ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

El primer ministro Fidel Castro y Manuel Urrutia Lleó, presidente de la República, arriban el 16 de marzo a Santa Clara por invitación de la Universidad Central. Pocos minutos después, Fidel determina proponer al Gobierno Revolucionario otorgarle dos millones y medio solo para empezar, ya que la Revolución concederá atención especial a los altos centros docentes del país. Con posterioridad, inauguran el edificio de la biblioteca general.

Los profesores, estudiantes y el pueblo reclaman la presencia y la palabra del jefe de la Revolución, quien accede gustoso. Expresa a los congregados que el pueblo tiene que irse preparando contra las críticas que se hacen a la Revolución con una teoría anacrónica y confusionista.

Ese mismo 16 de marzo, Fidel sobrevuela en un avión la Ciénaga de Zapata. Ve a un grupo de hombres junto a un horno de carbón y da la orden de aterrizar a tres kilómetros al sur de la Laguna del Tesoro. Los cenagueros, al comprobar que el jefe de la Revolución se encuentra entre ellos, estrechan su mano, y luego lo invitan a comer. «¡Los tiempos han cambeao!», dice un recio carbonero negro.

En su edición del 16 de marzo de 1959, el semanario estadounidense us News & World Report publicó una entrevista a Fidel. Muchas son las preguntas que le hacen, una de ellas: ¿Qué opina usted acerca del intercambio con la Unión Soviética? Fidel respondió: «Pienso que podríamos venderles si ellos nos compran».

A la siguiente pregunta: ¿Ve para Cuba un peligro en ello?, Fidel responde: «No puede haber peligro si hacemos lo que quieren los cubanos. ¿Comprende usted? No tengo temor de ninguna otra ideología. La ideología del Movimiento 26 de Julio es la ideología de la justicia social dentro de la democracia, de la libertad y de los derechos humanos, que es lo más bello que puede prometérsele a un hombre. ¿Por qué tendríamos que temer? No debemos tener miedo».

En el Colegio Médico Nacional, la madrugada del 17 de marzo, la Asamblea del Comité Conjunto de Instituciones Cívicas –representada por delegados de los colegios profesionales, logias, religiones, sociedades culturales y otras instituciones– sostuvo un intercambio de impresiones con el líder de la Revolución.

El Comandante en Jefe les declara que no faltaba quien se ponía malo del hígado con las medidas de la Revolución. Y expresó: «Nos obligaron a vivir en bochornoso contubernio con la mentira. Y es preferible que el mundo se hunda que vivir en la mentira».

El 17 de marzo, Fidel pronuncia un discurso ante la asamblea de los obreros ferroviarios de La Habana. Horas más tarde, preside una sesión del Consejo de Ministros en la que se aprueba crear el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos, por estimar que el cine constituye un instrumento de opinión y formación de la conciencia individual y colectiva, y puede contribuir a hacer más profundo y diáfano el espíritu revolucionario y a sostener su aliento creador.

Otro de los acuerdos tomados por el Consejo de Ministros fue prohibir en lugares públicos, en las oficinas públicas o cualquier otra dependencia del Estado, la erección o construcción de monumentos, estatuas y bustos, así como la colocación de tarjas conmemorativas u otras formas similares de homenaje a personalidades nacionales no fallecidas.

El 19 de marzo, Fidel Castro y el Presidente de la República visitan la exposición flotante industrial del Japón, que se encuentra a bordo del barco Atlas Marú, surto en el puerto de La Habana.

Al siguiente día, en horas de la noche, Fidel dirige la reunión del Consejo de Ministros. Entre los acuerdos más importantes se aprueba la Ley de Medicina, abaratando los precios de los artículos de primera necesidad o de uso común, hasta el límite que permitan las utilidades legítimas de productores y comerciantes.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.