en próximas campañas hasta unas cien hectáreas en terrazas planas.
Otro objetivo a corto plazo es lograr la industrialización de parte de la cosecha, para la obtención de subproductos. «Este año pretendemos realizar la contratación con Pescagran, con el objetivo de sumarle a la venta de pescado fresco nuevas ofertas como croquetas, picadillos y otros derivados», apuntó González Valdés.
Esa estrategia, destacó, se inserta, además, en la matriz económica de la empresa, al permitirnos obtener subproductos del pescado que nos sirven para la formulación de piensos criollos destinados al ganado vacuno.
Tales perspectivas de desarrollo reafirman la voluntad de una empresa que no les teme a nuevos desafíos, busca alternativas, incrementa utilidades y afianza su potencial financiero.
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Erisbel dijo:
1
1 de febrero de 2023
09:05:16
Roberto dijo:
2
1 de febrero de 2023
09:37:46
Alberto Ochoa Carralero dijo:
3
1 de febrero de 2023
14:40:08
Dabel Peñate Sosa dijo:
4
2 de febrero de 2023
21:03:54
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