ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La prioridad de Cuba fue invertir los limitados recursos en el desarrollo de candidatos vacunales propios para inmunizar a toda su población. Foto: Ricardo López Hevia

Abdala, la primera vacuna latinoamericana anti-SARS-COV-2, integra desde el pasado lunes 22 de noviembre las colecciones del Museo Farmacéutico de Matanzas, como producto excepcional y memoria tangible de la inmunización contra la COVID-19 en Cuba.

De acuerdo con la nota publicada por la Agencia Cubana de Noticias, la donación realizada por gestión de Ángel Haza, inversionista de Farmacia y Óptica en la provincia, representa la continuidad de los estudios del sector en el país, según declaraciones de Marcia Brito, directora de la otrora Botica Francesa del doctor Ernesto Triolet, Monumento Nacional.

La directora de la Botica Francesa dijo, asimismo, que gracias a la seriedad y la cientificidad del trabajo de nuestros científicos y farmacéuticos, pueden obtenerse productos como Abdala, que hacen que Cuba sea líder en lo relacionado con la lucha contra la pandemia en Latinoamérica y el mundo.

La llegada de la vacuna Abdala a la famosa institución matancera, se produjo en coincidencia con la celebración en el país del Día del Trabajador Farmacéutico, de modo que el inmunógeno ya no está en nuestros cuerpos sino también en nuestro museo, resaltó Brito.

«Para ser declarado patrimonial, el objeto debe tener 50 años. En este caso no podemos decir que los bulbos desde una perspectiva museológica son patrimoniales, pero desde el punto de vista histórico forman parte indiscutible del patrimonio científico cubano», explicó a la ACN la directora del museo.

La Botica de Matanzas, como se le conoce, está viva y la historia que guarda es el fundamento que sirve hoy al desarrollo científico de las ciencias médico-farmacéuticas en el país y en coherencia defendemos la relevancia de la donación como garantía para representar continuidad, resaltó.

Llamada en sus inicios como La Botica Francesa, la institución fue fundado el 1 de enero de 1882 en la antigua plaza de Armas, actual parque de La Libertad de la ciudad de Matanzas, por los doctores en Farmacia Juan Fermín Figueroa y Ernesto Triolet y constituye un exponente de la arquitectura neoclásica de fines del siglo XIX en esta villa.

 

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