
Hoy 5 de julio del 2017 conmemoramos el aniversario 121 de la caída en combate en Loma del Gato, municipio de Songo-La Maya, en la actual provincia de Santiago de Cuba; de uno de los pilares más sólidos del Ejército Libertador, el Mayor General José Maceo Grajales, El León de Oriente.
José Marcelino Maceo Grajales, nació en la jurisdicción de San Luís –en el Oriente del país–, el 2 de febrero de 1849; es el tercer hijo de Marcos Evangelista Maceo y Mariana Grajales Cuello y al igual que sus demás hermanos, se crió bajo la formación de principios honestos y una formación patriótica que le transmitieron sus progenitores, a pesar de ser analfabetos. Del padre recibió además las enseñanzas del manejo del arma de fuego, el machete y la equitación, habilidades que le permitieron posteriormente distinguirse en la lucha por la libertad de su querida Patria.
El León de Oriente se incorpora a la Guerra de Los Diez Años liderada por Carlos Manuel de Céspedes del Castillo desde el mismo mes de iniciada la contienda –el 10 de Octubre de 1868– junto a sus hermanos: Felipe, Fermín, Justo Germán, Antonio, Rafael, Miguel y Julio, comenzando así la gloriosa historia de esta familia heroica.
El general José o León de Baconao, como también se le conoce, comenzó de soldado y día a día, por su coraje, fue ganándose los grados militares, estuvo en la Protesta de Baraguá, junto a su hermano Antonio –a quien admiraba muchísimo–, participó en la Guerra Chiquita, siendo uno de los iniciadores y principales jefes en Santiago de Cuba. Al finalizar esta, se vio obligado a aceptar la conciliación que ofreció el gobierno español y, engañado por este, resultó encarcelado junto a sus hermanos Felipe y Rafael, entre otros patriotas, siendo conducido a las cárceles hispanas, donde permaneció hasta el año 1884 en que logró escapar.
El León de Baconao se unió a los preparativos del plan Gómez-Maceo, entre 1884-886; luego marchó a Panamá donde laboró en las obras del canal y posteriormente se trasladó a Costa Rica y junto a su hermano Antonio, Flor Crombet y otros héroes, vino a Cuba en la goleta «Honor». El 1ro. de abril de 1895 desembarca por Duaba, Baracoa, y se incorpora a la Guerra Necesaria, organizada y dirigida por nuestro Héroe Nacional José Julián Martí Pérez.
José Maceo en su casi 28 años de bregar por la independencia de Cuba, participó en numerosos enfrentamientos contra el Ejército Español, destacándose por su intrepidez e inteligencia, hasta alcanzar el grado de Mayor General –el de más jerarquía en las guerras cubanas del siglo XIX– del Ejército Libertador y el cargo de Jefe del Primer Cuerpo de Ejército.
El 5 de julio de 1896 en Loma del Gato, se enfrenta a una columna española y es abatido de su caballo, por el fuego enemigo, asistido de inmediato por sus compañeros, es trasladado a la finca El Aguacate y socorrido por su médico el Dr. Porfirio Valiente del Monte, trasladándolo hasta el cafetal La Soledad, donde fallece aproximadamente a las cuatro de la tarde del propio día. Con su muerte, varios de sus compañeros de lucha vertieron algunos criterios que por su contenido ponemos al alcance de todo nuestro pueblo, para que pueda valor en su justa dimensión al general José.
El Coronel Fermín Valdés Domínguez –quien fuera médico de las tropas del León de Oriente– al referirse a este plantea lo siguiente:
«[…] fue al combate sin calma y sí con toda la rabia del hombre valientísimo y toda la entereza del soldado de la Patria. Y fue a luchar y a vencer y a escribir su triunfo con su sangre. Y en el bolsillo llevaba la ratificación de sus renuncias y las cartas cariñosas del General en Jefe, y en su corazón todas sus noblezas.
«[…] Contra José puede decirse todo lo que se quiera, pero ninguno puede acusarlo de cobarde; ni como hombre político y como cubano, nadie tampoco puede discutir su honradez. Defectos tiene, y muchos, pero al pensar en ellos y al conocer los de los otros bien puede decirse:
-El que esté sin pecado, que tire la primera piedra.
Y al dejar la vida enseña a los ruines, a los envidiosos y a los débiles como se sirve a los verdaderos intereses de la Revolución y como se cumplen los deberes que a todos impone la Patria».
Cuando leemos y profundizamos en estas líneas escritas por un hombre como el Dr. Fermín Valdés Domínguez, nos convencemos una vez más de las cualidades humanas y patrióticas del general José Maceo Grajales, así como de su entereza, valor y honradez, las que cultivó desde la cuna.
El Jefe del Ejército Libertador Máximo Gómez Báez, al conocer de la muerte del León de Oriente, escribe a su esposa:
«Era preciso haber conocido bien a fondo el carácter de aquel hombre sin dobleces y de rústica franqueza, para poder estimarle y estimar su cariño cuando lo demostraba. El General José Maceo era todo verdad y por eso para muchos aparecía amargo.
«Descubrí en él la grande y noble gratitud del león que la historia cuenta, y entendía la grandeza de su valor admirable e intrépido cual ninguno, por su generosidad y su amor a las mujeres y a los niños. El español más cruel rendido al General en mitad de la refriega más sangrienta, podía contar con la vida.
«El destierro, la prisión, la persecución, la guerra y el infortunio, en fin, le habían educado admirablemente, y de ahí que hubiese aprendido a conocer y a apreciar a los hombres no por el traje ni las palabras, ni por las formas, sino por sus hechos y por el fondo; y por eso por la idea exagerada que se había formado del aseo moral de los demás hombres, era que muchos engalanados por la fortuna o la astucia o la casualidad, no podían caber con él puertas adentro, en su trato y modo de ser.
«La pureza en el manejo de intereses públicos era en él otra cualidad distinguida, y la probaba tomando dinero si creía que debía tomarlo y lo decía con franqueza dando cuenta.
«No tenía miedo a las responsabilidades, ni jamás se asustaba con los procedimientos, cuando él tenía conciencia de que así debía procederse; y cuando no, lo decía con franqueza rechazando toda imposición. Era un carácter insugestionable. No pedía nada, y mucho menos cabía la queja en su grandeza y abnegación; pero no permitía tampoco que se le cohibieran sus derechos y sus facultades, porque entonces se sentía sublevado. De aquí que algunas veces con condiciones de carácter tan independientes y exageradas, apareciese como indisciplinado, pero cuando se le convencía se dejaba manejar como un niño. Tenía mucho de parecido al intrépido General Páez, según nos retrata la historia de aquel héroe de la independencia de Sur América. Pocos cubanos he conocido más libre, más trabajador y más valiente; y más resuelto, ninguno.
«[…] después de su hermano, el General Antonio, fue a mí el que más quiso […]».
Estas líneas escritas por el Generalísimo Máximo Gómez –hombre de carácter recio y parco en sus comentarios–, dan muestra en primer lugar, de la estima que sentía por El León de Oriente y en segundo deja bien claro, una vez más, las cualidades humanas y de jefe militar del general José Maceo, poniéndolo en el pedestal que le corresponde a un patriota de su talla.
El teniente coronel Lino D´ou Ayllón –ayudante de campo y miembro del Estado Mayor, del León de Oriente– y uno de los hombres más cercanos a este, hasta la caída en combate del estimado jefe, el 5 de julio de 1896, en Loma del Gato, refiriéndose a su jefe y amigo, el 5 de julio de 1937 –en el aniversario 41 de la caída del general José– refiere lo siguiente:
«Pensar que aquel centauro a quién Páez no hubiera desdeñado como su par, José Maceo, el herido bajo las aspilleras de la “Indiana”, no vive como un potente sol! La ingratitud es propia de los hombres. “La naturaleza es inmoral; el sol ha contemplado sin turbarse las más horribles iniquidades, ha sonreído a los más grandes crímenes; pero de la conciencia se eleva una voz santa que habla al hombre de un otro mundo, el mundo del ideal, de la bondad, de la justicia. Si solo existiera la naturaleza habría que preguntarse si Dios es necesario”.
«Por su valor inmensurable, por su ingenuidad, por su ternura, por su piedad fuera del combate, José Maceo fue hombre que sembró afectos: Martí en el corto tiempo que fue su huésped distinguido: Valdés Domínguez, quien consignó en su diario de memorias toda la atracción del jaguar oriental; Máximo Gómez que hizo patente su admiración y su afecto –desde la cumbre de su posición de Generalísimo– en carta a «Manana», su esposa, la expresión doliente por la pérdida del valioso general y por el eterno adiós al amigo queridísimo. Pero toda la grandeza de un hombre no puede sustraerlo de las leyes ineluctables de la vida».
El general José, como bien relaciona el mambí Lino D´ou, es de esos hombres que después de muerto da luz, e iluminan caminos hacia empeños superiores. El León de Baconao con su legado ha sembrado en millones de cubanos ese patriotismo que hoy más que nunca necesita nuestra Patria.
En sus escritos, tanto el Generalísimo Máximo Gómez, como el Teniente Coronel Lino D´ou, hacen referencias comparativas del León de Oriente con el general venezolano José Antonio Páez –fue General en Jefe del Ejército de Venezuela y varias veces presidente de este país– quien popularmente es conocido como el Centauro de los Llanos, además tuvo un carácter dominante y combativo, o sea dos cualidades, que de seguro asemejan al general José Maceo, con el fervoroso militar de la hermana nación sudamericana, recordemos que nuestro patriota fue un buen jinete y de temperamento fuerte.
Por eso este 5 de julio del 2017, aniversario 121 de la caída en combate del Mayor General José Maceo Grajales, el Centro de Estudios Antonio Maceo Grajales (CEAMG) y la Comunidad Maceísta en Santiago de Cuba, realizará depósitos de ofrendas florales y actos patrióticos en los monumentos erigidos al León de Oriente, para conmemorar dignamente esta histórica fecha de nuestra Patria.
*Investigadores del Centro de Estudios Antonio Maceo Grajales.
Bibliografía:
Colectivo de autores: Aproximaciones a los Maceo. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2012.
Miró Argenter, José: Crónicas de la guerra Tomo I, II y III. Ediciones Huracán. Ediciones Huracán, Instituto del Libro, La Habana, 1970.
Papeles del teniente Coronel Lino D´ou: Ediciones Unión, Ciudad de La Habana, 1983.
Padrón Valdés, Abelardo: El general José Maceo el León de Oriente. Casa Editora Abril, La Habana, 20011.



















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Jose dijo:
1
5 de julio de 2017
15:01:15
Domingo Amuchastegui dijo:
2
5 de julio de 2017
15:48:12
jeronimo dijo:
3
5 de julio de 2017
23:17:04
Ana Cecilia Ochoa dijo:
4
6 de julio de 2017
15:38:04
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