ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Todo contacto con la inmediatez de la «realidad real» contribuye a que no eche raíz en las conciencias la representación manipulada de la verdad. ilustración: tomada de otromundoesposible.net Foto: Internet

Se marcharon siendo niños de la casa, les pusieron al hombro una mochila y dentro de ella, entre otras cosas, cuartilla y lápiz.

Si no me contaron mal, los desayunos eran magros; lo poco compartido por sus anfitriones. En los almuerzos se pasaba con lo que se tenía, que no era mucho.

Llegaban tantas noticias como estaciones de radio se podían sintonizar; entre ellas, varias venían desde «afuera», simulando que lo hacían desde adentro.

Una capacitación y una voluntad sustituían las carencias pedagógicas. Un día avisaron que uno de ellos había muerto, luego otro, y luego otro más. Siguieron enseñando. Otras historias más heroicas fueron contadas sin saber de su veracidad. Me temo que hacerlas hoy, nos haría parecer a Juan Candela, sin la virtud del pico fino.

Eran jóvenes y sostenían con sus cuadernos el comienzo del esfuerzo más colosal que se haya hecho en Cuba por vencer  a la ignorancia. Nadie les hablaba de la rural realidad de la explotación, esa era una experiencia directa, tangible. Se aprendía, mirándole el rostro, cómo vencer al analfabetismo.

Se levantaban de madrugada, antes que el resto del campamento, a preparar el brebaje de desayuno. Si no recuerdo mal, las latas de leche en polvo rusa tenían color aluminio, cierre reponible y lata multipropósito, reusable. Se abrían por decenas vertiéndose en la olla gigante de agua, revolviendo en espera de la ebullición. Luego de hecha, cada cual llegaba con su jarra improvisada o no, donde, desde el cucharón hondo, le servían la porción que le tocaba. Los más vivos esperaban al final, para «cazar» el fondo pegado y semiquemado, con ese sabor tan peculiarmente delicioso. Algunos eran adictos irremediables, y con un poco de azúcar, adoraban el crujir del polvo entre los dientes.

Otros inventos más sofisticados fueron contados sin saber de su veracidad. Me temo que hacerlos hoy, nos haría parecer a Juan Candela, sin la virtud del pico fino.

Eran jóvenes y sostenían con sus brazos el plan citrícola del país, que llegó a ser uno de los mayores exportadores del mundo. Nadie les hablaba del campo, era una experiencia directa, tangible. Se aprendía de dónde salía lo que terminaba en el plato.

Cuando la caña se puso «a tres trozos», pidieron a los médicos cubanos. Luego de los ajustes entre los países y las autoridades sanitarias internacionales, ellos partieron al corazón de la epidemia del ébola. Si no leí mal, a pesar del calor brutal tenían que usar un traje de cosmonauta y, aun así, uno se contaminó de la letal enfermedad. Allí vieron a los pobres del mundo, las pretendidas cloacas de la tierra donde no hay apariencia televisiva que logra adornarla para hacerla pasable y, por eso, no aparecen en ningún medio y solo como anécdota en las redes sociales. Allí el hambre muerde más que el ébola, y es un sueño inalcanzable para muchos disfrutar al menos de alguna leche enlatada. Otros horrores fueron contados sin saber de su veracidad. Me temo que hacerlos hoy, nos haría parecer a Juan Candela, sin la virtud del pico fino.

Eran médicos y sostenían con sus brazos el esfuerzo por controlar una de las enfermedades más letales del planeta. Nadie les habló de la pobreza, esa era una experiencia directa, tangible. Se aprendía viendo las consecuencias de los hedores del planeta.

Todo contacto con la inmediatez de la «realidad real» contribuye a que no eche raíz en las conciencias la representación manipulada de la verdad. Cuando pretendemos que la realidad se sustituya por su representación, perdemos la noción de lo que importa. Si le haces el juego, terminas de rehén de las dinámicas artificiales que te imponen, de las urgencias que te fabrican.

No podemos cometer el error de pensar que la realidad se construye en la virtualidad, pensar que en ella se cierran todos los escenarios, sin percatarnos de que la escenografía es necesariamente un montaje. Tenemos que hacer prevalecer el himno de las calles, de los montes y de los surcos, porque el futuro se decide allí.

Aquí estamos para salvar a la Revolución, no para hacer como si la estuviéramos salvando.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

Manuel aveledo dijo:

1

10 de julio de 2020

00:08:50


Claro q queremos salvar esta linda revolucion....y es rechazando los errores.criticar lo mal hecho..por q si no lo hacemos..nos e ngañamos.. yo creo q cuba nesesita de eso . .no podemos repito y no se por q tenemos ese falso concepto de q el q critica con conciencia.el q critica la realidad. No lo podemos catalogar de contrarrevolucionario...ese concepto de revolución no lo aplicamos. .como cambiaremos lo q deve ser cambiado...gracias

Manuel aveledo dijo:

2

10 de julio de 2020

00:18:45


Hhhh

Diana Cassola dijo:

3

10 de julio de 2020

04:38:32


Excelente. Así es. Es importante también la experiencia propia; la que se ve y vive.

Cuba dijo:

4

10 de julio de 2020

07:45:18


Este es un excelente Artículo que deberíamos publicar cada día, para "curar" cierta ignorancia que ronda en las conciencias de muchos que no vivieron el pasado y que no les interesa el presente, y otros que, lo vivieron y ahora lo niegan. Para esos que hoy padecen de "amnesia selectiva", aunque por alguna razón genuflexa, escogen vivir mejor en las ofertas virtuales de los Medios de Manipulación: ¿Desinformación o Conveniencia repentina? Repetir hasta el cansancio: "Cuando pretendemos que la realidad se sustituya por su representación, perdemos la noción de lo que importa". La TAREA PERMANENTE y más importante para que nuestro país mantenga y perfeccione sus SAGRADAS CONQUISTAS, logrando alcanzar el ansiado próspero futuro, es reponernos ideológicamente. Luchar sin descanso contra los fantasmas de la Manipulación que desvirtúan la realidad y tuercen la Historia a su antojo y conveniencia. La primera trinchera, y a mi juicio, la más importante, es el sector de la Educación. Allí debemos concentrar esfuerzos y recursos para levantar muros de contención, sin dejar de participar de la realidad. Deben jugar su papel las Organizaciones políticas desde la Base, enrolando a la familia como núcleo fundamental de la sociedad. PROHIBIDO OLVIDAR: "Cuando pretendemos que la realidad se sustituya por su representación, perdemos la noción de lo que importa". ¡Somos Continuidad!

Joel Ortiz Aviles dijo:

5

10 de julio de 2020

09:58:28


.... " Aquí estamos para salvar a la Revolución, no para hacer como si la estuviéramos salvando "..... Esa es la esencia del fenomeno ....

Gerardo Ramos dijo:

6

10 de julio de 2020

11:40:50


Excelente y necesario

José Luis Toledo dijo:

7

11 de julio de 2020

08:53:32


Incluir el himno de las fábricas, de las aulas, de los hospitales en fin de los que "crean y construyen". Si "una imagen dice más que mil palabras", la realidad dice más que cualquier cantidad de palabras y de imágenes. Gracias por tan ilustrativo comentario