HOLGUÍN.–Si América Ochoa Medina jamás olvidará el instante en que los vientos del huracán Irma derribaron su precaria morada en septiembre pasado, también retendrá por siempre en su memoria cuando recibió una nueva vivienda.
Experimentaron la misma emoción Dania Fuentes Aguilera, Adrián Oliva Cables y Edita Naranjo Pupo. Todos son parte del grupo de 20 familias residentes en la comunidad 30 de Noviembre, construida en la llamada zona industrial de la ciudad de Holguín para alojar a personas afectadas por eventos meteorológicos.
El nuevo asentamiento está totalmente urbanizado, lo cual incluye servicio telefónico. La mayoría de quienes ocupan estas casas otorgadas con facilidades de pago, revelan asombro tras conocer que a inicios de noviembre aquí únicamente existían dos locales en desuso, rodeadas de un maltrecho sembradío de plátano.
DECISIÓN ENCOMIABLE Y COHESIÓN CONSTANTE
La celeridad de la terminación del asentamiento –concluido en solo un mes– está directamente relacionada con el sitio escogido. Tenía las dos naves hoy transformadas en seis viviendas, además de poseer suficiente espacio para levantar otras 14. Asimismo, disponía de acceso a las redes eléctrica, telefónica y de acueducto y alcantarillado.
Sobre los hombros del personal de la Empresa Constructora del Poder Popular cayó el peso mayor. Eddy Tejeda Peña, coordinador general de la obra, consideró decisiva la integración de medios y recursos humanos. Crearon siete brigadas compuestas por fuerzas de las unidades de los municipios de Holguín, Cueto, Cacocum, Urbano Noris y Rafael Freyre.
«De las misiones cumplidas, es la ejecutada con mayor rapidez por la organización del flujo productivo y la disciplina del personal. Trabajamos diez y 12 horas diariamente», expresó.
Los vinculados directamente a la construcción recibieron la colaboración constante de varios establecimientos de la empresa, entre ellos la carpintería ubicada en la ciudad de Holguín, cuyo colectivo asumió la construcción de la mayoría de los módulos que conformaron las viviendas de madera.
«Hemos tenido muchos aciertos. Por ejemplo, empleamos los recursos a mano. Una parte de las viviendas es de bloques y otra de madera. Hay una levantada con la técnica del mampuesto que es muy efectiva si se siguen todos los requerimientos.
«Otro factor importante fue la fluidez de los suministros. No hubo demoras en la llegada de las tejas y vigas para techos, persianas, puertas, muebles sanitarios, bloques, acero y cemento».
Tampoco se reportaron contratiempos durante el vertido de asfalto en las vías interiores y la instalación de los componentes de las redes eléctrica, hidráulica y telefónica, tareas asumidas por las empresas de esas ramas.
MOVILIZACIÓN RELÁMPAGO
La Central de Trabajadores de Cuba en la provincia estuvo en primera línea. Apenas conoció los planes para levantar la comunidad, convocó a desarrollar el movimiento Batallando por el 30, que incorporó un destacamento muy productivo.
La idea fue homenajear la epopeya del 30 de Noviembre de 1956, cuando la juventud santiaguera, alzada en armas contra la tiranía batistiana, salió a las calles por primera vez con el uniforme verde olivo.
Emilio Velázquez Concepción, dirigente obrero en el sector industrial, narró que a todos los sindicatos les encomendaron apoyar la construcción de una vivienda. Día por día estuvo aquí con diez o 12 compañeros. Fueron ayudantes de albañiles, cargaron vigas de madera, tejas, bloques. Otras veces retiraron escombros, ayudaron a hacer una zanja, pintaron paredes. En fin, estuvieron presentes donde se les requirió. En su opinión fue un efectivo «vengan todos».
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