ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Fundada en 1993, la Gispert entrega algo más de 6 000 toneladas de alimentos cada año. Foto: del autor

Colón, Matanzas.–Miguel Ángel Luis Cobo, un destacado productor que se precia de conocer todas las «costuras» del trabajo en el campo, y que ha hecho cultivable una franja de tierra baldía en el Valle Yumurí, terminó maravillado con la experiencia de la Gispert.

Quedó impresionado, sobre todo, por los progresos en la producción del plátano extradenso y los promisorios rendimientos que esperan alcanzar, allí, en ese cultivo.

Junto a otros campesinos de la provincia, Cobo recorrió, en fecha reciente, esa unidad básica de producción cooperativa (UBPC) en el municipio de Colón. El objetivo era conocer, de primera mano, el avance de dicha entidad, encomiada por el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Lo que hacen es digno de imitar, manifestó el campesino, para respaldar la observación del Jefe de Estado, cuando expresó que la Gispert  podía convertirse en una forma productiva de referencia, en «la UBPC que necesitamos».

 

Cultura agropecuaria

Las plantaciones sin maleza es lo primero que llama la atención del recién llegado. Y no se trata de los sembrados cercanos a la carretera o a la vista de todos, se percibe a lo largo y ancho de los terrenos. «Al que encuentre una mala hierba le damos un premio», bromean orgullosos, los trabajadores.

El esplendor de los sembradíos, ver todo ordenado y limpio, primera señal de una cultura agropecuaria, fue lo que más alegró a Díaz-Canel en su visita a esas tierras. Así es como tenemos que tener las cosas, exclamó el Presidente al resumir su impresión sobre el lugar.

Ya para entonces le habían explicado acerca del impulso en la producción de viandas, granos y hortalizas, la vinculación del hombre al área y el salario de los trabajadores.

Fundada en 1993, la Gispert entrega algo más de 6 000 toneladas de alimentos cada año, con peso en el cultivo de la papa, por el que es reconocida nacionalmente.

Por estos meses se siente un especial ajetreo, pues es tiempo de la campaña del tubérculo y ello supone una gran organización y movimiento de fuerzas y recursos, admitió José Osmani Peña, presidente de la base productiva.

En época de la papa resulta enorme el esfuerzo, es el cultivo de mayor prioridad para nosotros y demanda de una sólida cultura agropecuaria para asegurar la cosecha, comentó.

Por fortuna, la UBPC dispone de un jardín con casi un centenar de variedades de papa que garantiza altos rendimientos y constituye sostén de las plantaciones futuras.

Everto Soto Ravelo, jefe de Producción, explicó que, para ellos, es de gran importancia la obtención de semillas de calidad, un proceso que afianzan de manera organizada y controlada, con énfasis en la estabilidad genética y en la pureza de las variedades.

«De ahí la existencia de dos fincas de semillas, una agámica y otra botánica. Multiplicamos los rendimientos en la producción de varios cultivos, como es el caso del boniato, y se debe a la utilización de una semilla cada vez de mayor calidad, adecuada a nuestras condiciones», ilustró el especialista.

Otra fortaleza es el empleo conveniente de las cuatro máquinas de riego de pivote central, técnica novedosa y eficiente para incentivar la productividad agrícola. De acuerdo con Soto Ravelo, dichos equipos rotan, al menos en dos ocasiones. Esas tierras siempre están sembradas, precisó.

Ambicioso proyecto

Hace aproximadamente un año, la Gispert inició el programa que debe reinar a la par de la papa. Se trata del plátano extradenso, un ambicioso proyecto que comprende la siembra de hasta 300 hectáreas en un tiempo relativamente breve.

Al menos por ahora, ya rebasaron las cien hectáreas de plátanos fruta y vianda, y la vitalidad de las plantaciones suscita los elogios de todos.

Por mandato de las normas técnicas, en el plátano extradenso se siembran alrededor de 4 000 plantas en una hectárea, bajo un sistema señalado por la distancia entre los surcos y que precisa resembrar el cultivo luego de la primera y única cosecha.

En 2021, en la Gispert esperan rebasar las mil toneladas de plátano, gracias a ese programa, todavía en ciernes.

Elocuente fue apreciar el entusiasmo entre los jóvenes que laboran en la Finca No. 1, por el «hallazgo» del primer racimo de plátano en fecha tan temprana.

Eso es sentido de pertenencia, esos muchachos se sienten identificados con los objetivos de su colectivo y de la UBPC, y están dispuestos a hacer el máximo por salir adelante, observó Osmani Peña. Es por ello que están contentos, esperan que la cosecha sea grande, subrayó.

Algo distante de esas áreas de plátano, y ajenas a la hora ya avanzada de la mañana, Silvia Vega y Felicia Ripoll, obreras de la finca de semillas agámicas, guataqueaban en un sembrado de yuca, sin mostrar agotamiento alguno.

En el jardín de variedades, uno de los más veteranos trabajadores de la entidad, el viejo Jesús Noel Lugo elogió la labor de las mujeres y de los directivos de la UBPC. Aquí no hay hora para trabajar y todo el mundo es un obrero más, incluido el presidente, quien anda a pie, al igual que el resto de los trabajadores, comentó.

Osmani Peña insistió en que el origen de las mejoras de la cooperativa se debe al trabajo, y mencionó el propósito de crecer con nuevas áreas para agrandar las producciones, crear lo antes posible una minindustria, así como afianzar el módulo pecuario y la crianza de peces en los estanques ya preparados.

«Aspiramos a que todo el que nos visite se vaya contento y que la Gispert, como expresó el Presidente cubano, sea un referente en la actividad agrícola».

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.