La pandemia de COVID-19 no fue impedimento para que el pasado año se realizaran más de 350 000 donaciones de sangre en el país, como parte del Programa Nacional que desarrolla el Ministerio de Salud Pública para estimular esta práctica que contribuye a salvar miles de vidas cada año.
Con ese logro, resultó posible la ejecución de más de un millón de cirugías, 79 trasplantes y la transfusión de más de 250 000 pacientes, según la explicación brindada a la Agencia Cubana de Noticias por la doctora Delia Esther Porto González, al frente del Programa, quien añadió que desde la llegada del virus al país fueron trazadas estrategias para mantener las donaciones de sangre y plaquetas, a las cuales se incorporó el plasma de los convalecientes del SARS-CoV-2, utilizado como tratamiento alternativo para los pacientes enfermos.
En la actualidad, más de 300 convalecientes de la COVID-19 se han integrado a donar su plasma con una frecuencia de cuatro al mes, sin que le afecte la hemoglobina al reinfundirse los glóbulos al organismo como parte del proceso, declaró la doctora Porto González, quien explicó que muchos de esos donantes ya fueron inmunizados con el candidato vacunal Soberana Plus.
Ese tipo de plasma es empleado en aquellas personas que mantienen un PCR positivo durante varios días, además de algunos pacientes con sintomatología leve o en estado grave no ventilado, aseguró la especialista en Hematología, quien dijo asimismo que una parte de las donaciones se derivan a la industria para producir gamma hiperinmune anti-SARS-CoV-2, próxima a iniciar el proceso de ensayos clínicos en la capital.
Otra de las estrategias que se promueven en el país es que las provincias con situación epidemiológica más favorable aumenten las donaciones de sangre y sus componentes para satisfacer la demanda de los territorios más afectados, señaló la directora del Programa Nacional de Sangre del MINSAP.
Alrededor del 49 % de la población cubana dona su sangre de manera voluntaria y más de 4 000 están vinculados al Programa de Plasma Aféresis, proceso mediante el cual se separan los componentes de la sangre, labor de suma importancia si se tiene en cuenta que con una sola donación se salvan cuatro vidas, además de ahorrar millones de pesos a la nación a través de la producción de medicamentos y hemoderivados que repercuten directamente en la asistencia médica.



















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