Santiago de cuba.–Los 300 trabajadores de la Central Termoeléctrica (CTE) Antonio Maceo (Renté) están habituados a superar todo tipo de obstáculos para generar electricidad.
Han ido sumando hazañas como la del fin de semana, cuando ante el déficit de generación en el país, corrigieron, en 48 horas de labor ininterrumpida, el alto consumo de agua en uno de sus bloques, y la avería en caldera presentada en otro, para su reincorporación al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
«Esa actitud –asegura el director general, ingeniero Raymundo González Guillén–, nació con la propia termoeléctrica, cuando contaban con dos unidades de 50 megawatts (MW) de diseño, que fueron eliminadas entre 2005 y 2007, y las cuatro de cien MW de capacidad instalada cada una que, con más amor de los operarios que recursos materiales, aún se mantienen generando».
De otra manera sería imposible mantener operativas máquinas con tecnología de la extinta Unión Soviética que, junto a las de Mariel, fueron –en el periodo especial– las primeras en emplear el crudo nacional, cuya carga de azufre, y la rigurosa explotación a que han sido sometidas sin poder cumplirse los mantenimientos requeridos, inciden hoy en la disminución de su potencia instalada.
REALIDADES DEL BLOQUEO ECONÓMICO
«Para nosotros –refiere González Guillén– resulta una ventaja contar con esos cuatro bloques, porque, generalmente, tenemos dos o más generando, pero a la vez impone mayores exigencias en los plazos de los mantenimientos capitales, ligeros y parciales, que en medio de la crisis mundial, de la pandemia y, sobre todo, del bloqueo de EE. UU., implican inversiones millonarias.
«Hasta para la más mínima acción, se requiere de numerosos recursos, en su mayoría importados, y el hecho de que el bloqueo sea económico, comercial y financiero nos hace todo más difícil, porque el Gobierno yanqui nos persigue por las más disímiles vías», añade.
Se ha contado, en ocasiones, con el financiamiento para adquirir determinada pieza y, una vez realizados los trámites y depositada en puerto, al enterarse el armador de la embarcación de que estaba destinada a Cuba, se ha negado a montarla. Lo anterior implica otras gestiones y el consiguiente encarecimiento de la operación.
Así, previo al mantenimiento en 2020 de la unidad 5, fue necesario comprar en Europa un producto utilizado en la limpieza de la turbina, que tuvo que pasar por cinco países. Debía llegar en marzo de ese año y se recibió en agosto; el atraso de cinco meses conllevó que la máquina planificada para octubre fuese terminada en febrero de 2021.
A esa situación debe sumarse la infinidad de bancos financieros que, temerosos de las represalias de EE. UU., se niegan a realizar negociaciones con Cuba. De ahí que, preventivamente, no se disponga la paralización de los bloques por mantenimiento hasta contarse en el país, y preferentemente en la provincia, con no menos del 90 % de los recursos requeridos.
FORTALEZA INDISCUTIBLE
«Por las complejidades de una central termoeléctrica –expone González Guillén–, durante muchos años dependimos de contratos y asesorías extranjeras, pero en las condiciones actuales ese recurso humano altamente calificado con que cuenta Cuba clasifica, mediante la aplicación de la ciencia y la innovación tecnológica, entre las mayores fortalezas del sistema de generación.
«Téngase en cuenta –precisa– que operamos con máquinas que superan las 25 toneladas de peso, y cuyos rotores de alta precisión giran a 3 600 revoluciones por minuto, separados tan solo a centésimas de milímetros de la parte fija, por lo que requiere de ingenieros, técnicos, mecánicos y operarios de elevada maestría.
«Además, nuestras calderas son de alta presión, y empezando por el suministro de agua y siguiendo por los conductores de vapor, todo impone efectividad y eficiencia; al igual que extrema exactitud de los instrumentos, y el funcionamiento de dispositivos que no admiten error alguno en el proceso de validación de la calidad en las partes».
Entre esas entidades que acompañan a las termoeléctricas del país resalta la Fábrica de Producciones Mecánicas, del municipio santiaguero de Palma Soriano, perteneciente a la Empresa de Servicios Técnicos Industriales, del grupo empresarial Azcuba, con la fabricación de partes que reducen hasta en un 70 % el monto millonario de su importación.
Dígase, en primer lugar, los calentadores de aire regenerativo que, por su peso superior a las 50 toneladas, requieren de transportarse seccionados en varias rastras; también la cubierta de las unidades generadoras, juntas de expansión utilizadas en los conductores de gases, carcasas para ventiladores de tiro inducido y otros elementos.
Un recurso esencial con el que ha podido contarse siempre, es el de la capacidad y experiencia, tanto del colectivo de Renté como del personal de la Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas, para asumir interrupciones u otras complejas acciones a cualquier hora y cualquier día, apoyados, en determinados casos, por empresas de otros sectores en la nación.
SIGUE AFECTADO EL SERVICIO ELÉCTRICO POR DÉFICIT EN LA CAPACIDAD DE GENERACIÓN
Aunque en la mañana de ayer la disponibilidad del Sistema Eléctrico Nacional era ligeramente superior a la demanda y permanecía estable el servicio, la Unión Eléctrica (UNE), desde su página de Facebook, pronosticó afectaciones para el horario pico nocturno.
Sus autoridades confirmaron a Granma que las interrupciones por déficit de capacidad de generación comenzaron, inclusive, desde el horario de la tarde.
La une actualizó que se encuentran fuera de servicio por averías las unidades 6 y 7 de la central termoeléctrica (CTE) Máximo Gómez, en el Mariel, Artemisa; la unidad 2 de la Ernesto Guevara de la Serna, de Mayabeque; las unidades 4 y 5 de la cte Diez de Octubre, de Nuevitas, Camagüey, y la 4 de la CTE Antonio Maceo, en Santiago de Cuba.
Se encuentran en mantenimiento la unidad 5 de la cte Máximo Gómez, el bloque generador de la cte Otto Parellada, en La Habana, y la unidad 2 de la CTE Lidio Ramón Pérez, en Holguín.
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