ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Anselma Betancourt Pulsán, Paula Aracelia López López, Erlinda Gabriela Orozco Moreno, Evangelina Pose Barca y Margiola Sánchez del Campo Guilarte recibieron, de manos de José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido, la Orden Mariana Grajales, durante el acto de condecoraciones a mujeres destacadas en la FMC. Foto: Endrys Correa Vaillant

Nunca imaginó la madre de los Maceo que su semilla germinaría más allá de la prole que nació de su vientre, para multiplicarse en otras épocas, en otras circunstancias históricas, pero con el mismo nivel de compromiso y amor a la tierra cubana.

La Patria llamó una y otra vez, y a su llamado acudió lo más digno de la feminidad cubana, para impregnar cada obra con la miel de su cariño y hacerla invencible, como dijera el Apóstol. En la historia de vida de cinco de ellas, reconocidas por sus méritos con la Orden Mariana Grajales, que otorga el Consejo de Estado, se resume en gran medida el espíritu de entrega que heredaron de esa madre redentora.

EL ACTUAR INCANSABLE DE UNA MUJER

«Yo soy una persona muy constante, si comienzo una tarea la hago bien», asegura Evangelina Pose Barca. Con 92 años, dice además que aspira a vivir 120 y luego pedir una prórroga, porque continuará contribuyendo a la obra revolucionaria emprendida en 1959, hasta cerrar definitivamente sus ojos.

Combatiente en la clandestinidad y de profesión costurera, su principal labor comunitaria ha sido en la esfera de vigilancia en los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).

Colaboró de manera cercana con Fidel, Raúl y el Guerrillero Heroico. «Trabajé con el Che cuando él ocupó el cargo de Ministro de Industrias. Integré una comisión para establecer las normas productivas en los talleres de costura, pertenecientes a la Industria Ligera. Recuerdo que a él le llamó la atención mi pelo largo y me pidió que me lo recogiera para trabajar más cómodamente delante de las máquinas».

Con Fidel dialogó en varios congresos de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y recibió de él preceptos acerca de la emancipación de la mujer. «Me sugirió a mí y a otras compañeras cómo ser mejores personas y cómo defender nuestros derechos. Nos aconsejó que lucháramos por nuestra realización profesional», añadió.

También conoció a Vilma Espín en el espacio de los cónclaves. Recuerda en especial la creación de los círculos infantiles. «Vilma nos indicaba personalmente cómo debíamos confeccionar las prendas de vestir para que los niños se vieran bonitos».

Evangelina señala con cariño su labor desempeñada en el Movimiento Ana Betancourt en la década de los 60.

Fundadora del Ministerio del Interior, de los cdr, de la FMC, de los círculos infantiles y militante del Partido Comunista de Cuba desde su creación en 1965, esta recia mujer ostenta también disímiles reconocimientos y condecoraciones. 

Acerca de la Orden Mariana Grajales refirió que ha sido muy emocionante, porque nunca ha pedido nada a cambio de su entrega, y a ello adicionó una frase martiana: «Si de algo sirvió lo que hice, quiero seguir sirviendo».

«LA FMC ACTÚA EN CADA ÁMBITO DE NUESTRA VIDA»

La vida de Erlinda Gabriela Orozco Moreno (o mejor tan solo Erlinda Orozco, como la conocen en toda Cuba) ha estado marcada por la trinidad del sacrificio, la entrega y el amor a la Revolución y a su organización: la FMC. Durante 17 años miembro del Parlamento cubano y por un lustro, además, integrante del Consejo de Estado, Erlinda es también sinónimo de compromiso, pasión y fe patriótica.

Interrogada por Granma a propósito del reciente merecimiento de la Orden Mariana Grajales y del advenimiento del aniversario 59 de la FMC este 23 de agosto, la agasajada comenta: «Ha sido honor y sorpresa a la vez, porque lo único que he hecho en mi vida es trabajar, pero sin pensar nunca en ningún trofeo o recompensa».

Erlinda, en la actualidad, es maestra reincorporada y asociada de la Cooperativa de Créditos y Servicios Antonio Reyes, del consejo popular Camilo Cienfuegos.

Para la actual miembro del secretariado municipal de la FMC de Cumanayagua, «quienes pertenezcamos, y principalmente dirijamos una organización tan noble y linda como esta, nunca podremos defraudar el concepto de integración, unidad y realización concebido por Fidel y Vilma. El influjo poderoso y la presencia de la mujer se encuentran dondequiera y no sería pensable, ni posible, la vida sin ellas», afirma.

COMPROMISO PERENNE CON VILMA Y LA REVOLUCIÓN

Hasta lo más profundo laten en Margiola Sánchez del Campo Guilarte el amor a la Patria y su incondicional defensa que desde niña le inculcaron sus padres, de ahí que al recibir la Orden Mariana Grajales, en su corazón haya reafirmado el compromiso perenne con Vilma y la Revolución.

«En ese sentido –señala la directora de la Casa Museo Memorial Vilma Espín Guillois– han estado encaminados mi vida de estudiante y mis 35 años de labor».

Licenciada en Educación, en la especialidad de Español-Literatura, para ella, lejos de privarla del placer de estar al frente de un aula, esas responsabilidades le han permitido un desempeño integral en función de la sociedad, y sobre todo haber asimilado muy de cerca el extraordinario ejemplo que legara la heroína Vilma Espín.

«Ella ha sido todo un referente para mí –afirma–, porque la conocí en el 6to. Congreso de la ujc, luego pude acercármele más desde las tareas en la FMC y en los recorridos que como diputada hacía frecuentemente por su Santiago de Cuba, donde aprecié su especial sensibilidad humana, la confianza en Fidel y la admiración hacia Mariana Grajales.

«El reconocimiento recibido lo transformo en una mayor entrega a la responsabilidad que se me ha asignado, en transmitir el orgullo de que tan grandes símbolos como Vilma y Mariana vivan eternamente», afirma.

UNA ETERNA FEDERADA

A la Doctora en Ciencias de la Salud Anselma Betancourt Pulsán, el amor por la FMC le nació desde las noches de su infancia, cuando seguía a su mamá a las aulas creadas por la organización femenina para abrirles a las mujeres cubanas las puertas del saber.

Así lo rememora y evoca a su inolvidable madre, Adela, porque a su sombra se forjó y aprendió a querer la institución creada por Fidel y Vilma, y «a esta Revolución a la que debo quien soy, a pesar de mi color: médico, especialista de segundo grado en Fisiología; profesora e investigadora titular, Heroína del Trabajo de la República de Cuba y federada, siempre federada», subraya.

«A la organización de las mujeres cubanas –asegura– me une el trabajo comunitario. Con la FMC y los cdr mucho andamos promoviendo salud, previniendo desviaciones conductuales.

«Como mujer me siento realizada y eso lo agradezco a la Revolución –reitera–, como también le agradezco tantos reconocimientos, que son tan míos como de quienes me rodean y apoyan, entre estos la Orden Mariana Grajales. La Madre de los Maceo, de la Patria, simboliza lo más puro y excelso de la mujer cubana y está en nosotros, en el tributo diario que le rendimos desde la práctica revolucionaria».

PAULITA

Desde muy joven, apenas una adolescente, la Revolución absorbió por completo la vida de la matancera Paula Aracelia López López.

Nada le ha sido indiferente de esa gran epopeya humana que inició el 1ro. de enero de 1959, al punto de que con solo 14 años de edad decidió incorporarse a la campaña de alfabetización.

Esa decisión es algo de lo que se alegra íntimamente y cuenta que en Alto Songo, hoy municipio de Segundo Frente, en Santiago de Cuba, encontró el apoyo de una población entusiasmada con el fervor revolucionario y la posibilidad para no pocos campesinos de aprender a leer y a escribir.

«Yo era muy jovencita y tuve que estudiar mucho, la campaña fue para la juventud cubana una prueba de fuego y para mí una escuela», recuerda Paulita, como la llaman en Matanzas.

Nada interrumpió su avance, ni siquiera los prejuicios y el marcado machismo de la época cuando estudió técnico en soldadura.

Vilma fue su paradigma: «La recuerdo con mucho cariño, era una persona muy dulce, comunicativa… Le gustaba escuchar, siempre atendía a todo el mundo y trataba de ayudar».

Gracias a sus méritos fue condecorada con la Orden Mariana Grajales. Al revivir los tiempos de cuando dirigía la organización en Matanzas, trae al presente un pasaje durante una visita de Fidel al territorio. El líder de la Revolución se le quedó mirando, y le dijo al entonces Primer Secretario del Partido en la provincia: «Tienen ustedes una secretaria general muy joven, y además bonita».

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Ivón dijo:

1

22 de agosto de 2019

23:14:47


Campeonas , de campeonas , mis respetos a ellas

mpc dijo:

2

23 de agosto de 2019

09:44:45


Felicidades compañeras la patria os contempla orgullosa