Velasco, Holguín.–No hubo sorpresa en esta localidad ni en muchos kilómetros a la redonda, cuando muchas personas vieron, a través de la televisión nacional, a Evelio García Sánchez conversar, sobre su quehacer en la esfera agrícola, con el Presidente de la República Miguel Díaz-Canel, miembro del Buró Político del Partido.
Se debe a que el campesino y asociado a la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Mártires del 24 de Mayo es una autoridad en el tema. Egresado de la Universidad de Oriente en 1976 con el título de ingeniero agrónomo, posee un largo aval como especialista en granos e investigador de la Unidad de Extensión, Investigación y Extensión Agropecuaria de Velasco.
Cuando Granma lo abordó, ya había ordeñado las vacas y organizado otras labores en la finca La Esperanza, a la que se ha dedicado por entero en los últimos diez años, tras su jubilación. No podía ser de otro modo. La agricultura es una de sus grandes pasiones.
–¿Qué tuvo en cuenta al compartir sus saberes con el Presidente de la nación?
–Me apoyé en mis experiencias y en las de muchos productores de soya de la zona de Velasco. Cuando afirmé que se puede sembrar soya a pequeña escala, es porque durante muchos años lo hemos hecho en áreas, que van desde media hectárea hasta tres. Aquí la cosechamos para extraer aceite, emplearla en la alimentación de los animales o venderla a quienes se dedican a elaborar piensos.
«No niego que se pueda hacer a gran escala, y el ejemplo está en Ciego de Ávila, por parte de la uam-far, que dedica los recursos necesarios y posee las ventajas de la mecanización.
«En Holguín, cuando existía el Ministerio del Azúcar, se puso en marcha un movimiento para sembrarla en parte de las tierras dedicadas a la caña, pero fracasó, porque en ese ramo, según creo sinceramente, lo que no fuera caña se consideraba mala yerba. Además, los suelos que se emplearon estaban, en su mayoría, impregnados de herbicidas que conspiraban contra la soya.
«En la década de los 90, a cargo de la División Mambisa, una fuerza productiva agrícola existente entonces, también fue sembrada una extensa área con el asesoramiento del doctor Miguel Esquivel, científico del Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio (Cenpalab), pero no perduró. A mi juicio, en el caso de la soya ha faltado trabajo sistemático».
–¿Qué recomendaciones haría al productor que opte por sembrar soya a pequeña escala?
–La soya es un cultivo noble, pero posee requisitos técnicos que deben cumplirse si queremos tener éxito. Es un cultivo fotoperiódico, es decir, que responde a las horas de luz. Por lo tanto, se debe buscar el momento de la siembra, que se hace en tres épocas: frío (diciembre, enero), primavera (marzo, abril, mayo) y verano. A eso se suma el conocimiento de la variedad a emplear.
«Si la siembras en primavera con variedades de invierno o verano, vas a fracasar. Crece mucho la planta y prácticamente no florece. Por suerte hay variedades ‘‘insensibles’’, es decir, que se pueden sembrar en todas las épocas, por lo que es necesario conocerlas.
«En cuanto al suelo, si es fértil, como ocurre con cualquier otro cultivo, da mayores rendimientos. Lo importante es sembrar. La mayoría de los suelos de cultivo de Velasco están desgastados por su prolongado uso, pero los hacemos producir.
«Trabajo con la soya desde 1985. El primer vivero me lo enviaron del Instituto Liliana Dimitrova, que era en aquel tiempo la estación El Tomeguín. Durante mis años de investigador evalué unas 30 variedades, y las más generalizadas en esta zona son la Inca-27 y la Cubasoy-23, de ciclos más cortos, cosa a tener en cuenta, porque la soya tiene un lapso que va desde los 90 hasta los 120 días desde la siembra hasta la cosecha. Los que tenemos poca área las sembramos en primavera, debido a que en el invierno, por lo general, plantamos tomate o frijol. En las condiciones de Velasco logramos, como promedio, 1,5 toneladas por hectárea, pero hay productores que han llegado a 2,8 toneladas.
«Hay que poner cuidado en la conservación. Si es para consumo animal, no tiene que cumplir muchas exigencias, porque es resistente a los ataques de los insectos. Sin embargo, su poder de germinación se pierde muy rápidamente si el grano es maltratado. «El embrión, a diferencia de lo que ocurre con el frijol común, que lo tiene entre los cotiledones, está a un lado, debajo de la cáscara o testa, y un golpe lo puede dañar. Si se trata de obtener poca cantidad de semilla, recomiendo el desgrane a mano. En el caso de grandes cantidades, es imprescindible la rigurosa regulación de la máquina a emplear.
«En la germinación se debe considerar el momento de la recogida de semilla, que es cuando comienza a secar la planta. Luego hay que hacer un secado, que esté por debajo del 14 % de humedad del grano, y colocarlo inmediatamente en envases herméticos, que se guardan en lugares frescos».
–¿Qué aconseja sobre las atenciones culturales y el combate contra plagas y enfermedades?
–Cuando se siembra un grano, debe estar libre de yerbas. El grado de limpieza del área es muy importante para el rendimiento.
«La soya, además, necesita de un buen grado de humedad para germinar, igual que ocurre para las etapas de prefloración, floración y formación de los granos. Pero no puede tener encharcamiento.
«Es posible producir este grano con recursos alternativos. Las áreas de siembra pueden enriquecerse con materia orgánica, tanto compost como estiércol animal. También se puede recurrir a los microorganismos eficientes, siempre que todo se aplique a tiempo.
«Para impulsar la producción nacional, se debe fomentar la elaboración de biofertilizantes. Por ejemplo, Rhizobium. Esto es porque las leguminosas, en simbiosis con las bacterias del género Rhizobium, crean nódulos en las raíces para facilitarle nitrógeno a las plantas. Pero debe hacerse específicamente para la soya, lo cual es un reto para la ciencia.
«La soya es muy apetecida por las larvas. Para combatir las plagas y enfermedades, el remedio está en su manejo integrado, que se manifiesta en la siembra durante la época adecuada, en el uso de las mejores variedades para la región y de emplear medios alternativos como la tabaquina o la Bauveria y demás medios biológicos disponibles en los Centros de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos, además de los productos químicos tradicionales».
–¿Conoce cuántos productores del territorio se dedican a la siembra en pequeña escala, y la cantidad de toneladas que obtienen?
–No lo sabemos ni creo que esté registrado. Sembramos y cosechamos soya los que la utilizamos. Para ella, podría elaborarse un programa, igual que sucede con otros granos.
«Hay que desencadenar acciones, algo así como una maquinaria en función de promover, en primer lugar, motivación y capacitación. Luego hay que ir al productor, para comprometerlo a sembrar, y hacer que esa producción se incluya en las demandas de la Agricultura.
«Cuando el Estado compra la soya, paga a 325 pesos el quintal, lo cual no compensa los gastos de los campesinos, ni lo ven atractivo, porque lo venden a 1 500 pesos a los productores privados de piensos.
«En esta zona, en la elaboración de piensos se emplea un 15 o un 20 % de soya para disponer de la proteína necesaria. Se le añade maíz o yuca, en dependencia de lo que se disponga en el momento. También le incorporamos harina de pescado, una fuente de calcio (puede ser hueso molido) y vitaminas, cuando se cuenta con ellas; aunque no pocas veces los animales las obtienen de plantas y hierbas que consumen directamente en el campo».
–¿Ha incursionado en la elaboración de piensos?
–Siembro poca área y recojo, por lo general, media tonelada de granos, que conservo en un silo. Cuando lo necesito, llevo a moler las cantidades que luego mezclo con los otros productos para la alimentación de animales, sobre todos los cerdos, que no son muchos. En La Esperanza cultivamos soya desde hace 15 años. Pero no me considero experto en la elaboración de piensos, por lo que me apoyo en quienes más conocen.
«No me cansaré de decir que la soya es un cultivo estratégico para el autoabastecimiento municipal. Sin soya no se garantizarán piensos de calidad. Por lo tanto, hay que sembrar más si queremos lograr los cinco kilogramos de carne que debería incluir la dieta alimenticia mensual por persona».
COMENTAR
Miguel dijo:
1
12 de enero de 2021
00:07:03
Juan dijo:
2
12 de enero de 2021
06:47:09
GABRIEL dijo:
3
12 de enero de 2021
07:31:32
erick dijo:
4
12 de enero de 2021
10:55:41
Responder comentario