ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
A menos de un año de multiplicar el enfrentamiento popular contra un grupo de figuras nocivas que han proliferado con la escasez y el desabastecimiento, el problema persiste. Foto: Endrys Correa Vaillant

Desde la acera de enfrente, donde observa con impotencia la muchedumbre descompuesta que se agolpa a la entrada de la tienda, Rosa Elena García se pregunta: ¿qué pasó con el enfrentamiento a coleros y acaparadores?
Del otro lado, un hombre corpulento, de unos 40 años, dice tener el uno para entrar. El dos, el tres, el cuatro, el cinco, también andan con él.
«¿Usted los ve, todos esos son revendedores?», dice Rosa Elena. «La semana pasada hicieron lo mismo cuando sacaron las neveras y, después, con las confituras». Es un día de junio en la ciudad de Pinar del Río, aunque la escena encaja con otros sitios del país.
A menos de un año de que –en medio de la crisis económica derivada de la epidemia de la COVID-19 y el recrudecimiento del bloqueo estadounidense– se exhortara al enfrentamiento popular contra un grupo de figuras nocivas que han proliferado con la escasez y el desabastecimiento, el problema persiste.
Basta asomarse a una tienda recién surtida, con alguno de los muchos productos que no logran estabilidad ni en los establecimientos en moneda libremente convertible, o fijarse en los grupos de venta que proliferan en Facebook o WhatsApp.
Así sucede con electrodomésticos como neveras y ollas, con productos de aseo como cremas, perfumes y colonias, con las confituras, con alimentos como la leche condensada, el aceite y el pollo, con medicamentos, con los condones...
Con total naturalidad, al momento de redactar estas líneas, un usuario, identificado como Yury, vendía al mismo tiempo dos ollas, una nevera, un motor de agua y una caja decodificadora de TV digital en el grupo de Facebook llamado Ventas Pinar.
En esa misma plataforma, Pedro proponía dos neveras, cemento, muebles sanitarios; Mariana ofrecía arroz, galletas y chocolates; Oriana promocionaba pastillas de sustancias, colonia, gel para la piel y para el cabello; Alex, Claudia, Yoana, Jase y Tadeo tenían ollas arroceras Inpud «nuevas en su caja, a estrenar por usted».
Todo, con su precio multiplicado, en una suerte de mercado negro digital, donde el fruto del acaparamiento y la especulación se muestra sin rubores a quien quiera mirar.
No se trata, valga la aclaración, de algo que una persona ya no usa, o que adquirió y no le sirve, o que le regalaron y no le gusta. Ni tampoco de lo que puede haber comprado en el exterior, cumpliendo los requisitos de la Aduana, sino del acto despreciable de lucrar con lo que el Gobierno cubano, «desangrado» en la lucha contra la COVID-19 y los efectos del bloqueo, no consigue mantener en la red comercial.
En agosto del año pasado, cuando ya el panorama del país, con la economía casi paralizada, era sumamente complejo, el Presidente Miguel Díaz-Canel denunció la actuación desfachatada de coleros, acaparadores y revendedores, para tensar aún más las cosas. «Se nos acumuló el problema, porque no enfrentamos la situación de manera inmediata», dijo, al tiempo que comunicó la decisión de crear estructuras a nivel territorial para enfrentar tales ilegalidades.
«Estamos actuando contra los pillos, los que se aprovechan de los demás; contra al actuar parásito que está involucrado en este tipo de manifestaciones, de gente que en su mayoría no trabaja, no aporta socialmente nada (...) que se aprovecha de nuestros problemas económicos para enriquecerse», añadió.
A cualquiera que indague sobre el tema no le será difícil hallar historias sobre la reventa de turnos, que pueden alcanzar precios exorbitantes; tampoco de las colas monopolizadas por unos cuantos, de rostros que se repiten dondequiera que haya algo con lo que se pueda lucrar, incluso, la manera sospechosa en que se enteran con antelación de lo que llegará a las tiendas y adquieren, en grandes cantidades, productos regulados.
«Los mismos coleros se pasan de la parte de los electrodomésticos a la del cemento, y hasta para la farmacia. Siempre son las mismas caras. Yo, que voy poco a la tienda, ya los conozco. Es imposible que los que están a diario controlando, no lo sepan», asegura Osmay Pérez, desde el reparto Lázaro Acosta, en Pinar del Río.
Una sencilla encuesta de Granma en las redes sociales generó en poco tiempo cerca de un centenar de comentarios similares, con anécdotas personales, denuncias, fotos: «Esta es fresquita, de hoy mismo», nos asegura en una de ellas Rouslyn Navia. «Sacaron coches de bebé en la tienda de canastilla del Vedado, La Infancia. Enseguida los acaparadores hicieron zafra. Y los coches que costaban unos 1 500 CUP, ahora son revendidos en 5 000».
Más allá de las multas y los procesos penales que se hayan iniciado en este tiempo, el desparpajo con el que hoy se exhiben en las redes a sobreprecio, los mismos productos que buena parte de la población no consigue alcanzar, junto a los números telefónicos de quienes los tienen, indica que hay posibilidades de ir de frente contra los oportunistas.
Aun cuando sigue vigente el llamado a enfrentar con firmeza esta realidad, pareciera que, por falta de sistematicidad, esta lucha ha retrocedido, en algunos lugares hasta muy cerca del punto de partida.

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Francisca dijo:

1

30 de junio de 2021

07:18:26


Es muy cierto lo q se expresa de los coleros y revendedores pero su nùmero se incrementa a veces con la complicidad de los empleados de dichas tiendas.Por què no distribuyen esos productos deficitarios como el aceite, detergente,sazonadores,golosinas (para nuestros niños) cada cierto tiempo en las bodegas y carnicerìas de los barrios Aunque sabemos q es insuficiente las cantidades pero asì se pod?ìa contar alguna vez con la adquisiciòn de dichos productos Graciad

Rognier dijo:

2

30 de junio de 2021

11:03:49


Deberian tomar medias más drásticas, las colas son interminables y siempre son los mismos los que compran todos los productos que sacan en las tiendas Hay que ver tambien el personal que ¨enfrenta¨ los coleros son corruptibles Hay que mirar bien todo y las redes sobre todo, hoy sacan algo en una tienda y a los minutos están en las redes sociales.

Arturo Ortega Pedro dijo:

3

30 de junio de 2021

11:04:50


Todos los problemas muy bien comentado y bien conocido por todos específicamente por quienes los vivimos a diario, pero donde esta la solución definitiva de los mismos, dónde esta el accionar sistemático para su control y solución, que hacen las autoridades correspondientes es decir policía, inspectores y las administraciones. En este sentido hay que combatir las causas y los efectos no solo este último porque de lo contrario no habría solución jamás.

ramonita dijo:

4

30 de junio de 2021

11:13:56


las autoridades deven tomar medidas con estos coleros y buscr una manera de venta q se depocite los recursos en la bodega a la q cada nucleo pertenece para un mejor control

ramonita dijo:

5

30 de junio de 2021

11:14:36


por favor la poblacion no se dan cuenta del sacrificio q esta realizando el estado revolucionario para mantener la distribucion de los productos y los mal agradesidos tratan cada dia de buscar problemas para q aya mas escases

Albella Fernández dijo:

6

30 de junio de 2021

12:23:36


Cierto, en muchísimos lugares, como en el reparto Camilo Cienfuegos de la habana del Este, el mecanismo no se usa. Ni autoridades ni el gobierno local controlan esos coleros que insisten en vivir a costa de los que trabajamos. Además, las medidas orientadas no están dirigidas para el beneficio de los que trabajan. Cuando el trabajador llega de su trabajo ya se acabó el producto, o cerró la tienda o ya el mundo está repartido entre los que no trabajan.

Humberto dijo:

7

30 de junio de 2021

12:44:56


El tema de coleros es muy dificil de atacar pero el de revendedores si, sobre todo con equipos electricos, neveras, aires, etc., existe la apk Portero, pues bien, solo es implementar que una persona que compre un equipo grande como estos solo puede hacerlo UNA VEZ AL AÑO, suena duro, pero duros son los tiempos en que vivimos.

norma fournier duharte dijo:

8

30 de junio de 2021

16:20:53


Es cierto y en santiago de cuba es peor, no se puede sacar nada en las tiendas ni los mercados que solo lo compran los revendedores, los trabajadores no pueden tener esperanza de nada porque ellos solo pueden comprar, la opinión del pueblo es muy desfavorable porque no se ve un accionar, todo ha subido de precios y no pasa nada, muchos se sienten con derecho de revender, lo ven como algo normal. Por lo menos en santiago no se le busca solución cuando sacan articulos en MLC dicen que los turnos cuestan 500 pesos. es demasiado. solo me preocupa cuando el trabajador va a poder satisfacer sus necesidades si todo esta en manos d elos revendedores y no se toman medidas.

Cindy dijo:

9

12 de agosto de 2021

09:33:10


A pesar de todas las medidas que se han tomado siguen los problemas en las colas para conseguir productos básicos como alimentos y aseo. Estas medidas como la creación de los llamados lcc y el escaneo del carnet en los lugares donde se comercializan estos productos no protegen a la mayoría de los ciudadanos. Vivo en el municipio capitalino de Centro Habana, donde es una odisea muchas veces peligrosa hacer una cola para comprar pollo, aceite, detergente, picadillo, ... Siguen siendo los coleros y revendedores inmunes a estas medidas, y el pueblo trabajador, sigue estando en desventaja. He marcado en una cola donde he tenido 20 personas adelante y.luego cuando recogen los carnet para supuestamente escanearlos he hecho el número 200, y lo más triste que no tienes a dónde recurrir para quejarte o denunciar. En las colas siempre son los mismos, la.mayoria no trabaja y vive del invento como se dice en buen cubano. Y la mayoría de la veces existe complicidad con las personas encargadas supuestamente de organizar la cola.