
JESÚS MENÉNDEZ, Las Tunas.–Si alguien quiere tener un ejemplo vívido de lo que ha representado el Trabajo Comunitario Integrado (TCI) «Por nosotros mismos» para la vida de las comunidades, que llegue hasta Vedado 3. Aunque su nombre alude a una de las más céntricas zonas de la capital, la circunscripción 72 de Jesús Menéndez, en Las Tunas, no tiene nada de citadina, pero brilla con la luz propia de su gente. Bien lo sabe su delegada Mileydis Vázquez.
«El TCI ha sido algo impactante en la vida de la comunidad, porque ha permitido lograr la participación y representatividad del pueblo en todos los procesos que tienen lugar aquí, y eso nos ha demostrado que es posible alcanzar cualquier meta.
«De esa manera, por ejemplo, transformamos el consultorio que estaba en mal estado, y lo hicimos con los carpinteros de la comunidad, con la ayuda de la cooperativa, con la colaboración de los vecinos, y algo parecido sucedió con el mercadito del Sistema de Atención a la Familia y el parque infantil», explica Mileydis.
El TCI es un movimiento transformador y participativo; 14 tareas de impacto componen sus directrices y permiten la integración de todos los factores de la circunscripción en pos del desarrollo integral de cada rincón de la geografía tunera, y de solucionar los problemas más acuciantes del pueblo.
Asimismo, cada fin de semana una circunscripción diferente es sede de la conclusión de ese trabajo en el barrio, y quizá el mayor de los logros sea el diálogo directo de los habitantes de la comunidad con las principales autoridades de la provincia y el municipio, así como con los directivos de las entidades de subordinación local.
«Gracias al TCI ha sido posible también una mayor vinculación de los directivos con la comunidad y la solución paulatina de varios planteamientos que tenían los pobladores de la circunscripción. Yo me siento muy orgullosa de mi comunidad, tanto por el papel del grupo de trabajo que me acompaña, como por la respuesta que dan siempre los vecinos a cada convocatoria», refiere la delegada.
Sus palabras fueron respaldadas por varios de los miembros de su Grupo de Trabajo Comunitario, como es el caso de Eladio Rafael Brito Pupo, presidente de la CCS Reytel Jorge, ubicada en esa zona rural.
«Existe una gran relación con los factores del barrio, aportando ideas, colaborando con las iniciativas de la comunidad, para responder así a todo lo que nos pide hoy la máxima dirección de la provincia y del país. Hemos reparado dos consultorios médicos de la familia, hemos pintado dos bodegas y dos círculos sociales, ayudamos a mejorar el mercadito de la familia, así como la reparación del alcantarillado en el camino principal. También contribuimos con la atención a personas postradas, y todo eso fortalece el vínculo entre la cooperativa y la comunidad».
Una opinión similar tiene Ramón Concepción Concepción, coordinador de los CDR en Vedado 3.
«El trabajo comunitario es algo de todos los días, no hay que esperar una planificación del municipio, nosotros reunimos a la comunidad y hacemos los proyectos. Aquí los cederistas se han integrado muchísimo a las actividades. Reparamos tuberías de agua, rellenamos los huecos del camino, hacemos labores de limpieza. Este es un grupo muy unido, se puede decir que es el alma del barrio».
Para las federadas también ha habido un antes y un después en relación con esta iniciativa. Según Haidée Pérez Roja, quien además es miembro de la brigada FMC-ANAP, «hemos participado en trabajos voluntarios, tenemos un fuerte movimiento de mujeres creadoras, en el que las jóvenes son protagonistas. Además, acostumbramos a visitar a las federadas que se encuentran enfermas para que se sientan parte de la organización».
La de centro cultural y deportivo más importante de la comunidad es una condición que ya ostenta un sinnúmero de escuelas tuneras. En ello ha sido determinante también este fuerte movimiento popular. Un ejemplo de ello puede apreciarse en el plantel primario Julio Antonio Mella, de Vedado 3, como argumenta la jefa de Ciclo Mariluz Ávila Álvarez.
«Nosotros lo logramos porque nos integramos a todas las actividades. Nuestros niños participan en los eventos que se convocan aquí en el barrio, y tenemos sobre todo el orgullo de contar con un taller de repentismo que es reconocido a nivel de provincia y de país. Así le damos salida al mismo tiempo a objetivos del proceso docente educativo, que incluyen la relación estrecha con el entorno que rodea a la escuela, y apoyamos las tareas del TCI».
Vedado 3 es solo un ejemplo, pero esta historia pudiera referirse a cualquiera de las circunscripciones tuneras, porque en la provincia, el Trabajo Comunitario Integrado no es consigna, supone un plan establecido con fecha de terminación; es la cotidianidad, la materialización del esfuerzo colectivo, en pos de fortalecer el sistema social socialista.



















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M. Faildes dijo:
1
23 de enero de 2019
06:28:28
Miguel Angel dijo:
2
23 de enero de 2019
14:55:55
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