ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Eduardo Palomares

Foto: Eduardo Palomares

Santiago de Cuba.-«Vaya exageración», podría pensar quien, conociendo de calderas, asegure que el arduo proceso de su limpieza y reparación no admite ánimo para chistar; sin conocer que en cualquiera de las termoeléctricas cubanas en la que se encuentre, y cuando más duro está todo allá dentro, podría espontáneamente resonar la risa de Liván Sarmiento Torres.

«Desde los cinco años, en la casa me apodaron “La Risa”, porque nací con un carácter alegre y contagioso, y hoy, con mis 44 almanaques, mis compañeros me dicen así para contagiarse un poco y alegrar la fuerte jornada conmigo», refiere el mecánico A de calderas, perteneciente a la UEB Santiago de Cuba, de la Empresa Nacional de Mantenimiento a Centrales Eléctricas.

Con toda la seriedad del mundo, Sarmiento Torres asegura que podía estar desempeñándose en otra función, pues a la pailería ha dedicado buena parte de sus 26 años en la entidad aledaña a la termoeléctrica Antonio Maceo (Renté), pero es en tan difícil labor dentro de la caldera, donde no hay un solo lugar cómodo, en la cual más a gusto se siente. 

«De entrada –detalla–,  el espacio para moverte es tan apretado que bajo los 38 o 40 grados de temperatura debemos estar arrodillados, encorvados o agachados, rodeados de tuberías de 32, 38, 42 o más milímetros de diámetro, dando mandarria para desprender incrustaciones,  o escombreando con pico y pala el churre amontonado.

«Además, estas calderas tienen de 35  a 40 metros de altura, lo que entraña riesgos para la vida. Dentro de ellas permaneces sucio de arriba a abajo, en medio de gases tóxicos del combustible, y las soldaduras y cortes con antorcha de oxígeno y acetileno que dificultan la respiración, mientras que afuera el revestimiento térmico con lana de vidrio produce alergias y picazón».

Muy difícil resulta este escenario que Sarmiento Torres ha compartido en las termoeléctricas Guiteras, de Matanzas; en la Máximo Gómez, de Mariel, y la Lidio Ramón Pérez, de Holguín, mientras la familia aguarda por su sonrisa con la misma ansiedad de cada jornada en su santiaguera Antonio Maceo, Renté.

 

 

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SBS Comunicador Empresa Eléctrica Pinar del Río dijo:

1

17 de julio de 2022

09:36:52


Debemos valorar la voluntad de este hombre y de otros que realizan la misma actividad, trabajar en el interior de una caldera es difícil, se trata de un espacio confinado, de acceso y de postura incómoda para trabajar durante las 24 horas del día, con alta temperatura y deficiente oxígeno, más los gases y partículas presentes por el proceso de trabajo, aunque se tomen todas las medidas de seguridad. Hay que agradecer a esos consagrados trabajadores que realizan la labor porque se siente útil y saben que el pueblo está esperando un resultado positivo.