LAS TUNAS.–Sus propiedades curativas, sus diferentes usos en la alimentación o su utilización como materia prima en las industrias farmacéutica y biotecnológica, hacen que la miel sea un producto de alta demanda a nivel internacional.
Su consolidación como rubro exportable ha determinado que cada vez sean mayores los esfuerzos por elevar la cultura de los apicultores, en pos de un manejo más eficiente. En este sentido, la Empresa Apícola Cubana ha trazado estrategias que se sustentan, sobre todo, en el contacto directo con los productores.
Bajo tales premisas se trabaja en la unidad empresarial de base Apícola de Las Tunas. La difusión de manuales de buenas prácticas para la manufactura, capacitaciones individuales y colectivas, así como «plenarias de la miel», se ubican entre las herramientas puestas a disposición de los apicultores para garantizar tres elementos esenciales: productividad, calidad e inocuidad.
CALIDAD DESDE UN SISTEMA INTEGRADO DE GESTIÓN
La UEB tunera cuenta hoy con 328 apiarios productivos (constituidos por un número «X» de colmenas), pertenecientes a 127 productores. Estos últimos están asociados a 36 cooperativas de créditos y servicios, a través de las cuales se desarrolla el proceso de contratación.
Como otras producciones, la miel también se clasifica por categorías en dependencia de que cumpla o no con ciertos parámetros de calidad establecidos. Ello influye también en el pago a los apicultores. Al respecto ofreció detalles Isabel Yanet Carbonell Jorge, especialista en gestión de la calidad de la UEB de Las Tunas.
«Tenemos un sistema integrado de gestión de la calidad que evalúa de forma constante los aspectos que pueden afectar ese indicador. En el laboratorio que tenemos aquí hacemos las pruebas de humedad y color (depende del tipo de floración). Se hace también la prueba organoléptica: olor, sabor y aspecto de la miel, y evaluamos además si tiene algún por ciento de HMF (Hidroximetilfurfural: cuando aumenta se considera un indicador de pérdida de calidad de la miel por envejecimiento y mal almacenamiento o manejo inadecuado del producto), y todo ello se toma en cuenta a la hora de determinar la calidad.
«Existe también una documentación rigurosa que permite conocer la cantidad de miel, de bidones y de qué apiario procede. Eso determina la trazabilidad de esa producción, de forma tal que si existe un problema en un lote, luego de la exportación, sea posible saber qué productores tributaron a él.
«Estos aspectos se tienen en cuenta para el pago, que se realiza en correlación al precio del mercado internacional. Por ejemplo, en el mes de febrero, pagamos a 17 900 pesos la tonelada. Una tonelada de miel de primera en el mercado internacional, está alrededor de 3 000 a 3 200 euros. Claro, esos son los precios más altos que se están cotizando en este momento, pero la miel también fluctúa y en determinados momentos se manejan también precios medios y bajos».
Sin embargo, existen particularidades en el territorio que requieren de un estricto seguimiento, pues descuidarlas implica que se afecten los parámetros de calidad que le son indispensables a la miel.
COLMENAS «AL HOMBRO»
La del romerillo es la mayor floración melífera que acontece en Las Tunas. No obstante, una vez concluido su periodo óptimo, la dispersión del resto de las floraciones obliga a los productores a realizar lo que se conoce en términos de apicultura como transhumancia. En otras palabras, pastoreo o traslado de colmenas de una zona a otra para aprovechar una floración.
Ello implica grandes beneficios que se revierten sobre todo en productividad, pero puede traer dificultades si no existe un manejo exquisito de los apiarios.
Las áreas costeras son ricas en floraciones, por eso no es extraño que los productores transhumantes lleven sus colmenas hasta allí. Lo que sucede es que la miel que proviene de estas plantas por lo general tiene alto contenido de humedad, que puede llegar a sobrepasar un 20 y un 21 %, incumpliendo así con el 19,6 máximo para ser calificada de primera. Para contrarrestar el problema, productores experimentados como Carlos Duarte, saben muy bien qué hacer.
«Generalmente las mieles más húmedas son las costeras y las del bejuco indio o leñatero. En estos casos el productor tiene que tratar de que estas mieles maduren lo más posible. En otras floraciones se puede castrar (proceso para obtener la miel de los panales) con un porcentaje de sellaje en el panal del 70 o más, pero en estas floraciones hay que tratar de que el sellaje sea del 100 %».
Tomando en consideración que la miel es un producto inocuo, hay otros aspectos que los apicultores deben tener en cuenta para la ubicación de las colmenas. Por ejemplo, en áreas de agricultura intensiva, existen altas probabilidades de contaminación, dado el uso de fertilizantes, herbicidas y otros químicos. También es vital la higiene de las áreas donde se ubican los apiarios, para evitar la existencia de depredadores o la inclusión de roedores.
Debe realizarse además el cambio oportuno de elementos de colmena previamente desinfectados. La limpieza de todos los equipos y utensilios que entran en contacto con la miel constituye otra carta de triunfo, como asegura el majibacoense Isidro Silva.
«Nosotros debemos ser muy cuidadosos con todos los implementos que usamos porque corremos el riesgo de contaminar la miel. Es por ese motivo que la empresa nos ha vendido un módulo de castra donde todos los componentes son de acero inoxidable, eso hace mucho más fácil los procesos de higienización. Por otra parte, los bidones en los que envasamos son reutilizados, por eso debemos lavarlos bien, solo con agua y dejarlos secar completamente antes de llenarlos».
Aunque parezca una medida extrema, garantizar la inocuidad requiere, incluso, un chequeo constante de la salud del propio apicultor, para evitar que cualquier infección que padezca, susceptible de transmitirse por medio de los alimentos, pueda contaminar el producto final.
En este territorio no existe una planta de beneficio, por lo que la miel acopiada aquí es trasladada hacia Contramaestre en Santiago de Cuba. Es válido destacar que, aunque el laboratorio de la UEB no puede realizar todas las pruebas necesarias, sus resultados han estado mayormente en consonancia con los de la beneficiadora.
VISIÓN DE FUTURO
Con sus exigencias en aumento, el mercado internacional demanda cada vez con más fuerza las mieles orgánicas y específicas (producto de una misma floración). Si bien es cierto que por el momento no es esto posible en la provincia, sí se desarrollan estudios que permitan avanzar hacia esas formas productivas.
Entretanto, la capacitación constante a los apicultores es la garantía más importante de calidad. La apicultura es un tipo muy complejo de ganadería, que requiere un dominio pleno de lo que se hace, de cada manejo y atención cultural, sobre todo si se tiene en cuenta que la manufactura es todavía el modo base, para la obtención de miel en el país.
Clasificación de la miel según el contenido de humedad |
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CLASES |
ESTADIO |
Primera |
Hasta el 18 |
Segunda |
De 18.1 a 19.5 |
Tercera |
A partir de 19.6 |
Clasificación por su origen botánico
Mieles uniflorales o monoflorales.
Mieles multiflorales o poliflorales.
Especificaciones organolépticas |
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INDICADORES |
CARACTERÍSTICAS |
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Olor |
Característico de emanaciones florales. |
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Sabor |
Dulce. Característico. Agradable. Recuerda a las plantas de que procede. |
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Aspecto |
Traslúcido, viscoso y uniforme. Sin efervescencia. |
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Color |
Desde casi incoloro, pasando por varias tonalidades del amarillo y del ámbar. |
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Fuente: Manual de Buenas Prácticas Apícolas.
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