ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
A los fundadores del centro se les reconoció la devoción con que han cumplido sus responsabilidades. Foto: del autor

HOLGUÍN.–Es inmensamente sólida la verdad acerca de la presencia, este 4 de septiembre, de Fidel en todos los centros educacionales en los que se dio inicio al curso escolar 2017-2018. No obstante, creo que la emoción alcanzó su punto más alto en la ceremonia realizada en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas «José Martí», porque los presentes rememoraron aquel septiembre de 1977, cuando el líder de la Revolución inauguró el centro bajo un aguacero que presagió éxitos.

A Fernando Doimeadios Cuenca, quien entonces era un joven profesor de química, la jornada le trajo el recuerdo del llamado del Comandante en Jefe a multiplicar la inteligencia y los conocimientos, propósito logrado, entre otras cosas, con la graduación de más de 23 200 bachilleres en estas cuatro décadas.

«Lo volví a ver bajo la lluvia. Ese día creíamos que no podría leer el discurso porque los papeles se le mojaron, pero los apartó y echó mano a su memoria prodigiosa y dio una información pormenorizada, sin que se le escaparan datos».

Detalles de aquel momento también atesoran Manuel Vázquez Proenza, el primer director del IPVCE, y Félix Suárez Bermúdez. Este último todavía se desempeña como chofer en la institución, hoy multiplicada, porque el sentido común llevó a las autoridades de Educación de la provincia a  aprovechar las edificaciones para añadir un centro formador de maestros, así como una escuela secundaria y un pre-universitario, que en conjunto reúnen a unos 4 000 estudiantes.

«Cuando escuché la grabación del discurso que Fidel pronunció el día de la inauguración,  se me salieron las lágrimas. Nos anunció logros que hoy son realidad y que debemos defender», precisó Félix.

Mireya Álvarez pertenece al grupo de los alumnos fundadores del centro. En aquella ocasión también estuvo cerca de Fidel y apreció su capacidad para movilizar a quienes lo rodeaban. «Me siento que cumplí con él, porque al terminar en este centro, de acuerdo con un pedido que hizo, ingresé en el Destacamento Pedagógico Manuel AscunceDomenech y ya llevo 32 años de labor ininterrumpida en el magisterio».

Igual que muchos otros egresados, Rogelio Polanco, actual embajador de Cuba en Venezuela, buscó tiempo para llegar una vez a su escuela y admitió que vivía un momento tan feliz como el que transcurrió bajo la lluvia en compañía del líder histórico de la Revolución. Lo más importante, dijo, es que se siguen cumpliendo sus colosales ideas. «Vemos que es posible masificar la educación y lograr altos niveles de calidad para garantizar el futuro del país. Por eso los profesores y los estudiantes deben cuidar de modo permanente el pensamiento de Fidel y de Martí».

Después, en presencia de los actuales alumnos del centro, vinieron sucesivos abrazos entre antiguos compañeros de aulas. Y fluyeron las más variadas anécdotas con un epílogo común: en esta escuela, coincidieron todos, cultivaron el patriotismo.  

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