Hay apagones que provocan casi más daño que los energéticos. Hay pregoneros de tanta oscuridad que dan vértigo e impotencia. Apagones tan malvadamente rebuscados, que se necesita mucha luz para combatirlos.
En redes sociales –ese campo de batallas tan hostil, donde opinar es muy fácil, pero respetar lo ajeno cuesta– hay expresiones que, de tan ligeras y oportunistas, dan pena. «Es culpa del socialismo», escriben, como si «el sistema» así lo quisiera, como si fuera quien bloquea las vías del combustible, la adquisición de la pieza necesaria que paraliza una planta termoeléctrica, la salud de las finanzas nacionales, insuficientes hoy para modernizar nuestras centrales o, al menos, darles el mantenimiento que requieren, en tiempo y forma.
Ese mismo socialismo que atacan, decidió que sus fábricas, industrias y centros económicos claves estén prácticamente detenidos para reducir, en todo lo posible, las afectaciones al servicio eléctrico de la población.
En medio de la crisis energética actual, que no es exclusiva de la nación caribeña –aunque el bombardeo de informaciones manipuladas discursee lo contrario–, se impide la llegada de barcos de combustible a puertos cubanos, chantajeando a las empresas y cargueros, utilizando como arma de doble filo a la Ley Helms-Burton.
Cuba no ha podido disponer del financiamiento oportuno y necesario para realizar mantenimientos a las CTE que se encuentran pendientes, teniendo que postergarlos en un grupo de plantas. En este contexto tan adverso, la coincidencia de roturas eventuales ha provocado la inestabilidad que vive el país hace varias semanas.
No se trata de buscar excusas, ni culpables, sino soluciones comunes, porque esta batalla es de todos y para todos.
Como nunca, el uso eficiente y racional de la energía eléctrica debe ser una práctica consciente, diaria, colectiva, familiar… Acompañar a esos hombres y mujeres que trabajan día y noche para reparar las averías, es deber moral de cada cubano.
Un kilowatt hora que empleemos en lo imprescindible, sin permitirnos el más mínimo derroche –multiplicado por todos los que así lo entiendan–, sería una contribución colosal a la disminución de la demanda y, por tanto, al consumo de electricidad que, justo en pro de tener luz, es lo que más necesita ahora el país.
BLOQUE 1 DE FELTON RECIBIRÁ MANTENIMIENTO POR DIEZ DÍAS
El bloque 1 de la central termoeléctrica (CTE) Lidio Ramón Pérez, de Felton, en Holguín, debió desconectarse en la madrugada de hoy, a fin de recibir un mantenimiento planificado durante diez días, informaron a Granma autoridades de la Unión Eléctrica.
La estrategia tiene como propósito recuperar la máxima capacidad de generación del turbogrupo, es decir, 260 megawatts (MW), pues las necesidades de mantenimiento limitaban la generación a solo 100 MW de potencia, detalló Osmel Maturell Reyes, director de la CTE de Felton.
La parada, inaplazable, incrementará la tensión en la capacidad de generación del Sistema Eléctrico Nacional, pues también se encuentra en reparación el bloque 2 de la Felton –cuya entrada está prevista para los primeros días de julio–, y hay varias unidades con afectaciones en otras centrales termoeléctricas del país. (Gladys L. Ramos)



















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