Sembrar más de 424 900 hectáreas de tierra en todo el país en la presente campaña de frío –que, de hecho, significa crecer un 17 % con respecto al promedio de las últimas nueve contiendas agrícolas, y superar, en más de 18 400 hectáreas, lo logrado en la etapa anterior– es una meta a la que se necesita llegar y no bastan las voluntades.
Como parte del chequeo del cierre de la campaña de primavera y el inicio de la de frío, Ydael Pérez Brito, ministro de la Agricultura, se interesó por temas de vital importancia como las condiciones de los distintos territorios, y la entrega de tierras en usufructo.
En su visita a Santiago de Cuba, el titular del Ministerio de la Agricultura (Minag) enfatizó en la necesidad de lograr que los productores se desarrollen con una gestión eficiente de la fuerza de trabajo, y el vínculo directo con ellos.
De acuerdo con los medios de prensa locales, se informó sobre las más de 55 046 hectáreas que se proponen sembrar en esa región, para lo cual se precisan los insumos necesarios que se puedan disponer, dígase la provisión de envases, fertilizantes, medios de riego y pesticidas.
Para la etapa en curso se valoró la producción de materia orgánica nacional como humus de lombriz, compost y cachaza, se relacionaron los productores pecuarios, el uso colectivo de las cooperativas de créditos y servicios (CCS), la vinculación de todas las empresas que intervienen en el encadenamiento productivo, y el aprovechamiento de las zonas de desarrollo por las entidades estatales para el autoconsumo, como camino a la soberanía alimentaria.
AGILIZAR PROCESOS DE ENTREGA DE TIERRAS
En el encuentro en la provincia de Granma, el ministro de la Agricultura ratificó la urgente necesidad de agilizar los procesos de entrega en usufructo de tierras ociosas a quienes verdaderamente están en condiciones de hacerlas producir.
Significó que, en medio del complejo contexto que enfrenta el país para desarrollar la producción de alimentos, es imprescindible buscar alternativas para acortar los plazos y los trámites relacionados con ese asunto.
No puede ser que exista un campesino, un usufructuario o una base productiva con interés en crecer en áreas, y la tierra permanezca ociosa por dilaciones innecesarias en los trámites. «Los procesos agrarios no se pueden seguir demorando», enfatizó Pérez Brito.
Alexander Rojas Pérez, delegado de la Agricultura en Granma, informó que la provincia comenzó este año con un fondo de tierra ociosa disponible de 24 694 hectáreas, de las que se han entregado hasta la fecha 8 821; mientras que otras 11 715 se encuentran en proceso de otorgamiento.
Además, en lo que va de calendario se han radicado en el territorio 7 993 solicitudes de tierras estatales ociosas en usufructo, de las cuales se han aprobado 6 593; en tanto, permanecen en proceso 934 solicitudes, y de ellas 227 fuera del término establecido.
Rojas Pérez explicó que la cantidad de solicitudes en proceso está dada por demoras en la medición y certificación de la tierra, debido al déficit de combustible y la falta de transportación de algunos organismos involucrados en este proceso.
Al respecto, el titular del Minag señaló que ninguna de esas carencias se pueden convertir en justificaciones que dilaten la entrega de tierras en usufructo, cuando hay más demanda de productividad.
Esas afectaciones son reales, dijo, pero es preciso buscar alternativas como la integración de los factores a la hora de realizar las evaluaciones en el terreno, y organizar mejor las comisiones agrarias en función de desterrar la morosidad del proceso.
Si hay un hombre que quiere producir, o crecer en más tierras, a ese hombre que está en el campo hay que desarrollarlo y apoyarlo. La agricultura cubana lo necesita, y la población también, sentenció.
INSUMOS PARA LA SIEMBRA DE FRÍO
Con respecto al aseguramiento esencial de insumos, Yoján García Rodas, director de Agricultura del Minag, explicó a Granma que hasta la fecha no se cuenta con el respaldo de fertilizantes químicos para la campaña de frío.
No obstante, señaló que se adoptan alternativas para el uso de biofertilizantes y bioestimulantes de producción nacional, si bien sufren similares limitaciones, relacionadas, fundamentalmente, con los envases.
Detalló que, por ejemplo, no se ha podido asegurar el plan de importación de materias primas para la producción del fertilizante npk ni la producción nacional de nitrato de amonio, por no poder adquirir el amoníaco.
Respecto a otros insumos, el Director de Agricultura del Minag afirmó que para el frijol se asegura el total de rhizobium, una bacteria que tiene la capacidad de capturar nitrógeno del aire y llevarlo hasta las raíces del frijol, para que este lo aproveche como fertilizante nitrogenado y otra parte se fije en el suelo, del cual ya se produjeron 14 000 kilogramos.
Indicó que en la planta de Holguín se continúa la producción de Nerea (familia de fertilizantes y sustratos de liberación controlada, elaborados con una innovadora tecnología que posibilita incorporarle al material zeolítico los nutrientes requeridos por las plantas en la cantidad y proporciones óptimas, fundamentalmente nitrógeno, fósforo y potasio).
También comenzó la producción en la Geominera del Centro, responsabilizada con la fabricación de cemento, piensos, fertilizantes, áridos y otros productos vitales en el desarrollo de sectores decisivos para la economía nacional.
Además, se iniciaron las pruebas en la planta de fertilizantes de Cienfuegos, actualmente en ajuste de la tecnología.
Como alternativa, refirió García Rodas, se está impulsando la creación de centros de producción de humus de lombriz, un tipo de abono orgánico y, en ese sentido, se han planificado edificar 230 nuevos centros de lombricultura.
Hasta la fecha, confirmó, se terminaron 64 de esas unidades, lo que aumenta la capacidad actual en 12 707 metros cuadrados, lo cual permitirá ampliar la aplicación del humus líquido en todos los sistemas de fertirriego.
Otras de las acciones que se desarrollan, añadió el directivo, es la organización de los pelotones de maquinarias, así como el incremento del uso de la tracción animal, con el objetivo de concentrar los niveles de combustibles en las áreas con riego, principalmente las máquinas de riego y otras técnicas eficientes.
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