ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Raúl Escalona y Francisco Madruga, fundadores del Ejército Central Foto: del autor

MATANZAS.–Inspirado en las tradiciones del Ejército Rebelde, el 4 de abril de 1961, surgió el mando militar que luego sería nombrado como Ejército Central.

Apenas unos días después, cuando aún no se habían acomodado el uniforme que vestían con honor ni establecido debidamente el teatro de operaciones militares, los integrantes de esa fuerza militar tuvieron su bautismo de fuego en la epopeya de Playa Girón.

Y aunque era manifiesta la amenaza constante del imperio y se presagiaba el pronto zarpazo de la contrarrevolución apoyada y financiada desde Estados Unidos, la mayoría de aquellos jóvenes no imaginaba el gran desafío que significaría defender la Patria de la invasión mercenaria, misión que aceptaron con arrojo.

El rumbo que tomaban los acontecimientos explica sin dudas el nombramiento del legendario guerrillero Juan Almeida Bosque al frente del Ejército Central, al cual dirigió desde su fundación hasta marzo de 1963.

Gozaba ya de reputación de hombre de gran firmeza cuando asumió la alta responsabilidad, pero el recuerdo que pervive de generación en generación es su capacidad de trabajo, inteligencia y serenidad.

Era muy recto y exigente, un jefe que inspiraba respeto, pero enseguida se hizo acreedor del afecto de soldados y oficiales, rememora Raúl Escalona (CR), fundador del Ejército Central y combatiente de la Columna 1 del Ejército Rebelde comandada por Fidel Castro.

El viejo luchador asegura que a Almeida se le evoca en cada actividad o ceremonia militar, y admite que fue un honor haber participado bajo sus órdenes en la fundación de aquel Ejército, escuela forjadora de combatientes dispuestos a ofrecer la vida en la defensa de la Revolución.

Asegura que dicho mando escribió además páginas gloriosas en la lucha contra bandidos, en misiones internacionalistas y otras muchas acciones de enfrentamiento a las agresiones enemigas, así como en la consolidación de la concepción estratégica defensiva de la Guerra de Todo el Pueblo.

Francisco Madruga, general de brigada de la reserva, y Ciro Blanco (CR), quienes participaron en los sucesos de Girón, evocan orgullosos los días fundacionales del mando militar y reconocen cuánto les aportó a su formación como combatientes y revolucionarios.

Con un brillo de admiración en su mirada, los dos viejos luchadores recordaron a Juan Almeida, el amigo de Fidel y el jefe de principios inquebrantables, que sostenía la moral de la tropa con el ejemplo personal.

Así era el primer jefe del Ejército Central, apreciado por su valentía y por el ejemplo que emanaba, y en ese legado se han formado miles y miles de combatientes a lo largo de estas seis décadas en el mando militar que nació al calor del Ejército Rebelde.

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