ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Especialistas de la destilería de la Empresa Azucarera Urbano Noris reparan los componentes del sistema por el que circulará la meladura para procesar en las diferentes etapas de la zafra. Foto: del autor

Holguín.–Quienes en la Empresa Azucarera Urbano Noris, en el municipio de igual nombre, habían realizado zafras con un esquema centrado en la producción de azúcar, hoy entienden con claridad que en los derivados de la caña hay un enorme potencial por explotar.

Se los demostró la posibilidad de obtener, al cierre de septiembre, ingresos por encima de 200 millones de pesos no planificados inicialmente, pero hechos realidad cuando su destilería, que forma parte de la empresa, emprendió la elaboración de aguardiente de alta calidad, comercializado con las empresas de bebidas y licores para elaborar rones con destino al consumo interno y a la exportación.

«La zafra pasada nos dejó unos cien millones de pesos de pérdidas. Fue una contienda pequeña y tuvo diversos tropiezos, sobre todo mucho tiempo perdido. Lo primero que hicimos con el dinero obtenido de las ventas del aguardiente fue pagar los 74 millones que les debíamos a los productores de caña», explica Rodolfo Mora, director general de la empresa azucarera.

Igualmente, una parte se empleó, agrega, en honrar deudas con proveedores de recursos.

El panorama económico de la empresa sigue cambiando para bien. De acuerdo con el seguimiento que da Mora a las cuentas de la empresa, si en agosto todavía reportaban 9,6 millones de pérdidas y en octubre estas se habían reducido en otros tres millones, al final del presente año la situación será definitivamente otra, porque se planifican utilidades que rondarán los 44 millones de pesos.

No se producirá un milagro. En el periodo inicial de la zafra que está por comenzar, es decir, entre el 23 de noviembre y el fin de año, está previsto continuar la producción de aguardientes a partir de meladura.

A ese periodo, identificado como zafra alcoholera, le sucederá otro, en el que el azúcar tendrá prioridad para la empresa, que posteriormente emprenderá una etapa en la que volverá a producir meladura y recibirá, a la vez, la que aporten otros centrales holguineros y uno de Santiago de Cuba. 

UNA DECISIÓN OSADA

¿Cómo fue posible producir 1 731 762 botellas de aguardiente y obtener por ellas más de 200 millones de pesos, si la zafra ya había concluido?

Mora detalla que a finales de julio pasado, en el resumen anual de la zafra, el Presidente del país, Miguel Díaz-Canel, llamó a no dilatar las acciones para aprovechar los derivados de la caña.

«Enseguida nos percatamos de que podíamos convertir en alcohol el azúcar “no conforme”, según normas cubanas. Ese producto estaba acumulado en los almacenes donde se depositan a granel nuestras producciones», detalla.

«El azúcar que está en esas condiciones, por lo general se emplea en la alimentación animal o se somete a un complejo proceso de refinación en una industria camagüeyana a la que se le vende, pero esta vez le solicitamos a Azcuba permiso para emplearla en la producción de aguardiente».

Para producir los cerca de dos millones de botellas de alcohol, fue procesada el azúcar «no conforme» del inventario del central Urbano Noris, así como cantidades compradas a los centrales Fernando de Dios y López-Peña. Además, aprovecharon miel acumulada en años anteriores por el central Loynaz Hechavarría, explica el ingeniero Nelson Marrero Pupo, director de la UEB Derivados, a la que pertenece la destilería. 

La materia prima empleada implicó preparar al personal para un proceso que introdujo operaciones adicionales. Si la miel que tradicionalmente se emplea para producir alcohol les llega directamente del central Urbano Noris mediante tuberías, esta vez fue necesario llenar miles de sacos con el azúcar mencionada, transportarlos hasta la línea de producción y alzarlos con poleas hasta el equipo de dilución, mientras no fue posible utilizar un cargador frontal o alquilar un transportador de esteras.

La ingeniera Yurizán Oliva Silva, jefa de la planta de alcohol, quien califica de agotadora la etapa inicial, acota que, al conocer la decisión de transformar una cifra mayor, ya habían determinado hacer algunas adecuaciones tecnológicas, entre ellas una que permitió diluir el azúcar sin afectar el equipo en el que se disuelven la urea y el fosfato, nutrientes que necesita la levadura de la que depende la fermentación alcohólica.

Claro está que se duplicó el trabajo, pero esto fue bien tomado. Nelson Marrero recuerda que el incumplimiento de la zafra también representó la merma del suministro de miel a la destilería. De no ser por el procesamiento de azúcar «no conforme», se habrían reducido las jornadas y, con ello, los ingresos de cada uno de los miembros de la UEB.

Asimismo, la producción de alcohol deja residuales. Uno, proveniente de la levadura, es la Saccharomyce, que se emplea para producir alimento para animales, muy buscado por los productores de cerdos. Y eso también dio ingresos monetarios.

PREPARARSE PARA LO QUE VIENE

La meladura será la base de la producción de aguardiente en la zafra por comenzar, aunque el proceso industrial tiene diferencias con respecto a aquellos en los que se emplea miel o azúcar «no conforme».

Se estará ante una experiencia nueva, dice Nelson Marrero. Para él es muy importante la extrema atención que requiere la meladura, para que no se deteriore y pueda ser aprovechada en su totalidad. Cree que la que llegue de forma directa del central tendrá calidad máxima, pues cada vez que concluya un ciclo de entrega, con el vapor que aquel genera, se hará un adecuado proceso de limpieza de las tuberías de suministro.

Pero le preocupa la que comprarán en diferentes momentos de la zafra a otros centrales, que la suministrarán en pailas de ferrocarril, las que deben ser higienizadas con rigor. También es importante que se cumplan los plazos de traslado.

Yurizán Oliva está lista para realizar inspecciones al proceso de producción de meladura en el Urbano Noris y los demás centrales que la suministrarán. Serán verificaciones orientadas a eliminar problemas y compartir consejos para optimizar  las operaciones que se avecinan.

Osvaldo Bauzá Zaldívar, especialista del central para el área de producción, advierte acerca del cumplimiento estricto de la disciplina tecnológica para aprovechar con eficiencia la meladura, y recuerda que el proceso de obtención de esta, cada una hora de molida, de acuerdo con la norma del central, dará entre 35 y 40 toneladas de bagazo, que intervendrán en la generación de la electricidad que el central aportará  al Sistema Eléctrico Nacional.

Rodolfo Mora concuerda con los especialistas en cuanto a las complejidades que enfrentarán, pero, al mismo tiempo, defiende la idea de producir alcoholes con meladura. «Para obtenerla procesaremos, fundamentalmente, caña quedada, con bajo contenido de azúcar. Esa caña es como una carga para los productores, que invirtieron en su siembra y mantenimiento en un momento, pero no le han sacado provecho. Pensamos alcanzar acuerdos con ellos para pagar precios justos por esa materia prima». 

La Empresa, revela Mora, ha pagado sus deudas a partir de utilizar el 40 % del total ganado, porque el 60 % restante lo abonó a la ONAT, que a su vez lo redirigió al grupo Azcuba, para que este lo destinara a honrar una parte del crédito solicitado a entidades bancarias del país con el fin de refrescar las deudas contraídas con otros productores de caña del país.

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