Como internacionalista en tierra propia (+ Video)

Desde 1978, cuando Aurelio Pereira Vargas comenzó a laborar como lector-cobrador de la Unión Eléctrica, en Guantánamo, toda su vida ha estado en función de esa entidad.

«Por eso sé de buena tinta cuán consagrada y servicial es esta profesión y quien la asume. Ser eléctrico es como practicar el internacionalismo en tu propia tierra, pues cada línea reparada, red restablecida o cliente satisfecho, constituye una innegable operación de solidaridad con nuestra gente», afirma el destacado trabajador, uno de los líderes en ese sector, que anualmente lo reconoce como vanguardia provincial, y tres veces lo ponderó a nivel nacional.

Ha colaborado en las acciones de recuperación tras el paso de huracanes en Pinar del Río, Isla de la Juventud, Granma, Holguín, Santiago de Cuba, Matanzas, La Habana, Ciego de Ávila…

«Estuve un año y seis meses en Baracoa y Maisí para organizar el sistema de almacenamiento, luego del azote del huracán Matthew. Cuando me escogen, doy el máximo esfuerzo, porque mi compromiso es ayudar», asevera Pereira Vargas, también uno de los que más donaciones realiza al hospital infantil, directamente de su propio salario.

«Ahora que vivimos la contingencia energética, radico en el centro de operaciones, responsable de las acciones de izaje con la grúa y de los demás equipos necesarios para reparar o cambiar líneas, transformadores, postes… en cinco municipios.

«Como nuestra faena está íntimamente ligada a los planteamientos de la población, la inmediatez es clave. Todo el tiempo estamos alertas y hacemos turnos de guardia, porque no podemos esperar hasta el otro día para resolver cualquier situación que afecte a las comunidades. Lo bueno es que mis trabajadores responden enseguida, sin dudarlo un segundo», agradece Aurelio Pereira Vargas.

«Y te digo más, si vamos a ejecutar alguna acción que implica afectar el servicio eléctrico, tratamos de trabajar cuando toca el apagón en esa zona, para evitar molestar a los residentes al quitar la electricidad en más de una ocasión.

«Es cuestión de sensibilidad, de colocarse en el lugar del otro; eso es lo que me motiva, además de conversar con mis 16 trabajadores y vecinos, sin descanso, y explicarles cada noticia acerca de la tensa situación actual.

«En estos momentos, tener información y compartirla es vital para evitar especulaciones que puedan demeritar el esfuerzo de mucha gente, la mayoría anónima, que no descansa ni cuatro horas para entregar la energía que requieren millones de cubanos en sus casas».