Concepto elaborado por la socióloga estadounidense Peggy McIntosh para nombrar el conjunto de beneficios, apoyos y ventajas que las personas del grupo «raza blanca» tienen a su disposición desde que nacen y que, solo por esto, reciben a lo largo de sus vidas; esto es hecho efectivo (a la vez que oscurecido) mediante estructuras y procedimientos formales e informales que organizan el funcionamiento de las sociedades posesclavistas y figuran como una de sus principales lógicas no visibles. El privilegio blanco es una de las formas básicas de naturalizar la injusticia y la dominación mediante el acceso exclusivo a la mayoría de recursos y a las instancias de decisión. Se obtiene gracias a un ejercicio de la violencia que, a la vez que «normaliza» la exclusión, despliega una inmensa pedagogía del silencio o la ceguera –desde el ambiente familiar hasta los de la vida social del grupo dominante–, evita reconocer o enfrentar prejuicios, estereotipos, líneas de conexión, agrupaciones y, en general, arquitecturas económicas, políticas, sociales y culturales que garantizan la reproducción de la condición de élite y sus beneficios asociados.
El privilegio blanco se hace notable, entre otros ámbitos, en la representación pública de los sujetos en los medios masivos según su identidad racial (por ausencia, sobreabundancia, relevancia o valor); en la garantía de recibir tratamiento no marcado por raza de parte de autoridades policiales (perfilación racial) o en lugares de la administración y, en general, del Estado; en la visibilidad y elogio de las contribuciones de personas del grupo racial al cual se pertenece a la historia social, política, cultural, económica y científica del país y, con mayor alcance, a la civilización humana; o en la existencia de personas de la propia raza en los trabajos de mejor retribución económica o en los niveles donde se toman las decisiones políticas sobre el país y su destino.
La paradoja del privilegio está en que, incluso reconociendo la existencia de injusticias, quien los disfruta ha sido «enseñado» a nunca enjuiciarse desde tal ángulo y, por tanto, es común que no entienda, o no sea capaz de percibir, las derivaciones de habitar el mundo en una posición donde cada idea o acto se sabe protegido o eximido de discriminación. Para dar cuenta de la incomodidad de las personas de «raza blanca» a la hora de discutir su privilegio, el siquiatra estadounidense Robin DiAngelo propuso el concepto «fragilidad blanca», y lo entiende como: «… un estado en el cual incluso una pequeña cantidad de estrés racial deviene intolerable y dispara un abanico de movimientos defensivos que incluyen el despliegue abierto de emociones como la ira, el miedo y la culpa, y comportamientos como la discusión, el silencio o el alejamiento de la situación estresante».
TÉRMINOS RELACIONADOS
Fragilidad blanca – Perfilación racial – Blanquitud – Discriminación - Racismo
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA (PRINCIPALES FUENTES)
McIntosh, Peggy. White Privilege and Male Privilege.
En: Kimmel, Michael S. y Ferber, Abby L., Privilege: a reader. Boulder : Westview Press, 2016.
Robin DiAngelo - White Fragility. International Journal of Critical Pedagogy, Vol 3 (3) (2011) pp 54-70
Robin DiAngelo. White fragility. Why it’s so hard to talk +to white people about racism. Boston : Beacon Press, 2018.



















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