Al 28 por ciento de su capacidad se encuentran los embalses tuneros, producto del efecto de la intensa sequía, que durante varios años ha afectado al balcón del oriente cubano, según trascendió en la reunión del Consejo de Defensa Provincial (CDP).
Esta situación, implica que asciendan hoy a más de 500 las comunidades que en el territorio reciben el agua por medio de pipas, una cifra que ya no es extraña en la provincia para esta época del año y que ahora tiene como factor asociado el enfrentamiento a la COVID-19.
De manera paulatina los municipios han incrementado el número de comunidades en esa situación, no obstante, es el sureño Colombia el más preocupante, que ha incorporado 30 nuevos asentamientos a los ciclos de distribución que asume, en su mayoría, Servicios Comunales.
Se insistió por tanto en la necesidad de racionalizar el preciado líquido, que no sólo es imprescindible para la población, sino para la producción agropecuaria.
Por otra parte se conoció que cuatro nuevos equipos de bombeo le fueron entregados a la provincia, cuya conexión se llevará a cabo lo antes posible. No obstante, se reiteró una seria problemática con el abasto a la cabecera provincial, pues aun se mantiene en reparación la bomba dañada de la presa de Cayojo. Ello implica que 13 pipas trabajen en la ciudad de Las Tunas, con el fin de llevar el servicio a quienes debido a esa afectación no lo reciben por la red hidráulica.
El presidente del CDP, Manuel René Pérez Gallego, insistió en que el del agua es un tema prioritario y como tal debe ser atendido. En este sentido apuntó, debe existir organización y eficiencia en las alternativas que se busquen para brindar el servicio a la población y que no puede faltar la información por todos los canales disponibles.
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