
HOLGUÍN.–Días atrás Rafael Jorge Noya Laffite visitó la roca monumento donde yacen los restos de Fidel, en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba. Por la emoción que revela al hablar de ese instante se descubre que dio por cumplido un propósito que tenía en mente antes de partir a la ciudad rusa de Sochi, donde estará como parte de la delegación cubana al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.
Abogado de profesión (se graduó en el 2010) e integrante del equipo que atiende asuntos civiles y administrativos en un bufete colectivo de la ciudad de Holguín, tiene entre sus paradigmas principales al desaparecido líder de la Revolución Cubana.
Fidel, precisa, ejerció el mismo oficio. «Su formación como profesional del Derecho y su vocación humanista le sirvieron para emerger como dirigente de nuestra nación y del movimiento revolucionario mundial».
En los momentos más emotivos recientes coloca también el abanderamiento de la delegación holguinera a la cita juvenil.
Estima que fue una ceremonia de mucho simbolismo, porque transcurrió en medio de las labores de recuperación del territorio tras el paso del huracán Irma. Muchos de los compañeros que tenía a su alrededor habían derrochado laboriosidad en la liquidación de las secuelas del meteoro.
«Estaban presentes la primera secretaria del comité nacional de la UJC y las máximas autoridades del Partido y del Gobierno de la provincia. Mostraron que tienen mucha confianza en nosotros», añade justo antes de responder a la pregunta acerca de los temas que le gustaría compartir en el venidero encuentro en suelo ruso.
«En Sochi nos reuniremos jóvenes de todo el mundo para analizar diversas cuestiones de carácter económico, político y cultural. Como no me puedo abstraer de mi condición de abogado, mis opiniones estarán encaminadas a defender nuestro modelo de justicia social, el cual respeta los derechos de los ciudadanos en todos los aspectos.
«Estoy interesado en participar en los posibles debates vinculados con las sociedades civiles, oportunidad para expresar que los cubanos, y en especial los jóvenes, tomamos parte activa en el perfeccionamiento de la nación e integramos el gobierno, legítimo representante de todos.
«Me interesa la preservación de la paz y la seguridad entre naciones, cuestión a la que el festival presta especial atención. Y es lógico que sea así, porque a todos nos preocupa la creciente agresividad del imperio, y sobre todo el lenguaje amenazante de Donald Trump».
Hace una breve pausa, muestra de su hábito de reflexionar. Dice que no puede dejar fuera del contexto internacional el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba aun cuando la mayoría de los países del mundo está en desacuerdo con esa política hostil.
Con respecto a los esfuerzos de la reacción mundial por quebrar la integración latinoamericana mediante el aplastamiento de la Revolución Bolivariana, asevera que los delegados cubanos, igual que han hecho los principales dirigentes del país en diferentes tribunas internacionales, convertirán el festival en espacio para apoyar a la hermana nación venezolana y denunciar las conspiraciones que enfrenta.
Joven al fin, tiene varios proyectos por delante, los cuales retomará tras el retorno de Rusia. Uno consiste en concluir la Maestría en Derecho Civil y Patrimonial de Familia; otro, también retador, es terminar el último año de la carrera de Sicología. Esta, plantea, la ve como un componente esencial para el ejercicio de la abogacía. «No se trata de estudiar por estudiar, sino de una vía hacia el mejor desempeño».



















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