Hay algo que ha quedado claro cuando de garantizar la salud de los pueblos se trata; un elemento que está, invariablemente detrás de esa pregunta obligada: ¿cuántos médicos tiene el mundo, ¿cuántos más se necesitan para que la salud sea, finalmente, un derecho de cada habitante de este planeta?
La voluntad política de los estados, y las decisiones de los gobiernos en alianza estratégica con los diferentes sectores de las comunidades y países determinan el éxito de la cobertura universal de la salud, coincidieron este martes altos funcionarios de la salud de Cuba y otros países del mundo, durante el panel Salud Universal para el desarrollo sostenible, que se desarrolló en el Palacio de Convenciones de la capital durante la segunda jornada de Cuba-Salud 2018.
En ese empeño, es imprescindible velar porque el conjunto de la población tenga acceso a los servicios de promoción de salud, preventivos, curativos y de rehabilitación, sin discriminación de los grupos más vulnerables, expresó el doctor Alfredo González Lorenzo, viceministro de Salud Pública de Cuba.
Ese es el único modo de asegurar la Cobertura Sanitaria Universal, condición esencial que garantiza el desarrollo sostenible de los pueblos, añadió.
No obstante, el desarrollo de los modelos de gestión clínica depende de la disponibilidad de los medicamentos, vacunas y tecnologías, «lo que representa un reto –aclaró González Lorenzo– por la tendencia creciente de sus precios».
Al respecto, la doctora Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), refirió que cada país debe superar las barreras financieras, única vía para que los servicios sean accesibles, costeables, adaptables y adecuados, como se sugiere desde el año 2010 en el Informe Mundial de Salud.
«El pago en los centros de atención supone grandes cargas para los hogares y los individuos. Se han vuelto la barrera más importante cuando se intenta acceder a los servicios médicos y exponen a millones de personas al empobrecimiento y a la catástrofe financiera», dijo Etienne.
Por eso, instó a que cada país decida, de conjunto con sus ciudadanos, un mecanismo de financiación factible para el sector, en aras de que prevalezcan los principios de solidaridad, equidad y derechos humanos y se garantice la atención médica de calidad entre los más pobres y necesitados.
Solo hace falta compromiso político para avanzar gradualmente hacia la cobertura universal de la salud, concluyó.
Servicios de salud para todos: responsabilidad de cada gobierno
Del intercambio de experiencias entre naciones de la región y del mundo, se nutrió el espacio de debate.
Quizá una de las más reveladoras fue la de la doctora Ariana Campero, Ministra de Salud del Estado Plurinacional de Bolivia, quien explicó a los asistentes cómo ha evolucionado el sistema de salud y la calidad de los servicios en esa nación latinoamericana.
Desde la llegada del presidente Evo Morales en el año 2006, se le presta una atención integral al sector de la salud, no solo desde el punto de vista asistencial, también desde la prevención de enfermedades, trazando estrategias y proyectos para esas dos grandes áreas, resaltó Campero.
Otro de los avances que hemos alcanzado es el reconocimiento, desde el punto de vista constitucional, el respeto e impulso que debemos seguir dando a la medicina natural, tradicional y ancestral de nuestro país, añadió la titular boliviana.
Es así como Bolivia ha ido aumentando considerablemente su presupuesto en salud, explicó.
«Mientras en el 2005 –resaltó– se destinaron más de 2 700 millones de pesos bolivianos, en la actualidad se designan más de 18 800 millones de pesos bolivianos. Por otro lado, de 2 800 establecimientos de salud en el año 2005, hoy se han incrementado a 3 912».
También continuamos trabajando en crear las condiciones para brindar un servicio de atención primaria de calidad, principalmente las comunidades indígenas de esta nación, significó Ariana Campero.
Aunque aún queda mucho por hacer, «podemos afirmar que en Bolivia estamos cada vez más cerca de la universalización de la salud», subrayó.
Por su parte, el profesor Piyasakol Sakolsatayadorn, Ministro de Salud de Tailandia, explicó que la cobertura universal en esta nación asiática evita que más de 100 000 familias caigan en la pobreza absoluta.
Con el paso de los años, señaló, Tailandia ha incrementado paulatinamente la calidad de la asistencia primaria, y por eso percibimos una brecha cada vez más pequeña en la mortalidad infantil y una mejoría importante en la esperanza de vida al nacer.
A su vez, el profesor resaltó que «gracias a la colaboración entre Cuba y Tailandia, así como las transferencias tecnológicas de la Isla, en mi país podemos producir algunos medicamentos esenciales a nivel nacional».
A su vez, el doctor Wang Hesheng, viceministro de Salud de la República Popular China, agradeció al Comité Organizador de la Convención Cuba Salud-2018 por la invitación, y valoró el evento como un espacio de debate importante para definir los nuevos caminos hacia la cooperación mundial como una de las vías principales del desarrollo sostenible.
«En el contexto actual, donde el acelerado envejecimiento poblacional y el cambio climático son una realidad, debemos fortalecer la cooperación mundial en salud para mejorar el bienestar de los pueblos», dijo el funcionario chino.
Sin salud, concluyó, no hay prosperidad posible.
Cuba no solo tiene un buen sistema de salud, sino que trabaja por mejorarlo
La razón por la que hay muchos países asistiendo a esta Convención es que muchos pensamos que Cuba tiene el mejor de los sistemas y podemos aprender del mismo, de cómo se puede lograr cobertura universal incluso con bajos recursos, ratificó a la prensa el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la OMS.
Pero para Cuba no se trata solo de los logros en esta cobertura, sino también del acceso y la calidad que ha alcanzado en la misma, de los avances en el sector tecnológico, en el cual específicamente produce vacunas y medicamentos esenciales para brindar el servicio a su población, dijo el alto funcionario.
Puso de ejemplo que el país cuenta con más de 160 patentes de sus medicamentos y produce ocho de las 13 vacunas que conforman el esquema de inmunización, así como la fortaleza de ser capaz de cubrir el 54 % los medicamentos esenciales con su producción nacional. «Cuba además está siempre presta a cooperar con otros países en la arena internacional», explicó.
Y no solo eso, refirió, sino que ha sido capaz de formar sus recursos humanos: enfermeras, doctoras, y otros profesionales, que además de prestar servicios aquí, lo hacen en otras naciones. «De hecho tiene alrededor de 48 000 profesionales trabajando en estas cooperaciones».
«Cuba no solo tiene un buen sistema de salud, sino que continúa trabajando para mejorarlo. Tiene mucho que brindarle al mundo, y sin exagerar puedo decir que es el mejor modelo y ejemplo para mostrar lo que se ha hecho en el terreno de salud para todos», expresó.
Comentó además que «Cuba es muy buena trabajando, haciendo, pero no siempre escribe lo que hace, y es por esta razón que nosotros hemos decidido cooperar con ella, en los temas de publicaciones», dijo como un llamado a sistematizar aún más las experiencias como una manera de aportar al resto de las naciones el conocimiento y los logros materializados.
En respuesta a las preguntas de la prensa, Tedros remarcó que la salud debe ir a las comunidades y no viceversa, lo cual se logra teniendo estos servicios dentro de las comunidades, algo que Cuba ya hace.
«El mundo está cada vez más interconectado y lo que pasa en un lugar afecta al otro. Para abordar estas emergencias la solidaridad es esencial, y es algo por lo que Cuba siempre ha abogado.
«La razón por la que insistimos tanto es porque la mitad de la población no tiene acceso a esta cobertura de salud, y cada día 100 millones de familias no tienen los ingresos necesarios para poder costear los servicios de salud requeridos y caen en la pobreza», aseguró.
El director general de la OMS insistió en que seguimos siendo vulnerables a las emergencias, epidemias y pandemias, y cualquier brote de una enfermedad nos puede afectar a todos. «Los virus no tienen fronteras, y la fortaleza de una cadena se mide por la fortaleza que tenga su eslabón más débil. Solo con la solidaridad podemos abordar estos problemas. Bloquear sus fronteras no los va a ayudar, nadie está a salvo si todo el mundo no está seguro», destacó.
Asimismo, sostuvo que enfermedades como la malaria, el zika, el dengue, el chikungunya y la fiebre amarilla, nos llaman la atención sobre la importancia de centrarnos más en la prevención o promoción y no solo en la cura de las enfermedades. «Tenemos que revertir ese enfoque y de ese modo dar un viraje, y enfocarnos más en cómo bloquear la transmisión».
Hay en algunos casos vacunas efectivas, pero la producción aún es insuficiente.
Por su parte, la directora de OPS, Carissa Etienne, en un aparte con Granma, dijo que ya Cuba ofrece médicos al mundo y esa es una de las principales contribuciones, pero también tiene tecnologías que no están disponibles en otro lugar y que pueden hacerse accesibles al resto del mundo.
«Cuba tiene que ser capaz de que sus avances y experiencias sean conocidos internacionalmente, y para esto necesitan escribir más, pero también elaborar mayor cantidad de artículos en inglés, de modo que sean más accesibles y logren mayor alcance en el mundo. Hay que contarles no solo del modelo, sino de cómo lo han logrado mantener», expresó.
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Jasón dijo:
1
25 de abril de 2018
05:19:13
Isabel Respondió:
21 de mayo de 2018
13:46:22
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