Abundio Sánchez llevaba puesta la más vistosa de todas sus camisas y sobre ella había acomodado sus medallas, como si se tratara de un tablero de ajedrez: aquí, la de Héroe Nacional de la Zafra; acá, debajo del bolsillo, las muchas de Vanguardia Nacional del Sindicato de los Trabajadores Agropecuarios y Forestales, y más arriba, un espacio vacío para la que llegaría ese día.
Frente al guajiro del Escambray está, de pie, un Quijote de verde olivo, con unas manos largas y aquella pregunta en voz baja que a él le parece estar escuchando ahora mismo:
«¿Y esta, dónde te la pongo?», le dijo Fidel, mientras sostenía la estrella de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
«Póngala en el corazón, Comandante», le respondió el chapeador de potreros, en ese minuto el hombre más feliz del mundo, encandilado tanto por el brillo de los flashes que disparaban desde todos los flancos, como por el símbolo que tenía parado frente a sí.
De las emociones del surco y del taller, de los edificantes encuentros con Fidel y de ese empeño cotidiano de empujar un país condenado por el pecado de la rebeldía, hablan hoy en Granma Héroes del Trabajo de la República de Cuba, una representación de los muchos cubanos a quienes la Isla les corre por las venas todos los días; pero más cuando se trata del 1ro. de Mayo, una celebración en la que ellos, obviamente, no pueden estar ausentes.
EL HÉROE SIGUE EN EL CORTE
Todavía recordamos aquella frase homérica que nos dejó sin alternativas: «Periodista, si quieres verme, tendrás que ir al cañaveral». Fueron sus palabras retadoras, hace más de diez años, poco después de que Fidel le pusiera en el lado izquierdo del pecho la medalla de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
Tardó mucho el reportero, hasta que, por estos días, preguntó en la sede provincial del Sindicato de Trabajadores Azucareros en Ciego de Ávila si Renán Cabrera Franco todavía cortaba caña. «Oiga, ese es un león tusa’o. Anda arriba de la ktp-2m como el primer día».
Quiso la magia de las comunicaciones que lo encontráramos de una manera diferente: de un lado, el reportero; del otro, el único Héroe del Trabajo operador de una KTP-2M en el país.
–Renán, ¿todavía arriba de la KTP?
–¡Todavía!, estoy en la zafra número 49 y este año celebré el 1ro. de Mayo cortando caña. Más de 80 millones de arrobas he derribado en ese tiempo, el equivalente a más de tres zafras del ingenio Enrique Varona, para el cual siempre he tributado, menos ahora, que está paralizado. Celebré encima de la combinada porque es lo que el país necesita, caña para hacer azúcar, porque la COVID-19 pasa ahorita.
«¿Sabes? Lo que sucede es que siempre me alientan las palabras de Fidel, cuando me puso la medalla: “Guajiro, sigue guapeando. Ahora tienes que luchar más que nunca”».
TIEMPOS DE MUCHA UNIDAD
«Hoy más que nunca hay que echar pa´lante y seguir guapeando como nos enseñó Fidel», expresa desde su casa Mario Aparicio Bolaños, Héroe del Trabajo de la República de Cuba, quien a sus 81 años aún tiene ímpetu para defender a la Revolución.
«Es verdad que corren tiempos difíciles, agudizados ahora por la pandemia –afirma el veterano villaclareño, afiliado de por vida al Sindicato de Energía y Minas–; pero no queda otra alternativa que trabajar duro y apoyar a la dirección del país, que lo está haciendo muy bien. Son tiempos de mucha unidad y compromiso, en los que hay que sacar a relucir la estirpe que caracteriza a los cubanos».
Similar es la filosofía del Doctor Honoris Causa de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, Graciano Wilkie Delgado Correa, Héroe del Trabajo y un verdadero ícono del Sindicato de la Salud para la provincia y el país.
«Lo que está haciendo Cuba echa por tierra las calumnias del imperio y sus lacayos sobre la fuerza de nuestra Revolución socialista, porque en medio del más férreo bloqueo con la unidad del pueblo y la estrategia lograda por el Partido y el Gobierno, estamos enfrentando dignamente la covid-19, sin descuidar la economía y las urgencias sociales de la Isla, como tampoco la modesta ayuda de nuestro ejército de batas blancas a otras naciones del mundo que la han solicitado».
MI PLAZA, LA PRODUCCIÓN
La trinchera puede estar ubicada en la Fábrica de Helados Coppelia, de Camagüey, en la industria pesquera de Granma o en un simple hogar de Las Tunas; pero la vocación de servir se lleva en el medio del pecho, tal y como lo prueban en el día a día José Pardo Nápoles, María Salvadora López y Zoila de la Caridad Sánchez, todos Héroes del Trabajo de la República de Cuba.
«Yo me siento orgullosa de ser parte de este pueblo, de esta obra maravillosa que es la Revolución –dice la tunera Zoila–. Comencé a trabajar voluntariamente a los 15 años, y dediqué a mi trabajo 50 de vida; pero no me arrepiento de eso ni un segundo, porque fue la forma que tuve de aportar a mi país, de serle fiel a ese hombre único que fue nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro.
«Hoy estoy agradecida por todo lo que me ha dado mi Patria, porque cada día tocan a mi puerta para saber cómo me siento y eso es maravilloso. Desde mi casa, he confeccionado nasobucos para contribuir a la batalla de Cuba contra el nuevo coronavirus. Hoy mi casa es mi plaza, y desde aquí doy un ¡Viva! a mi Revolución».
Como representante del Sindicato de Trabajadores de la Industria Alimentaria y la Pesca, José Pardo Nápoles lamenta no haber podido estar en la calle como otras veces durante la celebración de este 1ro. de Mayo, pero por otro lado siente la satisfacción de servir desde su puesto: la vieja fábrica de helados donde labora está garantizando por estos días los suministros necesarios a los hospitales, centros de aislamiento, hogares de ancianos y comunidades.
«No pudimos esta vez colmar las plazas y avenidas –dice–; sin embargo, en nuestras mentes y en nuestros corazones estuvo este 1ro. de Mayo la firme convicción de que saldremos adelante. Vivimos tiempos difíciles, pero los cubanos hemos demostrado que no hay obstáculos insalvables, máxime si se trata de defender y preservar esta hermosa obra».
Con igual resolución se entrega María Salvadora López, el nombre oficial de esta heroína de la industria pesquera de Granma, donde hace más de 40 años quedó bautizada para toda la vida como Tomasa.
«Mi mayor orgullo, más que los reconocimientos, es la labor que realizamos los trabajadores de la industria alimentaria y pesquera para fortalecer la economía del país; ahora con un rol vital, no solo por el camarón que exportamos, sino por los otros productos del mar que procesamos para el pueblo; por eso, aunque este 1ro. de Mayo me tocaba franco, yo me dije: Mi plaza es en la producción».
HÉROE EN EL PALENQUE Y EN TODA CUBA
Rogelio Ortúzar siempre ha desfilado en Consolación del Sur con los campesinos de su cooperativa, la 26 de Julio; la mayor de Cuba por la cantidad de áreas que abarca y por el número de hombres y mujeres que la integran (más de 600).
Ortúzar no es un héroe cualquiera: fue durante 22 años presidente de su CCS, es integrante del Comité Nacional de la ANAP desde hace 28 años –22 como parte de su Buró– y miembro del Comité Provincial del Partido en Vueltabajo en las últimas dos décadas.
Símbolo del sector, lo mismo en Pinar que en toda Cuba, siempre ha sostenido que «si volviera a nacer, quisiera ser campesino, pero dentro de una Revolución como la nuestra»; la misma a la que ha servido con sus producciones, con su lealtad y con su sapiencia de guajiro consagrado.
«Cuando me dieron el título de Héroe del Trabajo, dije que agradecía a mi comunidad (El Palenque), a mi cooperativa y a mis productores porque, sin ellos, no hubiera llegado adonde llegué», sostiene Ortúzar.
«En estos días han sido noticia las donaciones de nuestros campesinos a centros de aislamiento o instituciones de salud. Esa es una muestra de la humildad de nuestros hombres y mujeres. En el periodo especial lo hicimos también, y eso se quedó sembrado en nuestra gente», dice este guajiro pinareño, que no le tiene miedo ni al trabajo duro, ni a los ciclones, ni a los tiempos de escaseces, ni a las leyes imperiales; pero que sí respeta a este nuevo coronavirus «traicionero y caminador» que, por lo visto, también quiere gobernar el mundo.
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