Cueto, Holguín.–Confeso enamorado de la carrera de Ingeniería Agrónoma, cuyo cuarto año vence progresivamente, Jorge Chelala Campaña acepta que la relación con la profesión que espera desempeñar tuvo un momento cumbre el pasado año, cuando se incorporó a la unidad docente Cueto, perteneciente a la Empresa Agropecuaria Guatemala.
Entonces la estancia en la entidad duró 15 días, aprovechados para profundizar en la preparación de tierras, siembra, riego y cosecha en unidades productivas de la referida empresa y, a la vez, montar el experimento base del proyecto de tesis de graduación.
Regresó al centro en septiembre pasado, igual que otros 22 estudiantes, y permanecerá allí hasta el final de las actividades del presente curso escolar, bajo un programa que reserva los lunes y martes para las clases teóricas, de manera que los otros tres días de la semana se empleen en los campos en un creativo proceso de aplicación y adquisición de conocimientos.
«Mi tesis consiste en la evaluación del empleo y los efectos de bioestimulantes en el maíz», explica para dar paso inmediato a comentarios acerca del apoyo recibido de los productores a pie de campo, en la unidad básica de producción cooperativa (ubpc) Cueto 11.
Yenelis Almira Bent progresa en el tema que le dará acceso al título deseado, con lo que se elevarán a tres los ingenieros agrónomos de la familia. Su tarea reside en la aplicación de tres tipos de bioestimulantes en cultivos de frijol y establecer comparaciones sobre la efectividad de cada uno. El escenario concreto de la investigación está en la zona de «Las 40», en una parcela a cargo de un usufructuario vinculado con la producción de semillas.
Durante los últimos cuatro meses frecuentó áreas destinadas a los cultivos varios y estuvo en contacto con novedosos equipos agrícolas, entre ellos sembradoras, cosechadoras y máquinas de riego.
«La práctica es lo que da visibilidad real», asevera con una madurez que echa abajo cualquier apreciación subjetiva ante el desenfado juvenil con que actúa.
DESAFÍO DESEADO
Tener una Unidad Docente de este tipo, nacida de un convenio establecido entre los ministerios de la Agricultura y de Educación Superior, es un desafío deseado durante muchos años por el sector académico, puntualiza Roberto Batista Valcárcel, jefe del Departamento de Ciencias Agropecuarias de la Facultad de Ciencias Naturales y Agropecuarias de la Universidad de Holguín.
«El programa docente aplicado define que nuestros alumnos cursarán el cuarto año en su totalidad en este centro. En ese periodo reciben las clases planificadase investigan cerca de 20 problemáticas identificadas en áreas agrícolas de Cueto, Mayarí y Frank País.
«Las investigaciones comprenden la evaluación de nuevas variedades de arroz en su relación con los marcos de plantación, aplicación de bioproductos y comportamiento productivo».
Según expone el también Máster en Producción Vegetal, serán impulsadas las valoraciones agroecológicas de los cultivos de maíz, frijol, café y cacao.
Raidel Guevara Mora, director de la ueb Integral Agropecuaria Cueto y partidario incondicional de trasladar la docencia al escenario productivo, vaticina progreso a los futuros colegas.
Tiene en cuenta la inserción de estudiantes en el desarrollo del plátano extra denso y del maíz sobre la base del híbrido 5462, nuevo en la zona. En ambos caso abren camino a las intenciones de determinar los rendimientos en áreas con sistemas de riego.
Un grupo, comenta, se ha adentrado en la incidencia de las plagas y enfermedades a través de experimentos de desarrollo de cultivos diferentes en los cuadrantes de una misma máquina de pivot central.
A Abel Sánchez Perdomo, director de la Empresa Agropecuaria Guatemala, no le molesta que sus responsabilidades comprendan la atención directa a la unidad docente, la cual recibirá en los próximos cursos estudiantes de cuarto año de varias especialidades componentes de los currículos de las universidades de Holguín y Granma. Así, a los alumnos de Agronomía, se le sumarán, entre otros, los de Economía, Contabilidad, Mecánica, Forestal y Veterinaria.
Los pasos por dar le hacen pensar en la posibilidad de satisfacer parcialmente los 648 profesionales que la empresa demanda hasta el 2030 en función de inversiones, en marcha o por ejecutar, promovidas por el Programa de Desarrollo Integral de Mayarí.
Por eso, su equipo de dirección pone empeño en interactuar en todas las aristas con los muchachos y las muchachas para que el mayor número posible, ya con el diploma de graduado en las manos, opte por regresar.
A su juicio, los educandos deben incrementar las investigaciones vinculadas con la mecanización. El valor de los equipos agrícolas en poder de la entidad que encabeza supera los 30 millones de pesos. En noviembre pasado les llegó una donación de la República Popular China, consistente en 52 medios técnicos destinados específicamente a la producción de arroz.

LO NECESARIO
La unidad docente, de acuerdo con la descripción de su administrador, Alexander Rodríguez Rojas, dedica actualmente a los estudiantes 14 cubículos, cada uno con cuatro capacidades, servicio sanitario y ducha.
Dos dormitorios con 12 capacidades en total están en función de los profesores. Igualmente, se crearon dos aulas, una de ellas para computación, equipada con cuatro máquinas suministradas por la Universidad de Holguín. Con esos equipos es posible navegar a través de internet y redes del país con el fin de acceder a conocimientos.
Los proyectistas concibieron un local para cátedra y otro para biblioteca, a lo que se suman tres almacenes, la cocina-comedor, sitios de descanso, jardines y áreas para parqueo.
Todo está integrado en una instalación que tuvo otros usos en el pasado, del que se seguirá alejando cuando le añadan una segunda planta con nuevos y funcionales espacios.
El apoyo de la Universidad es constante y rebasa lo docente. Por ejemplo, refiere Alexander, aquella garantiza la mayor parte de los alimentos que consumen los alumnos.
Alberto Rodríguez Rubio, alumno de tercer año de Agronomía, no tiene quejas acerca de la labor de las seis personas de la esfera de los servicios. También ofrece opiniones favorables sobre los profesores de la Universidad, los directivos de la Empresa Agropecuaria Guatemala y los especialistas y productores que le guían en los campos.
Entre todos, dice, se ha tejido un ambiente que llama a los alumnos a aprovechar el tiempo.
Un hecho paralelo, totalmente casual, apuntala su criterio: Yenelis Almira, quien dirige impaciente la vista hacia el portón de acceso al centro, es abordada por un compañero preocupado porque ella no se ha tomado el pase planificado. Y la muchacha, con tono convincente, le responde que, esta vez, la prioridad la tiene el experimento montado en «Las 40», sitio al que desea llegar en el menor tiempo posible.
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Jose Luis dijo:
1
16 de enero de 2019
09:43:25
Lisandro dijo:
2
22 de enero de 2019
22:20:29
Yelenys Thelma Almira Bent dijo:
3
2 de diciembre de 2023
11:50:47
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