En el mundo de hoy todos estamos interconectados. Con el avance de las tecnologías de la información y la comunicación, nuestros dispositivos se han convertido en una herramienta potencial para comunicarnos e intercambiar mensajes de forma ilimitada al alcance de un clic.
«Ese nuevo contexto exige que estemos preparados para defender nuestros derechos, ante el uso ilegítimo de la propiedad intelectual, algo en lo que aún hay que crear conciencia», comentó el abogado español Dr. Ángel García Castillejo, experto en Regulación de la Comunicación.
Los comunicadores sociales son creadores natos de contenidos. La publicidad, la comunicación institucional, las campañas de bien público, el marketing, exigen la creación de textos escritos, fotografías, gráficos, música, videos, signos, nombres comerciales, de productos y dominios web, logotipos…
Todos ellos son resultado de un trabajo creativo, considerados muchas veces obras de arte, y como tal deben protegerse, explicó el especialistadurante la última jornada del V Festival de Comunicación Social, que reunió en La Habana a más de 400 participantes de Cuba y otros naciones.
«Una vez que los contenidos se exponen en el escenario digital, las posibilidades de copiarlos y usarlos sin permiso del autor son reales. Este es un mal que debemos enfrentar con leyes y normas», añadió.
No se trata de impedir el uso de las obras de otros, así ha ocurrido a lo largo de la historia de la humanidad, «sino de reconocerles su trabajo –valoró– y no utilizarlas como si fuesen propias. Contrario a lo que muchos piensan, Internet no es un espacio sin normas o leyes, sino es una extensión de nuestra vida analógica».
En ese sentido, García Castillejo comentó que la experiencia de Cuba en la protección de sus marcas la convierte en un referente mundial. La Isla «no permite, por ejemplo, que empresas internacionales utilicen sin autorización la identidad del ron Havana Club. Esa es una marca cubana, y seguirá siéndola».
Cada nación es responsable de proteger su publicidad creativa, por eso muchos países están replanteándose normas y leyes para evitar el robo de identidad a través de las plataformas digitales, concluyó el especialista.
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