HOLGUÍN.–Organizar las jornadas de trabajo y tomar decisiones son cosas que se le dan bien a Sonia Chacón Fernández.
Basta saber que en las primeras horas del día siguiente al paso del huracán Irma por el norte de la provincia, en cumplimiento de sus responsabilidades de delegada del Poder Popular por la circunscripción No. 64, recorrió la comunidad de Los Güiros para conocer las posibles afectaciones de los electores.
Y a partir de las 11:30 de la mañana emprendió la verificación de los daños en las áreas de cultivo de la cooperativa de producción agropecuaria 17 de Mayo, de la cual es presidenta. Quienes seis años atrás estimaron que podía ocupar el cargo esperaban ese comportamiento.
Ni remotamente es una mujer de severos ademanes, aunque sin duda alguna le sobra resolución al encarar todo tipo de situación.
«Al empezar en la CPA era trabajadora de servicios, en el comedor. Hacía de todo: servía, cocinaba, fregaba. Mi familia me enseñó a trabajar. Mamá todavía es cooperativista y mi padre aportó tierras a la cooperativa. Nací y crecí en la zona.
«Cuando trabajaba en el comedor siempre quise superarme, pero no pensé en ser la presidenta de la CPA. Pero a medidas que me relacionaba con los cooperativistas, comprendí que podía aspirar a cosas mayores. Así un día ocupé el cargo de comercial y en el 2006 se me dio la oportunidad de asumir la responsabilidad de económica, lo que fue una tarea seria porque no estaba bien preparada, pero ahí mismo empecé en la subsede universitaria de Velasco la Licenciatura en Contabilidad y Finanzas».
Se graduó en el 2010. Al razonar sobre la utilidad de la carrera para dirigir desde el puesto que ahora ocupa, precisa que es tan importante como conocer profundamente de agricultura, porque constituye una herramienta para la evaluación permanente del estado de la economía.
«¿Usted no ha oído eso de que las cuentas se llevan a punta de lápiz? Eso es lo que ocurre aquí. Somos rentables», plantea sin petulancia.
«El primer momento en que me sentí presidenta fue cuando dirigí una asamblea general. La convocamos para discutir las proyecciones de trabajo, el cumplimiento de la contratación y temas de interés de los socios. A partir de ahí aprendí a escuchar las opiniones de los cooperativistas y llegar a conclusiones colectivas. Algunas veces no me aprueban mis propuestas, aunque las defiendo con fuerza, pero no me pongo brava.
«Por estos días hemos estado discutiendo la estrategia de recuperación porque los vientos nos dañaron 61 hectáreas de plátano, un poco más de la mitad de las que dedicamos a los cultivos varios. Analizamos caso por caso. Decidimos salvar aquellas donde los plantones quedaron en mejores condiciones, así dejamos los hijos más vigorosos y se acorta el tiempo de entrada en producción.
«Vamos a intercalar maíz y calabaza en los campos de plátano. Y al boniato dedicaremos un área que estará en producción en diciembre».
La conversación prosigue en torno a realizaciones logradas y planes por ejecutar. En particular impulsa el renacimiento de la actividad ganadera y el incremento de los rendimientos de los granos, fundamentalmente el frijol.
Sonia insiste en el rol social de la cooperativa. Los vecinos, dice, acuden con variadas solicitudes. Unas veces es para llevar un enfermo al médico, otras piden colaboración para traer productos a la bodega. Los más jóvenes se inquietan si los fines de semana no echan a andar a tiempo los equipos de música comprados en función de la recreación de la comunidad. Igualmente hay preocupación si el equipo de béisbol de la cooperativa no sale a jugar en el campeonato organizado entre los campesinos de los alrededores de Uñas y Velasco.
Sonríe. Ocupada en acciones de interés social, sin obstáculos por ser mujer y en armonía con el colectivo que dirige, el esposo, la hija y el resto de la familia, admite que disfruta vivir.



















COMENTAR
julia dijo:
1
24 de octubre de 2017
07:55:46
Omaida dijo:
2
24 de octubre de 2017
11:07:20
Rafael Agustín dijo:
3
24 de octubre de 2017
13:53:21
Responder comentario