LAS TUNAS.–No puede hablarse de verdadero desarrollo en ningún país si su industria no camina a la par de todos los procesos económicos y sociales. Hacia esa premisa Cuba dirige empeños que permitan al sector industrial ganar en eficiencia, elevar los estándares de calidad y por lo tanto, satisfacer las demandas del mercado nacional y volverse más competitivos dentro del mercado internacional.
Es por ese motivo que desde hace varios años, en la Empresa de Aceros Inoxidables Acinox Las Tunas, de este territorio, se trabaja en la elaboración de un proyecto que permita montar un nuevo laminador de barras corrugadas e incluir una nueva línea productiva destinada al alambrón, sobre la base de una tarea técnica elaborada totalmente por especialistas de la entidad.
Con la firma en la recién concluida Feria Internacional de La Habana del contrato que garantiza su ejecución, se inicia el camino para dotar al país de un laminador que, según los expertos, podrá competir con algunos de los más modernos instalados en nuestra área geográfica.

UN SALTO INDISCUTIBLE
A aproximadamente 60 millones en moneda total asciende el monto de la inversión para poner en funcionamiento el nuevo laminador de barras corrugadas y alambrón de Acinox Las Tunas.
El ingeniero Omar Ramón Reyes Ricardo, director de la Unidad Básica de Inversiones, explicó a Granma algunas de las especificidades del proyecto.
«Consiste en el montaje de un nuevo laminador, con una capacidad de 170 000 toneladas entre las dos producciones, para el consumo del mercado nacional y potenciar las exportaciones de mayor valor agregado. Hoy se exporta la palanquilla, que es un semiproducto, pero con este nuevo equipamiento podremos exportar productos más acabados y por lo tanto de mayor valor. Básicamente triplicaremos la producción actual de barras que se limita a una capacidad de 40 000 toneladas anuales.
«Será ubicado en la nave del laminador que inaugurara nuestro Comandante Fidel en 1988, la cual será reparada en su totalidad. Vale destacar que la línea de alambrón es un producto nuevo que se incorpora y eso nos convertiría en la única industria del país que lo elabore, pues todo el que se utiliza en Cuba es importado».
El salto indiscutible en materia tecnológica será el que permita el logro de tales objetivos. A este particular se refirió el ingeniero René Barreiro González, jefe técnico del proyecto.
«Para poder lograr todos los impactos previstos tiene que haber un nivel alto de automatización. Eso significa que pasará de un nivel 0 a un nivel 2. Ello mejora la productividad lógicamente, pero quisiéramos hacer hincapié en un aspecto que será vital y es la humanización del trabajo. Por otra parte, aunque es una tecnología del primer mundo no implica una sustitución del hombre, o sea no se disminuyen los puestos de trabajo sino que en este caso específico, aumentan.
Tendrá un nivel similar a cualquier laminador del primer mundo».
Aparte de las líneas principales de producción, el nuevo laminador incluye equipamiento y plantas auxiliares y genera obras inducidas como una conductora de agua desde la presa de El Cornito, una planta de agua dentro de la propia empresa, varias grúas, herramientas para el taller de maquinado, así como el equipamiento necesario para los ensayos de laboratorio.
Una vez concluido el laminador, toda la producción de la acería de la propia empresa será destinada a garantizar la materia prima para la producción de barras corrugadas.
ELEMENTOS INSEPARABLES
Cuando de industrias se trata, de inmediato pensamos en contaminación, efecto invernadero y esa clase de problemáticas; sin embargo, el proyecto de Acinox Las Tunas no ha descuidado los impactos que en diferentes aspectos, incluido el medio ambiente, puede tener esta obra.
El proyecto se ha trabajado de conjunto con el Citma y con su empresa de supervisión de proyectos, y tanto la licencia tecnológica como ambiental exigen que tenga un impacto positivo en ambos aspectos, así como en la seguridad y salud del trabajo.
El ingeniero Yosbany Reyna Licea, especialista de inversiones, abundó en estos otros componentes que van indisolublemente unidos al éxito de la obra.
«En materia de gasto energético podemos decir que el laminador actual consume 130 KW por tonelada producida, el nuevo laminador reduce esa cifra a 75. En el caso del fuel oil, que es el otro recurso energético fundamental del laminador, se va a reducir de 54 kilogramos por tonelada a 30; este aspecto implica un ahorro de cerca de 3 millones de pesos.
«En cuanto al medio ambiente se elimina la contaminación del agua de la tecnología actual, porque se elimina el uso de fuel oil en la lubricación; ello implica que el agua utilizada se podrá recircular en un ciclo cerrado, y no será expulsada en ningún momento al entorno. Así eliminamos una fuente importante de contaminación. También se reduce la emisión de gases contaminantes, como el dióxido y el monóxido de carbono en un 50 %.
«El tercer impacto tiene relación con la seguridad y salud del trabajo. Nuestro laminador actual es enteramente mecanizado, por lo que requiere de la participación de los trabajadores en todos los momentos del proceso, desde el calentamiento de la palanquilla hasta el producto terminado. El laminador nuevo, por su parte, tiene un nivel tan alto de automatización y el hombre prácticamente no interviene de forma directa en el proceso productivo. Por lo tanto, se reducen considerablemente los riesgos de accidentes y el desgaste físico».
El cronograma de esta inversión trae aparejado un amplio programa de capacitación que empieza con la selección del personal que va a laborar en la operación de toda la maquinaria. Después hay un paso que contempla dos etapas esenciales, una en laminadores con tecnología similar, suministrada por el mismo proveedor en otros países y otra más amplia en la fábrica, con los mismos proveedores. La idea es llegar al ciento por ciento del personal que intervendrá en el proceso productivo.
BENEFICIOS INDISCUTIBLES
La puesta en marcha del nuevo laminador ofrecerá beneficios indiscutibles para el país y lógicamente para el propio territorio tunero, si se tiene en cuenta que Acinox Las Tunas, incrementará de forma considerable sus potencialidades.
No obstante, las palabras del máster en Ciencias Eraldo González Arias, director general de la empresa, contribuyen a medir el alcance de la inversión.
«Nuestra provincia dará un salto muy grande, pues contará con una de las industrias más modernas del país. Se duplicará el aporte de la empresa al desarrollo local. Mejoraremos las condiciones de nuestros trabajadores y por último, tendremos el laminador mayor productor de barras corrugadas del país.
«La producción del alambrón será vital para sustituir importaciones. Este es un recurso que Cuba importa porque constituye materia prima para obtener otros productos como puntillas, grapas, el alambre de púas y la malla electrosoldada. Definitivamente lograríamos suplir las demandas del mercado nacional en materia de alambrón y vamos a abarcar también perfiles de barras que hoy producimos con muchas dificultades como el 3/8 (tres octavos)».
Sin duda es esta una excelente noticia para la industria cubana. Otro de los pasos significativos de un país que se ha propuesto un fuerte plan de desarrollo hasta el año 2030 y que necesita de inversiones como esta, para cumplir su cometido.



















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Oscar Ramos Isla dijo:
1
17 de noviembre de 2017
09:47:08
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