
«Ya estábamos en la calle cuando, de repente, Fe me dice que entre con ella a la tienda a recoger el dinero recaudado por los trabajadores para la construcción de círculos infantiles. No pude detenerla, no escuchó a ninguno de los trabajadores que intentaron persuadirla», afirmó Eima de la Caridad Narbona Rodríguez, en esos años dependiente del departamento de perfumería de uno de los comercios más importantes de la capital, El Encanto.
Restan pocos días para el aniversario 57 de la muerte de la revolucionaria Fe del Valle Ramos, ocurrida como consecuencia de los hechos del 13 de abril de 1961, cuando mediante un sabotaje fue incendiada la tienda.
Sin embargo, existe otra versión sobre su fallecimiento: que en su afán de garantizar la salida de todos los trabajadores, fue víctima de las llamas. Así lo corrobora la ficha del Museo de la Revolución y también se puede leer en el reverso del dibujo de la revolucionaria, realizado por el Héroe de la República de Cuba, Antonio Guerrero Rodríguez, en el 2006.
Juan Carlos Rodríguez, director de la Editorial Capitán San Luis y autor del libro Girón: la batalla inevitable, en el capítulo «Misión: paralizar La Habana», recoge una entrevista a Oscar Gámez (integrante de las Operaciones de Seguridad en la tienda), donde este plantea: «Yo llegué a la conclusión, luego de investigar el hecho, de que ella había subido al cuarto piso, donde estaban las oficinas de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), allí se encontraban los fondos de la organización.
«Cuando llegó arriba y trató de bajar nuevamente, el humo que comenzaba a invadir ese piso le dificultó encontrar la escalera. Quizá no la pudo hallar en aquel piso lleno de estanterías e inundado de humo. No se podía bajar por otro lugar; las escaleras de emergencia se encontraban detrás de los ascensores y esa zona quedó cubierta de humo enseguida. De esta forma quedó atrapada».

El Doctor en Ciencias Históricas, Ovelio Cepero Echemendía, asesor técnico docente de la Dirección Política de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y estudioso de figuras revolucionarias posteriores al año 1959, plantea que la causa de que existan dos versiones sobre la muerte de Fe (que subió en busca de los fondos para los círculos infantiles y el intento de garantizar la salida de los trabajadores) se debe a que no se ha realizado una indagación más profunda sobre su vida. Opinión con la que concuerda René González Barrios, presidente del Instituto de Historia de Cuba, quien además aseguró que no existen textos que hagan referencia a esta figura.
Las biografías que preservan los centros que llevan su nombre, como el círculo infantil en Paseo de Martí No. 262, revelan datos como cuándo nació, cómo llegó a La Habana desde su ciudad natal, Remedios, Villa Clara; que fue fundadora y secretaria general de la delegación de la FMC, promotora de la creación de los círculos infantiles, jefa del cuarto piso y víctima del terrorismo de Estados Unidos contra Cuba.

Según Orlando Ravelo, esposo de Fe –ya fallecido–, en declaraciones a Clara Mayo para el periódico Granma, afirmó que con 17 años de edad ella empezó a trabajar en una tienda de sombreros que estaba en Neptuno. Después laboró como dependienta en la tienda Fin de Siglo y alrededor de 1938 en El Encanto, donde sustituyó a la jefa del departamento de sombreros. En breve la pasaron para el departamento de niñas y al triunfo de la Revolución estuvo al frente del cuarto piso, dedicado a ropa de niños y juguetes.
«Antes del triunfo de la Revolución era simpatizante y colaboradora con el Partido Socialista Popular, junto a mi padre. Se consagró a la familia y el trabajo, por el cual tenía una gran dedicación. Además, fue modelo en la tienda, viajaba a menudo a Estados Unidos en función de compradora y el 26 de Julio de 1959 nuestra casa sirvió de hospedaje a campesinos villaclareños que iban a participar en el acto por el sexto aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes», recordó Robin Ravelo del Valle, hijo de Fe.
Por la sencillez y valía de su desprendimiento, se precisan todos los esfuerzos para divulgar más la vida detrás del acto de heroísmo. Asimismo, merece mejor conservación la estatua de Fe, ubicada en el parque que lleva su nombre y donde antes estuvo la antigua tienda El Encanto.
Fe constituye símbolo de la mujer cubana que no se conformó con derrotar a una tiranía, y luego salió a la calle para, con su aporte, defender el proceso y además barrer todo vestigio de injusticia. En ella, van miles de rostros, miles de vidas, y el ejemplo.
* La autora de este trabajo es estudiante de periodismo de la Universidad de la Habana
COMENTAR
Miguel Angel dijo:
1
4 de abril de 2018
02:57:22
Osmayda Hernández dijo:
2
4 de abril de 2018
09:04:18
Yohanka dijo:
3
4 de abril de 2018
13:14:45
Rosy dijo:
4
5 de abril de 2018
14:06:55
Responder comentario