ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El empleo de la tracción animal será esencial en el periodo de siembra de la campaña de frío. Foto: Dilbert Reyes Rodríguez

No renunciar a ninguno de los planes agropecuarios o a cualquier otro compromiso productivo es un principio que los agricultores de Granma han puesto por delante del apretón de cinto a que obliga la coyuntura nacional en materia de gastos y consumos de combustibles.

Dicen que tienen claro lo complejo de tal situación, que no es una consigna para quedar bien, ni que se dejan engañar por un entusiasmo inútil. Repasan los números más elementales y todas las cuentas objetivas se resienten como de un puñetazo en la costilla.

Pero en el caso de esta provincia oriental, alegan, es una cuestión moral, casi ética, sostener al menos los resultados agrícolas locales que el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez exaltó como referentes nacionales en su discurso en Bayamo, el 26 de julio último.

Entonces refería el mandatario –entre los logros que compulsaron la decisión política para la sede del Día de la Rebeldía Nacional– la explotación del 80 % de las tierras cultivables de la provincia, el impulso a los polos productivos con miras al autoabastecimiento municipal, y las contribuciones efectivas y potenciales a la sustitución de importaciones en renglones básicos como el arroz.

DESAFÍO EN EL SURCO

A la luz de las condiciones objetivas de esta hora exacta, en que para sostener aquello hay mucho menos que un mes atrás –entiéndase combustibles–, los agricultores del territorio, sean campesinos privados o estatales han decidido interpretar la realidad coyuntural tal cual es: un desafío.
«Tocadas una por una, ya están bajo el yugo y tirando del arado unas 6 000 yuntas de bueyes en los campos de Granma».  

Este dato es el primero que expone Alexander Rojas, delegado territorial del Ministerio de la Agricultura, entre todas las respuestas alternativas con que el sistema agropecuario readecuó sus maneras de hacer.

Precisó a este diario que si el país prioriza con combustible solo una parte de la preparación de tierra correspondiente a la presente campaña de frío (garante de los mayores volúmenes de alimentos cosechados dentro de un año), con la tracción animal disponible sumarían aquí otro por ciento importante a la continuidad del periodo de siembra.

Señaló que si hasta hoy resultó largo e intenso el esfuerzo colectivo por poner en explotación las 520 000 hectáreas actualmente cultivadas, ahora se multiplica proporcionalmente el sacrificio para no dejar caer nada de lo concretado.

«¿Cuánto puede pesar la falta de combustible en la estabilidad productiva de los más de 20 000 usufructuarios que hoy son eslabón clave en el aporte agropecuario de Granma? Pues eso depende de la interpretación que tienen de la situación, de la comprensión y la disposición demostrada para no retroceder, no solo en los polos más grandes del territorio, sino tampoco en los pequeños que se vienen gestando».

Y es que, además de los cinco macizos consolidados (Cautillo-Bejuquero, Mártires de Artemisa, Cauto-La Yaya, Paquito Rosales y Niquero-Pilón-Media Luna), el propósito de incorporar a la producción nuevas áreas ociosas (aún quedan 58 000 hectáreas) ha resultado en la revitalización de zonas antes abandonadas, como las manzanilleras El Sitio, El Caño y La Esperanza.

Nuevas parcelas en el polo de Cautillo, las 300 hectáreas que en La Yaya de Jiguaní se preparan para cítricos, y cien más que se desmontan de malezas en la cooperativa Carlos Bastidas, de Cauto Cristo, son otras que Rojas mencionó como ejemplos de crecimiento físico que no admiten retroceso.

Especialmente destaca el interés de proteger, bajo cualquier circunstancia, el afianzamiento de un polo singular para el cultivo de hortalizas fuera de época en zonas de meseta de la Sierra Maestra, que aunque se separa un poco del requisito de parcelas concentradas –pues se distribuye en regiones altas específicas de los municipios de Buey Arriba, Bartolomé Masó y Guisa–, ya va aportando volúmenes esperanzadores de tomate (empalado), col, ají y otras, compradas hasta hoy por Frutas Selectas.

Ciertamente en materia de gastos –en particular los combustibles– la concentración geográfica que permite un polo productivo tributa ventajas claras respecto al control y el aprovechamiento superior de los recursos escasos, además de facilitar la distribución sobre la base de una mejor organización del transporte.

Sin embargo, por lo observado en Granma, coquetean con lo obvio las oportunidades que el fomento de los polos ofrecen al propósito del autoabastecimiento municipal; una política muy lúcida en sus intenciones, pero lejos todavía de concretarse en esas evidencias contundentes y convincentes que serían la cantidad y la variedad suficientes de productos en las tarimas de los mercados.

Hablar de autoabastecimiento no es referirse a una idea ilusoria. Todo el mundo necesita comer. Por tanto, no puede ponerse demasiado lejos la meta de que, por el sistema de Acopio, que incluye mercados y puntos de venta controlados, llegue al 100 % de la población esa norma encerrada en un número tan frío como estadísticamente útil, que equivale a 30 libras mensuales de alimentos por persona.

En tanto más se fragmente tal cifra, mayores y complejos son los retos, pues dicho 30 resulta de la suma de 15 libras de viandas, diez de hortalizas, tres de frutas y dos de granos; algo todavía más desafiante si se precisa que el per cápita de viandas no puede tomarle el pelo a la gente llenándole la jaba solo con plátano burro, sino que honre el respeto debido al consumidor poniéndolo a escoger también entre el boniato, la yuca, la malanga, el ñame, otros tipos de plátanos…

Que los productos cosechados en los campos de Granma han tenido un repunte progresivo en los últimos años no es mentira, a juzgar, sobre todo, por las ofertas en ferias y mercados; pero si ya hablamos de términos mayores, como las condiciones que exige el denominado autoabastecimiento y sus normas de consumo correspondientes, entonces lo hecho hasta hoy sería apenas un paso entre los que aún faltan para materializar la justa y necesaria aspiración.

Hoy ningún municipio de Granma, afirmó el delegado Alexander Rojas, logra autoabastecerse, y sin embargo 11 de ellos deben realizar envíos a las ciudades populosas de Bayamo y Manzanillo. A modo de ilustración, la provincia requeriría unas 11 000 toneladas mensuales de esos rubros que exige el per cápita ideal (viandas, hortalizas, frutas y granos), lo cual no incluiría esas más de 5 000 que solo de arroz el territorio aporta cada 30 días.

Está claro entonces que la suma de las más de 3 000 toneladas de viandas, 500 de granos, entre 200 y 300 de frutales y unas 1 200 de hortalizas cosechadas en Granma en el término de un mes, requieren un plus significativo para alcanzar los propósitos establecidos.

Hacia esa dirección marcha la consolidación de estrategias como esta del fomento de los polos productivos, de la explotación creciente de áreas nuevas; sin embargo, tal cual señalara el Presidente, no podrá pasar un solo día sin combatir esos «peros» que –como dijo también en el discurso de Bayamo– son comunes a todo el país.

Eso incluye, por supuesto, todas las potencialidades que laten en los rendimientos alejados de lo óptimo, en las reservas de innumerables innovaciones que no se generalizaron, en el ponerse en el lugar del consumidor a fin de defender que en la cadena que empieza en la siembra y termina en la tarima de venta, impere la alianza cantidad-variedad-calidad, y, claro está, que el ahorro se sume –ahora más que nunca– como un recurso capital capaz de multiplicar la producción con la eficiencia.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

fito dijo:

1

20 de septiembre de 2019

10:39:48


Estos son de las tantas medidas que se tomaron para salir del periodo especial y a pesar que siempre el tema del ahorro de combustible ha sido permanente, se fue perdiendo, todo no se puede cosechar con arado, pero muchísimos cultivos si, después de este momento debemos velar porque no volvamos a perder lo alcanzando