ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Los textileros matanceros fabricaron en el primer semestre un volumen cercano al millar de cobertores para el tabaco. Foto: del autor

MATANZAS.–La existencia de Bellotex es un golpe de suerte para el tabaco cubano. En la producción de ese cultivo hay un importante componente textil que asegura la supervivencia y potencia su desarrollo.

Pudiera decirse que están ligados por un vínculo necesario, básicamente porque Bellotex es la única empresa en el país que elabora cobertores para abrigar las plantaciones de tabaco, aunque son utilizados también para tapar otros cultivos, como verduras y hortalizas.

Por eso es que algunos aseguran que en la fama tan bien ganada del mejor tabaco del mundo vive un poco el esfuerzo de los trabajadores de la Textil Eddio Teijeiro (Bellotex), una de las entidades emblemáticas del territorio matancero.

Además de los cobertores, allí confeccionan el cordel para las más diversas labores en los campos tabacaleros, y una especie de cinta de múltiples usos y con la cual sujetan los mazos de hojas.

Aunque no pasa por su mejor momento, debido, fundamentalmente, a la llegada tardía de la materia prima, los textileros matanceros fabricaron en el primer semestre un volumen cercano al millar de cobertores, cantidad que, si bien está lejos del plan previsto, constituye un aporte clave para obtener una hoja resistente y mejor protegida.

Son los conocidos «mosquiteros», de 110 metros de largo por unos 13 de ancho, los cuales cosen paño a paño, gracias al equipamiento tecnológico y a la pericia de los operadores, en su mayoría mujeres, y que una vez desplegados en el campo evitan el embate de las plagas y los efectos del clima.

Estos cobertores constituyen el peso de las producciones de la empresa y garantizan sus mayores ingresos.

POR LA REMONTADA

Este año la industria se ha visto afectada, además, por la escasez de combustible y por las constantes interrupciones eléctricas, derivadas del recrudecido bloqueo, explicó Humberto Rodríguez Alonso, el director.

Casi el 80 % de la fuerza de trabajo que labora allí –reconoció Rodríguez Alonso– reside en el municipio de Unión de Reyes y en otros lugares distantes, y requiere de transporte obrero para su traslado, el cual ha estado muy golpeado a lo largo de estos seis meses, por no disponer del combustible necesario, precisó.

«Todo lo anterior ha conllevado a que 2022 no haya sido, hasta ahora, un buen año para nosotros, pero esperamos remontar en el segundo semestre, y existe entre los trabajadores el firme propósito de que la empresa recupere su gestión económica y sea la misma de siempre».

Para lograr ese objetivo, el colectivo anunció su decisión de laborar, incluso en el periodo vacacional, previsto para la segunda quincena de agosto, según aseguró Luisa Medina Cabeza, quien atiende el frente de seguridad y protección en la fábrica.

«Bellotex es muy importante, sobre todo para quienes laboramos aquí, y nadie quiere que la industria quede mal parada, porque nos impacta económicamente y nos duele que no cumpla con su objeto social», subrayó la experimentada trabajadora, con casi 40 años en la industria. 

La empresa ha producido hasta la fecha más de 40 toneladas de cuerdas sintéticas y alrededor de 3 400 frazadas para camas, en ambos casos por debajo de lo planificado.  

También comercializan otros tejidos, como el hilo de polipropileno para la producción de sogas con destino al sector portuario y a la agricultura, y otras confecciones, por ejemplo: tendederas, jabas de tela y bayetas de pulir, renglones muy solicitados por distintos clientes.

QUEDAR BIEN CON LOS TABACALEROS

El ruido de las máquinas resulta algo natural en el interior de la industria, compuesta por los talleres de hilandería, tejeduría, fabricación de cuerdas y la producción terminada.

Los trabajadores parecen sobrellevar el fastidioso sonido. Pasan horas sin hablar, solo contemplan el movimiento de sus manos mientras las máquinas hacen su rutina.

«Operar bien el equipo llega a convertirse casi en un arte. La tejeduría es linda, y motiva, porque una puede seguir el camino del hilo», comenta Marlene Peralta, con 18 años en esa área.

El ajetreo laboral es particularmente febril en el espacio donde están ubicados los equipos encargados de convertir el tejido en los conocidos cobertores, el lugar en el que mejor se confirma aquello de que la Bellotex está viva.

El adversario más dañino de la fábrica es la falta de materia prima, toda importada, admite por su parte Nelson Martín Díaz, quien labora allí desde 1982. «A la gente le disgusta no cumplir, y por eso es que ahora está decidida a sacrificar sus vacaciones para mantener las máquinas encendidas y hacerle frente a esta situación».

Juan Carlos Cruz Viera, secretario del núcleo del Partido en el taller de hilandería, ponderó también la actitud de los hombres y mujeres de una industria en la cual «siempre se da el paso al frente.

«La suerte nuestra es que contamos con un colectivo entusiasta y que no le teme al trabajo», acentuó.

Rodríguez Alonso sostuvo que, no obstante las dificultades, «existe motivación en el colectivo», y que el único pensamiento es retomar el ritmo habitual y lograr un producto terminado de alta calidad.

En principio, según el director, cuentan con las condiciones y el apoyo de los trabajadores para emprender el plan, aunque por ahora en Bellotex no se habla de otra cosa que de producir cobertores para quedar bien con los tabacaleros. 

PRECISIONES

  • Bellotex está ubicada en la periferia de la ciudad de Matanzas.
  • Continuadora de la antigua textilera Betroma, surge como industria en el año 1980.
  • Acumula gran experiencia en la producción de hilazas y tejidos de probada calidad.
  • Actualmente cuenta con algo más de 300 trabajadores.
  • Empeñada en diversificarse y ser útil, pese a las constantes limitaciones con la materia prima y otros percances transitorios, promueve la idea de un proyecto de desarrollo local para producir bloques.
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