ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Abanderamiento de la delegación cubana que participará en los XXXII Juegos Olímpicos de Tokio 2020 Foto: Estudios Revolución

La acera de mi casa tiene condiciones para sentarse a conversar, o en días como estos de Juegos Olímpicos tiene una salsa que atrae para promover la discusión, a veces demasiado alto, llevados por un apasionamiento que raya en lo irracional.

Pasada la primera semana del evento, a pesar de que las autoridades deportivas alertaron que no se distinguiría la cosecha de preseas de Cuba, salieron los inconformes e hipercríticos con su señalamiento ácido, tratando de demeritar el bronce del bicampeón mundial del taekwondoca Rafael Alba, quien hasta hace poco no contaba con los implementos más modernos para entrenar, por las dificultades que impone el bloqueo, sin contar con los "sabios" que intentan minimizar la plata olímpica de la gran campeona Idalys Ortiz.

Se ha dicho bien claro que a partir de ahora en que comienzan los deportes como el atletismo, la lucha, el canotaje y el boxeo, en este último con un arranque invicto, a la esperada desconfiaza sobre la actuación de los oficiales una vez que los cubanos avancen en el organigrama. Recordemos que el COI debió tomar las riendas de la competición olímpica debido a los casos de corrupción que se dieron.

Cuba es el único país que compite en estas condiciones, solo 69 atletas, con los que aspira a entrar entre los 20 primeros del mundo. Sin embargo fue bien difícil la preparación de sus deportistas, por ejemplo, debido a la pandemia, los luchadores tuvieron que ir hasta Sancti Spiritus, Camagüey y Ciego de Ávila, para poderse preparar, evitando la COVID de la que fue presa el campeón olímpico Ismael Borrero. Luego el final lo tuvieron que hacer en Europa.

Otro ejemplo que ilustra la adversidad es el de los cinco tiradores, alumnos de Meinardo Torres que entrenaron en España, por la falta de municiones e implementos que no les llegan por el bloqueo, y por supuesto la no existencia de competiciones, les pasó la cuenta, al no presentarse en las mejores condiciones. Otro tanto le aconteció al judo que con algunos atletas bien rankiados no han rendido, excepto la santiaguera Kaliema Antomarchi, quien estuvo a un paso de la medalla de bronce, dando muestras de una gran combatividad.

Pudiéramos aportar otros ejemplos de los que este duo, la pandemia, el bloqueo, influyen, a pesar de que enviamos una delegación libre de dopaje. Que estos factores actúan en todas las naciones participantes, pero no es lo mismo entre los gigantes que entre los pequeños como Cuba.

Rolando Acebal, entrenador jefe del boxeo, al ser entrevistado sobre las posibilidades de ganar medallas de los suyos dijo que tomáramos calma, que habíamos arrancado bien, solo con un poco de problemas en el primero de los cinco combates ganados hasta ese momento, «que trabajarían día a día por la victoria y que ratificaba las cinco medallas de oro y tres de bronce que se habían propuesto».

Creo finalmente que no hay porqué hacer leña del árbol caído por anticipado. Falta para Cuba lo mejor de  sus competidores, medallistas olímpicos y mundiales que viajaron con el ánimo de darle prestigio a su país. Lejos de una despiadada crítica honrémoslos como lo que son: héroes.

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