ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La brigada villaclareña apoya la recuperación de las instalaciones de la Cultura afectadas por Ian. Foto: del autor

Pinar del Río.–René Oslán Matos asegura que desde allá arriba el trabajo es diez veces más difícil, que las personas parecen hormigas y que uno se sorprende con tanta destrucción que se ve por toda la ciudad.

Pero ni las labores a 30 metros de altura ni el peligro de accidente les han impedido a él y a sus hombres avanzar en la reparación de una de las construcciones más importantes de Pinar del Río.

«Este lugar tiene historia. Aquí se filmó La bella del Alhambra», dice.

Por ello, a pesar de los riesgos, han puesto todo su empeño en devolverle su esplendor al teatro José Jacinto Milanés.

Al frente de una brigada multifacética, capaz de hacer cualquier cosa en materia de construcción, René ha llegado desde Villa Clara con la misión de apoyar la recuperación de las instalaciones de la Cultura afectadas por el huracán Ian.

Cuenta que arribaron a Vueltabajo el 7 de octubre pasado, y que su primera misión fue la Escuela Profesional de Arte Pedro Raúl Sánchez Rodríguez.

En ella volvieron a poner de alta seis albergues, el sistema eléctrico, la red hidráulica que el ciclón destrozó...

René recuerda que el viento sostenido de más de 200 kilómetros por hora arrancó los ventanales de aluminio de los dormitorios y «los envolvió».

«Aquello era un desastre. Estamos hablando de alrededor de 265 metros cuadrados en total».

Mediante un arduo trabajo, la brigada villaclareña enderezó en tiempo récord marcos y persianas, los unió nuevamente y los colocó otra vez en su lugar.

«Son los mismos ventanales que tenía la escuela, vueltos a armar, pero si usted los ve ahora, pensará que son nuevos.

«Además, los aseguramos de una manera que el próximo huracán que venga tendrá que ser muy poderoso para podérselos llevar».

Para esta valiosa fuerza, que pertenece a la Empresa de Servicios y Ejecución de Obras del Ministerio de Cultura (Mincult), su tarea más compleja en tierra pinareña ha sido la colocación de la cubierta de la torre de tramoya del teatro Milanés, una edificación del siglo XIX que tampoco escapó de la furia de Ian.

Todos los pinareños con los que ha hablado le confiesan a René que habían pensado que la reconstrucción del teatro demandaría mucho más tiempo.

Sin embargo, esta brigada todo terreno, con 15 hombres que dominan la albañilería, la plomería, la electricidad, la colocación de techos y falsos techos, entre muchas otras habilidades, en apenas tres días logró restituir la cubierta de la imponente edificación, y puso de alta, también, el sistema de clima.

«Tú miras desde allá arriba y ves la gente chiquitica. Yo pienso en eso y todavía me erizo, porque había que trabajar a mucha altura y, además, con bastante inclinación.

«Hubo algunos de nosotros que resbalaron varias veces sobre las tejas, pero como teníamos todos los medios de protección, nunca pasó nada», rememora René.

Para que no haya dudas de la calidad de los trabajos, el jefe de esta tropa solidaria afirma que el mismo día en que terminaron de techar el Milanés cayó un aguacero sobre la ciudad, pero dentro de la instalación, ni una gota.

«Fue como si la naturaleza hubiera dicho: vamos a bendecir el teatro».

Aunque sus labores allí no han concluido, el Director de la unidad de base villaclareña explica que, de momento, han tenido que darles paso a otras fuerzas, encargadas de sustituir la alfombra y el reacondicionamiento de la mecánica escénica.

Mientras eso sucede, han emprendido la recuperación de más instalaciones afectadas.

Es el caso de la sala de teatro Aurora Martínez, donde llevan a cabo la colocación de una nueva cubierta, o la sala Onelio Jorge Cardoso, que se derrumbó completamente, y la cual terminarán de demoler para levantarla desde los cimientos.

No es la primera vez que asumen este tipo de tareas después del paso de un huracán por el territorio cubano, pero sí la que más los ha impactado.

«Lo más impresionante, desde que llegamos, es el destrozo tan grande que hay en todos los lugares. Yo nunca había visto un ciclón con esta magnitud», asegura Remberto Cartas, un hombre que ya estuvo antes en Vueltabajo para construir casas de tabaco, tras el paso de otros dos fenómenos meteorológicos.

Luis Enrique López, otro de los integrantes de la brigada, cuenta que las personas constantemente les agradecen por lo que están haciendo para devolverle la vida cultural a una ciudad que también necesita del arte para recomponer su espiritualidad, y empezar a parecerse poco a poco a lo que era antes de Ian.

Dicen que a finales de mes volverán unos días a su tierra, para reencontrarse con su familia y recopilar materiales, pero que será cuestión de poco tiempo.

A principios de noviembre aseguran que regresarán, para seguir rescatando nuevos espacios que alimentan el alma, donde hoy son protagonistas de una obra llamada solidaridad.

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