
Somos del Caribe insular y sabemos que habrá otros (muchos) momentos de ciclón, más o menos destructivos. No en vano, junto a nuestra experiencia, tenemos las historias de generaciones.
Hace años (exactamente 14) dediqué semanas a leer cuanta información pude hallar sobre el manejo de situaciones de desastre, en especial aquellas relacionadas con eventos ciclónicos. Lo hice con tanta pasión que terminé compilando lo que soñé que podía ser una suerte de folleto sobre el enfrentamiento a huracanes.
Pese a que el resultado de aquella investigación terminó extraviado entre los tantos archivos que vamos copiando de uno a otro disco duro, sigo creyendo en la importancia de confeccionar, editar y hacer muy asequible un libro concebido para que funcione y/o sirva como manual para casos de ciclón.
Un material semejante, de muy fácil lectura, entendible hasta por los niños, que comunique e ilustre cómo proceder antes, durante y después de uno de estos eventos, describiría lo que es un ciclón; los daños que pueden esperarse según la intensidad; las medidas que debieran de ser tomadas para reducir efectos y las maneras de hacer más eficientes los trabajos de recuperación.
El manual del que hablo (útil tanto para dirigentes y líderes sociales, como para la población en general) brindaría recomendaciones para que las personas en situación de vulnerabilidad evidente (o en pronóstico de pasar a tal estado) puedan aumentar su capacidad de resistencia.
Esto se traduce en un amplio abanico de temas, lo mismo de orden constructivo que sicológico o concernientes a la preparación de alimentos para casos de desastre. Al mismo tiempo, el texto incluiría recomendaciones que fortalezcan la resiliencia no solo en personas individuales, sino en el nivel de barrios y territorios.
A modo de complemento, la hipotética publicación podría concebir la posibilidad de crear –en territorios, centros de trabajo, barrios, cuadras e incluso en cada casa– algo que definiéramos como el «espacio seguro»; es decir, un área diseñada y preparada, con toda la anticipación que se necesite, para resistir embates del peor de los huracanes posibles. En ese espacio seguro serían colocados, en los días previos al arribo del ciclón (de lo cual se encargarían familias y vecinos), cosas como alimentos, agua, materiales para primeros auxilios, medicinas, herramientas y otros útiles.
Además de la vigilancia lógica al evento, esto supone dar como hecho tanto la severidad de los impactos como la obligación de disponer de una gama de respuestas (materiales, organizativas y espirituales) elaboradas, dispuestas y fortalecidas con anticipación.
Puesto que la propuesta implica asumir –además de la noción de vulnerabilidad– la noción de riesgo para los territorios y la sociedad, es obvio que se precisa de la continua participación de los medios de comunicación, los CDR y la FMC (sobre todo, en la base), así como de los organismos y entidades del Estado, junto con las organizaciones políticas.
Dejo para el final lo referente al vínculo entre la institución escolar y lo que denominaría como «formación para la resistencia ante desastres». ¿Es posible transmitir en las aulas un grupo tal de contenidos que, por ejemplo, abarque elementos básicos para el área de primeros auxilios, particularidades acerca del tipo de desastre natural propio de la posición geográfica del país, y procedimientos para filtrar agua, conservar alimentos, elaborar conservas o desecar hortalizas de forma rústica o natural? ¿Podemos imaginar que a este empuje se sumara el trabajo combinado de círculos de interés y bibliotecas escolares para que –en la dimensión de masividad propia de la institución escolar– se conviertan en desafíos para el pensamiento las tensiones entre desastre, riesgo, previsión, resistencia y resiliencia?
Según esto, mi gestión resiliente ante cualquier huracán incluiría el manual que antes comenté (junto con todas las campañas comunicacionales que de allí deriven), el espacio seguro en todo lugar donde se estime necesario y/o posible, así como la introducción –en la escuela– de contenidos pedagógicamente estructurados y controlados sobre el enfrentamiento y recuperación de desastres.
Aunque resulta parte fundamental, separo lo concerniente a los trabajos de previsión en cuanto a poda de árboles, limpieza de tragantes y eliminación de basureros y vertederos.
Primero, porque –en el Caribe, con sus mosquitos y enfermedades transmisibles– se unen en una ecuación de vida o muerte (a tal grado puede llegar la destrucción).
Segundo, porque los ciclones van a seguir arribando, a razón de no menos de una decena por año, y de estos, unos tres o cinco de la categoría más alta.
Tercero porque, en tales condiciones, la poda no puede sino constituirse en algo tan cíclico como los ciclones mismos y, en atención a ello, merece ser establecida como una actividad con carácter de temporada cada año.
Cuarto, porque los problemas de daño (a los sistemas de cableado eléctrico y telefónico) tuvieron que haber comenzado ya desde las primeras décadas del siglo XX; esto, que también significa procedimientos y prácticas de enfrentamiento desde entonces, abre puertas al estudio, la investigación e identificación de experiencias valiosas que en otras fechas permitieron enfrentar, resolver o atenuar amenazas de desastre.
Por este camino, me encantaría escuchar o leer muchas, muchas opiniones que nos ayuden a prepararnos mejor para el futuro y, en consecuencia, tener menos daños de ese terrible dios al que los habitantes originales de estas islas llamaron Hurakán.
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Edgardo dijo:
1
10 de octubre de 2022
04:47:12
Rafael Galardy dijo:
2
10 de octubre de 2022
06:57:20
MgLux dijo:
3
10 de octubre de 2022
08:25:38
Orestes dijo:
4
10 de octubre de 2022
09:06:29
Eriberto dijo:
5
10 de octubre de 2022
12:38:03
Ing Gustavo Hdez dijo:
6
10 de octubre de 2022
15:54:08
Un Guajiro dijo:
7
10 de octubre de 2022
17:37:34
Manuel Iturralde Vinent dijo:
8
10 de octubre de 2022
18:46:16
Manuel Iturralde Vinent dijo:
9
10 de octubre de 2022
19:03:02
camilo dijo:
10
10 de octubre de 2022
21:36:56
Red Cubana de la Ciencia dijo:
11
10 de octubre de 2022
21:37:27
Tamara Téllez Veranes dijo:
12
11 de octubre de 2022
12:53:36
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