La educación en Cuba se sustenta en su carácter inclusivo, requisito imprescindible en un país que trabaja por alcanzar la máxima justicia social. Es en ese contexto en que la escuela y el maestro resultan determinantes en la combinación de masividad con calidad, para sobrepasar el espacio físico de la institución educativa y transformar la comunidad.
Desde la máxima dirección de la nación se insiste en enaltecer la labor del maestro, sobre todo, porque el papel de este en la sociedad ha sido esencial en el proceso de transformaciones iniciado en enero de 1959.
«El líder histórico de la Revolución, nuestro Fidel, decía que el maestro es el principal activista político de la Revolución y hoy se redimensiona esta labor, a partir de la gestión de Gobierno basada en ciencia, tecnología e innovación, declarada y demostrada por nuestro actual Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez», explicó Silvia Navarro Quintero, doctora en Ciencias y directora general del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas (ICCP).
En momentos en que la nación se vuelca hacia los barrios vulnerables, la escuela donde se forman los niños y adolescentes de esos asentamientos está llamada a explotar todas sus potencialidades como centro más importante de la comunidad.
La doctora Navarro Quintero considera que la confluencia de niveles educativos en la comunidad permite perfeccionar la obra educativa de la escuela, de esta hacia la comunidad y de la comunidad hacia la propia institución docente.
Durante los meses más difíciles de la pandemia se demostró la capacidad de los docentes y los centros educacionales de ponerse en función del bien común, más allá de la noble misión de preparar a las nuevas generaciones. Experiencias como estas ya dieron frutos en circunstancia anteriores.
Investigaciones realizadas por expertos del ICCP han demostrado la posibilidad de la transformación social a partir del uso de los líderes comunitarios, de las potencialidades comunitarias y de la escuela como centro aglutinador.
Un factor esencial para movilizar la comunidad y para movilizar el país –comenta la Directora General del ICCP– es la escuela «y cuando hablamos de ella, hablamos de docentes, de institución educativa», afirmó.
Pero para que la escuela sea esa institución que movilice y aglutine, el maestro debe estar a la altura. En medio del reinicio de las actividades presenciales, con la aplicación de adaptaciones curriculares y el tercer perfeccionamiento del sistema nacional de enseñanza, no es poco lo que se espera de los docentes.
«El maestro debe ser un protagonista del diagnóstico, de la realidad de cada niño, de la realidad de las familias, para ajustar el contenido a esas realidades», manifiesta la experta y concluye:
«El país está llamando a potenciar el papel del maestro, porque el maestro prepara no solo en instrucción, el maestro es el que instruye, el que educa, es el que está moldeando la edad de oro que decía Martí».
45 AÑOS DEL INSTITUTO CENTRAL DE CIENCIAS PEDAGÓGICAS
El 30 de noviembre el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas arribó a sus primeros 45 años.
Entre los principales resultados de esta institución está la formación de másteres para Cuba y para más de 16 países de América Latina y el Caribe. En la actualidad implementa el tercer perfeccionamiento del sistema nacional de Educación. Uno de sus proyectos actuales es el estudio de los efectos de la pandemia en los niños, adolescentes y la familia.
Tiene entre sus retos, al decir de la Directora General del ICCP, seguir preparando la fuerza de trabajo calificada, la categorización de los investigadores y la formación doctoral.



















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Nelson Guzman Baena dijo:
1
27 de enero de 2022
08:16:40
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