San Antonio del Sur, Guantánamo.–Clara Luz tiene claridad de lo que en la coyuntura actual necesita extraerle a su finca: «más productos y en menos tiempo», dice la mujer, de 56 años de edad e integrante de la cooperativa de créditos y servicios (CSS) Filiberto Rodríguez, del Valle de Caujerí, en el municipio de San Antonio del Sur.
«Ante esta nueva realidad cambié unos cuantos planes», afirma Clara Luz, quien explota 12 hectáreas (ha) de tierra en ese polo agrícola guantanamero, conocido también como el organopónico natural de Cuba.
«¡Vamos, muevan las manos!», insta la campesina a sus dos hijos, quienes junto al esposo la acompañan al pie del surco, donde dialoga con Granma mientras recoge «los frutos de la “maña” y el sudor nuestro, porque a la tierra primero hay que conocerla y después “fajarle” sin miedo».
«Mi fuerte está en los cultivos varios: tomates, boniatos, cebollas, frijoles, maíz, remolachas, y estas “joyas”, mire»: sus manos sostienen dos pimientos de “talla extra”, como casi todos los que ocupan las más de 20 cajas situadas a pocos metros, allí.
«Tanto de la anap, como de la Empresa (Agropecuaria San Antonio del Sur) me plantearon la situación; por eso decidí sembrar más pimientos y agregué una hectárea de berenjena y otra de yuca».
Es así como Clara Luz asegura este año la entrega de 44 toneladas (t) de productos del agro, 13 por encima de su plan inicial, cuya nueva versión incluye también al frijol caupí que, según ella, «da comida rápido y se adapta fácil al régimen de sequía».
Por las anteriores características, en las circunstancias actuales el frijol caupí no pasa desapercibido ante los estrategas de la principal empresa agrícola de San Antonio de Sur, la cual plantó 70 ha de ese cultivo, según el ingeniero Obdulvy Carmenate Arias, director técnico y de desarrollo en la referida entidad.
Sus cálculos indican que este año los sanantonienses cosecharán unas 56 toneladas de esa leguminosa. Ante la necesidad de ampliar y abreviar la producción de alimentos, aseguró el directivo, el municipio emprendió un análisis, hombre a hombre, con cada uno de sus 1 661 productores, proceso que hasta el momento ha permitido incrementar en más de 245 ha los planes de siembra, con énfasis en cultivos de ciclo corto.
San Antonio del Sur asume el compromiso de entregar 24 000 toneladas de productos del agro en el presente año, un propósito amenazado por la sequía y la poca disponibilidad de agua en la presa Pozo azul, principal abastecedora del líquido en esa localidad, que cuenta con cerca de 2 000 ha bajo riego en el Valle de Caujerí.
Tal eventualidad, sin embargo, no desmoviliza el esfuerzo de los labriegos, algunos de ellos tan resueltos como Clara Luz González Velázquez; quien asegura que «San Pedro no se va a salir con la suya, y si lo intenta, yo tengo una alternativa».
De ser necesario, Clara Luz extraerá agua de un pozo localizado a unos cien metros de su finca. «Me van a ayudar para utilizarlo», asevera ella, y lo ratifica Obdulvy Carmenate Arias: «tenemos identificados 63 pozos, con sus turbinas, que ayudarían a paliar la sequía. Primero vamos a experimentar con Clara, que es de avanzada; ella tiene Luz».


 
                        
                        
                        
                    





 
     
    










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